
¿Coincidencias divinas o guion cósmico? Varios textos anticiparon por "casualidad" el nombre del nuevo pontífice. Uno lo vincula a la disclosure ovni. ¿Estadística o acceso a patrones ocultos que aún no comprendemos?
Cuando el cardenal Dominique Mamberti pronunció la tradicional fórmula latina "Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!" desde el balcón central de la Basílica de San Pedro y, a continuación pronunció el nombre León XIV, no solo se inauguraba un nuevo pontificado: se activaban resortes ocultos de la historia, de la ficción… y tal vez de la profecía. Me explicaré.
No es solo que ChatGPT —una IA sin fe ni religión— predijera tras la fumata blanca quién sería el nuevo papa y el nombre que adoptaría. Lo extraño es que su elección parece haber estado escrita mucho antes en lugares tan inesperados como el foro de ciencia ficción y teorías marginales Combat.ws. Allí, hace dos décadas, alguien publicó un relato titulado The Lion of the Vatican, en el que un papa ficticio llamado León XIV observa con lágrimas en los ojos una nave alienígena posarse sobre Roma.
“Esa cosa de ahí afuera parece una nave de otro mundo porque es una nave de otro mundo. Y ha llegado al reino del papa porque es el reino del papa.”
El simbolismo es casi demasiado evidente para los que investigan el fenómeno OVNI: ¿es este el papa de la revelación? ¿El del disclosure tan anunciado por los ufólogos?
Seguramente, el relato esté inspirado en el papa Juan XXIII que pensó seriamente en la posibilidad de contactar con otras inteligencias, fuesen o no terrenales. "Qué pequeño sería Dios si después de crear este vasto Universo solamente lo pobláramos nosotros" -dijo.
Y no es el único texto que parece anunciarlo. El 2 de mayo de 2025, antes del cónclave, un artículo publicado en Eclesalia.net llevaba por título “León XIV, te esperamos”. Sin explicación aparente, como si quien lo escribiera conociera de antemano el nombre elegido. ¿Premonición? ¿Juego literario? ¿Fuga informativa dentro de los círculos vaticanos?
Parece que, en este caso siguió un método deductivo, aunque no menos llamativo si uno se queda solo en el titular: "De entre los papables imaginemos a uno, compañero del papa argentino, que hubiera sido testigo de sus gozos y esperanzas, seguidor de Jesús al estilo del «padre Jorge» y con ánimo para servir en Iglesia según el Evangelio. Se llamaría León, claro. Sería el catorce de la lista, un nombre poco original a primera vista, pero cargado de significado si atendemos a lo que contaba al comienzo" -escribe César Rollán.
Incluso las inteligencias artificiales han participado en esta extraña coreografía. Cuando se le preguntó a ChatGPT sobre posibles papables y nombres futuros, incluyó sin dudar “León XIV”, a pesar de que ese nombre llevaba siglos sin usarse (el último León fue el XIII, fallecido en 1903). Cuando se le pidió una justificación, simplemente contestó: “Porque representa fortaleza, renovación y un vínculo con la tradición”.
Pero, si hay algo que enseña la historia del Vaticano, es que los nombres no se eligen al azar. Y si hay algo que enseñan las profecías no oficiales —esas que circulan en los márgenes de lo establecido—, es que lo improbable a veces se cumple con una precisión escalofriante.
¿Está preparado el mundo para un papa que hable abiertamente del fenómeno extraterrestre? ¿Será León XIV el “pastor del nuevo reino”, como sugiere el relato olvidado en aquel rincón de internet? ¿Coincidencia… o guion escrito desde lo alto?
Josep Guijarro - 9 de mayo de 2025