El Arzobispo Carlo M. Viganó apoya la protesta de los agricultores.
El plan criminal globalista quiere destruir la agricultura, la ganadería y la pesca tradicionales para obligar a la gente a comer alimentos artificiales (envenenados) producidos por empresas multinacionales.
Y, son los grandes fondos de inversión y el Foro Económico Mundial los que presionan a los parlamentos para imponer una "transición" devastadora e inhumana.
Expreso toda mi solidaridad y ánimo a los agricultores, ganaderos, pescadores, camioneros y a todos los que les apoyan.
No se trata de una protesta cualquiera: es quizá la última oportunidad que tienen los pueblos de restablecer sus derechos y liberarse de la tiranía de una minoría de multimillonarios criminales a los que nadie ha elegido y que pretenden decidir lo que debemos pensar, comprar, comer, aprender, con qué medicamentos debemos tratarnos, cómo y si podemos viajar. Y, todo ello, a base de mentiras y chantajes: no hay ninguna emergencia climática, sanitaria o energética.
La única emergencia real es la traición de los gobernantes -y de los dirigentes de la propia Iglesia católica- en detrimento de toda la raza humana.
Es escandaloso el servilismo de toda la clase política, la censura de los medios de comunicación, el silencio del poder judicial y la complicidad de la policía y las fuerzas armadas ante este golpe.
Ha llegado el momento de que los pueblos reclamen con valentía y firmeza sus derechos naturales e inalienables puestos en peligro por el golpe global de la FEM. Debemos conseguir la dimisión de quienes nos gobiernan en nombre de una élite subversiva y en contra del pueblo.
Acompañemos con la oración a quienes luchan contra el Nuevo Orden Mundial. Que el Rosario sea la cadena espiritual que nos una. Que el Señor acompañe, proteja y bendiga a los que están despertando antes de que sea demasiado tarde.
+ Carlo Maria Viganò
Arzobispo
