Translate

09 agosto 2016

¡He venido para hablar de la Esencia de Cristo! (Mensaje canalizado de Myriam de Magdala)


Traemos aquí, a este sitio, y para compartir, esta joya de sabiduría, este bello y maravilloso mensaje, por el cual, jamás pasará el tiempo. Un Mensaje de Myriam, del pueblo de Magdala (o, Migdal) más conocida en el mundo cristiano como María Magdalena. Mensaje, que nos invita a una profunda reflexión, como no podría ser de otra forma.

Canalización de Daniel Meurois durante un congreso en el que participó en Montreal en 2012. Fué una canalización en directo durante la cual todos suponían que serían los Hermanos de las Estrellas los que se manifestarían, pero, ante la sorpresa de todos fue Myriam de Magdala quién apareció….

”Voy a retomar un fragmento de la canalización transcrita de Myriam de Magdala por Daniel Meurois… en Montreal, hace pocos años.
Vamos tan deprisa que no hacemos verdaderamente hincapié en el sentido de las palabras… esas palabras dichas por Myriam de Magdala… no dos mil años atrás… sino el 29 de septiembre de 2012.”
Marie Johanne


“He venido a testificar del impacto de la Fuerza que mantenía vivo al Maestro Jeshua (Jesús), y que estaba en Él, y que El ofrecía. He venido para hablar sobre la Esencia de Cristo, puesto que es de esa Esencia de la que el Maestro Jeshua me ha alimentado. No es, por tanto, del personaje histórico del que voy a hablaros aquí, sino, ante todo, de lo que Lo ha habitado íntimamente y, de lo que nos ha regalado, lo cual, he heredado yo también. 

¿Por qué, es afán mío, hablaros de esto de modo tan directo?. Porque esta Esencia os pertenece por derecho, porque esta Esencia, con la que he convivido estrechamente, y que se ha implantado por siempre en mi corazón, espera de igual modo implantarse en el vuestro. Es así de fácil. No es la Esencia de un Ser, sino la Esencia de una Fuerza, de una Fuerza que se encuentra al alcance de todo lo que está en el universo. 

Cristo no pertenece a nadie. Lo habréis entendido intelectualmente, pero debéis entenderlo con el corazón. Cristo no es cristiano. Cristo puede ser tanto budista como musulmán, chamán… todo cuanto queráis. Es, sin que lo sepáis realmente, la Fuerza Universal que vive en vosotros. ¡Si hay un secreto en el Universo, bien sea éste! Y, el modo de manifestarse, es este famoso Manto de Luz contagioso que os pertenece ahora. Ahora más que nunca, hacedlo vuestro y, ofrecedlo.

Me preguntaréis:“¿Cómo Myriam? Es fácil, para tí, contárnoslo porque lo has conocido, a Él”. He conocido al hombre. He conocido el "soporte" y, Dios sabe, no como era, sino como es de maravilloso ese soporte. Lo que, os digo yo, es que en el núcleo del soporte, hay una Fuerza inconmensurable… ¡Es una Fuerza de compasión, una Fuerza de don total, una Fuerza de vida, una Fuerza de comprensión, una forma… de Osadía increíble! 

Y, es esa osadía de vivir, esa osadía de la verdad, esa osadía de la trasmutación la que he tratado de despertar un poco más en vosotros.

Deshaceos de vuestros miedos como tanto lo deseáis, en oraciones; ellos, son el primer obstáculo a vuestra transformación y al hecho de que vuestro mundo pueda estar contaminado. Soy consciente también que el decir: “deshaceos, abandonad vuestros miedos, es fácil”, es fácil de decir. Y, que me contestaréis, preguntándome: “¿Cómo nos deshacemos de nuestros miedos?”. No hay ninguna guía, tan solo la cultura de la coherencia, la coherencia y el ser justo consigo mismo, con el nivel de consciencia, de reflexión que habéis desarrollado, ser justo con lo que vive en lo más profundo de vuestro corazón.

Sabéis que vuestra Realidad no tiene nada que ver con esa máscara física, esa máscara de personalidad que lleváis puesta hoy, lo sabéis. Y, algo en vosotros, os impide deshaceros de la coherencia para sacar las conclusiones y las invitaciones necesarias en nuestro mundo. Miraos en un espejo, varias veces al día, y preguntaos: “¿Quién soy?”.


Imagen relacionada

Hace dos milenios, no tuve el placer de tener un espejo. Recuerdo haber pasado, varias veces, horas y horas con el rostro asomado a las aguas del lago preguntándome: “¿Quién soy? ¿Quién soy?”. Y, es mi corazón quien me contestó en un momento dado. Mi corazón me contestó: “Soy la Vida”. Así de fácil fue. Quizás estiméis, claro está, que era una privilegiada. Pero cualquier privilegio es algo que nos viene desde tiempos remotos porque lo hemos ido alimentando, hemos facilitado su aparición. No atraséis más vuestro nacimiento, intentad sobrepasar vuestros miedos, poneos a prueba a-m-o-r-o-s-a-m-e-n-t-e, miraos con una mirada amorosa.

Si hay una definición de mí que puedo ofreceros, amigos míos, es ésta: “Soy una enamoradiza”. Ésa, ha sido la clave en mí. Esto es lo que deseo que seáis: enamoradizos y enamoradizas de la Fuerza de Vida que está en vosotros. 

Esa Fuerza de Vida es vuestro verdadero esposo o esposa. Llamadla, pedidle que actúe en vosotros y será Cristo quien actúe en vosotros. Aplicaos, simultáneamente, esta iniciativa, a vuestro alrededor, en lo concreto.

Ofreced vuestro tiempo, ofreced vuestra fuerza, ofreced sin contar, tan solo cosechando miradas de amor. Cesad los pequeños contactos con los demás y con todos los contextos de la vida -dejad el lenguaje de la negociación, el lenguaje mercantil: “te quiero si me quieres, te vendo si me devuelves con un interés, invierto en tí, etc.”.

Vais a ser infinitamente ricos con lo que deis en cuanto no tengáis miedo de actuar como sabe vuestro corazón que debe hacerlo, y como os dice que lo hagáis. No temáis más, no tengáis el menor temor de lo que se pueda esconder tras vuestra máscara…

Queréis siempre que una fuerza superior baje hacia vosotros, pero, ¡habéis pensado que sois vosotros mismos los que tenéis que ascender hacia la Fuerza que está en vosotros! Adentrarse en sí mismo es crecer. Es crecer uno mismo hasta que observemos que no hay más arriba ni más abajo, ni tú ni yo, ni Maestro ni discípulo, ni sol ni luna, tan solo un espacio puro en lo más profundo de nuestro corazón, un espacio que resuelve todas las tensiones.

Pero, no penséis, amigos míos, que os arrastro en una especie de sueño, un sueño entre los que están de moda hoy día en alguna literatura. Os entreno a pensar, a fusionaros con la Realidad. Y es gracias a la fusión, a la fusión con vuestra realidad, como vuestro corazón va a unirse al de los demás corazones, que se unirán a su vez al de los demás, y así sucesivamente… hasta lograr que las realidades concretas de este mundo, sus leyes físicas, sus mecanismos psicológicos, todo lo que caracteriza su sensibilidad, su comprensión, su inteligencia entren en cambios irreversibles. Quiero deciros, aunque lo sepáis ya, que sois vosotros quienes tenéis la total responsabilidad del decorado, de los decorados en los que vivís y, en los que viviréis.

¿De qué queréis "dar a luz"? La Realidad..., la cuestión surge aquí. Myriam os lo dice, vuestra clave está en vosotros, vuestra clave está en vuestra sencillez, en vuestra generosidad, en vuestra abnegación –observad que no he dicho sacrificio, es completamente distinto–  vuestra abnegación, vuestra voluntad de cumplir con vuestro destino, de cumplir con vuestro cambio, vuestra voluntad de ir hasta el final de vuestra esperanza. Quizás, al principio, os tomen por “iluminados”, tópicos reconocidos.

Id, cada día, un poco más lejos. Sed vosotros mismos, y dejad de interpretar roles. Yo misma he interpretado muchos roles a lo largo de mis numerosas vidas, me parece justo, verdaderamente justo insistir sobre este hecho. La mentira que se hace uno mismo es la peor de las mentiras. Es la que nos envenena poco a poco. El orgullo y la cobardía, la pretensión, nada de eso queréis ya, ¿verdad?



Soñáis con un mundo, en el cual, la paz no sea solamente una tregua entre dos guerras. Bien, pues ¡sembrad paz en vosotros! Haced lo que haga falta, sin querer convencer a nadie de nada, sin preocuparos de las críticas ajenas. Sembrad, amigos míos, la paz en vosotros. En esto se resume la cosa. Borrad las fronteras.

Que esta voluntad de entrar en transformación que os reúne aquí, hoy, con fuerza suficiente, ocupe mucho más sitio de vuestra vida, que esta voluntad ocupe todavía más sitio en vosotros, junto a la tolerancia, quizás entre una muchedumbre de intolerancia, de modo que, el hecho de "dar a luz" el mundo que alimentáis, entre verdaderamente en su fase decisiva. La decisión os pertenece. 

No pertenece a vuestros Hermanos de las Estrellas, no pertenece al Maestro Jeshua, ni a una Fuerza exterior que lo ha habitado y que adoraríais como a un Mesías; pertenece a la atención que le vais a prestar a la naturaleza profunda de vuestra vida, a la naturaleza profunda de vuestros actos y pensamientos, aún sabiendo que, esta a-t-e-n-c-i-ó-n proviene de vuestra intención. ¿Cuál es verdaderamente vuestra intención de "ser" y de "actuar"?

Por supuesto, tenéis la respuesta perfecta en vosotros mismos. Pero, no es esa respuesta perfecta la que espero de vosotros, ni la que todos mis Hermanos y Hermanas de Luz esperan de vosotros; no es la respuesta perfecta, es la r-e-a-l-i-z-a-c-i-ó-n perfecta de la naturaleza de vuestro corazón, su manifestación con coherencia, es lo que os pedimos.

Resucitad, pues, a Cristo en vosotros y recibid todo su amor. “No contéis con el Cielo –con lo que llamamos Cielo-, es el Cielo, la Vida, la Tierra, todo, lo que cuenta con vosotros”. (Myriam de Magdala)



expr:title='data:newerPageTitle'> Entrada más reciente Entrada antigua Inicio