"Hay esas personas que llevan siempre el Paraíso con ellas, y que poco a poco se convierten en ángeles en la tierra. La propuesta hoy y para todos los días es ser puros, a donde quiera que vayamos, llevando con nosotros el Paraíso, creándolo y recreándolo. Erraremos muchas veces, pero poco a poco crearemos un hábito, hasta que ese hábito se convierta en norma. Es muy breve el tiempo que estamos en la Tierra y nos perdemos todos los milagros que ocurren a nuestro alrededor.
Hasta que un día, estando muy atentos, descubrimos que el Paraíso está aquí. “La gente se imagina que podrá resolver sus problemas mudándose, cambiando sus condiciones materiales de existencia. En realidad, son como estos pajarillos que decían un día a su madre: «¡Nuestro nido se ha vuelto muy sucio! ¡Ya no podemos permanecer más en él! Vayamos a vivir a otra parte, a otro nido. Bien, respondió la mamá pájaro, comprendo vuestro asco, podemos cambiar de nido.
Pero ¿acaso no os llevaréis con vosotros vuestros pequeños traseros?» Cuando la Tierra comienza a parecerles inviable, los humanos sueñan con el Paraíso. Pero si se les dejara entrar en el Paraíso, con su corazón y su intelecto llenos de impurezas, pronto lo convertirían en un lugar repugnante. Si fueran puros, adonde quiera que fueran, llevarían el Paraíso con ellos. Así pues, cada vez que se sienten tentados de quejarse de las condiciones exteriores, deberían comenzar por buscar si no es primero en ellos en quién debería cambiarse algo"
"Pensamientos cotidianos"
Omraam Mikhaël Aïvanhov