Mientras que muchos consideran a H.G. Wells como un genio por inventar la idea de la máquina del tiempo en su novela, "La máquina del tiempo", algunos creen que estaba revelando una capacidad de alto secreto. Desde que su novela se publicó por primera vez en 1895, miles de libros, artículos y videos han seguido, documentando relatos curiosos de viajes en el tiempo y dimensiones más allá de la imaginación más salvaje.
Una de estas obras, el libro de 2002 del padre François Brune, "Le Nouveau Mystere du Vatican", trae un dispositivo olvidado de viaje en el tiempo llamado Cronovisor, de vuelta al ojo público, o al menos a las mentes de los teóricos de la conspiración.
Brune, quien se enteró del dispositivo a principios de la década de 1960, jura que el Cronovisor existe. Un día después de conocer por primera vez al científico-sacerdote padre Pellegrino Ernetti, los dos navegaban por el Gran Canal de Venecia discutiendo interpretaciones bíblicas, cuando Ernetti explicó que las teorías e interpretaciones eran innecesarias cuando uno podía ver la verdad por sí mismo. Le explicó a Brune cómo funcionaba el Cronovisor, permitiendo al espectador ver y escuchar eventos del pasado y del futuro. Su relato completo está incluido en el libro de Brune.
Con un poco de excavación, los investigadores encontrarán las primeras menciones del Chronovisor en un artículo de 1972 publicado en la revista italiana "La Domenica del Corriere", titulado, "Una máquina que fotografía el pasado finalmente ha sido inventada".
Perteneciente al Vaticano, la máquina del tiempo Cronovisor se anuncia como uno de los secretos mejor guardados del papado. Se dice que el dispositivo está repleto de tres aleaciones preciosas, cátodos, diales, palancas, y que tiene la capacidad de mostrar innumerables eventos históricos en la historia bíblica y romana. Actuando como una especie de televisión, el Cronovisor incluso supuestamente ha verificado la existencia de Jesucristo y ha transmitido su crucifixión.
Se afirma que la máquina del tiempo Cronovisor fue inventada en la década de 1950 por un equipo dedicado y secreto de científicos italianos, incluidos los físicos Enrico Fermi y Pellegrino Ernetti. Los críticos pueden tener problemas de credibilidad con el hecho de que Ernetti finalmente se convirtió en sacerdote.
Sin embargo, la reputación de Enrico Fermi no es nada de lo que burlarse. Fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1938 "por sus demostraciones de la existencia de nuevos elementos radiactivos producidos por la irradiación de neutrones y por su descubrimiento relacionado de las reacciones nucleares provocadas por neutrones lentos".
La notoriedad científica de Fermi es lo suficientemente interesante como para echar un vistazo más de cerca al Cronovisor, pero ¿era realmente capaz de diseñar una máquina del tiempo con su equipo? Algunos argumentan que este fue el caso. Aún así, Fermi nunca pudo defender el invento y su funcionamiento de ninguna manera, porque su nombre no se asoció con el proyecto hasta 1992, décadas después de su muerte en 1954.
Excepto por otro nombre, el resto del equipo de inventores del Cronovisor ha permanecido en el anonimato: el famoso, o infame, Wernher von Braun, un antiguo miembro nazi de las SS y eventualmente estimado científico de cohetes de la NASA. Von Braun también había muerto cuando su nombre se vinculó públicamente al proyecto. Sin embargo, se sabe que había estado trabajando en Die Glocke o Campana Nazi del Tercer Reich, durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial.
El Chronovisor puede haber representado otro vínculo entre los nazis y el Vaticano, que mantuvieron estrechos lazos durante la guerra. Por lo tanto, no sería sorprendente si la tecnología Chronovisor se hubiera compartido entre las dos entidades.
La evidencia del Chronovisor es endeble, en lo que respecta a los estándares científicos, compuesta de fotografías dudosas, incluida una foto del Chronovisor de Jesús en la cruz.
La supuesta foto de Jesús del Cronovisor junto a la estatua de Jesús de una iglesia sudamericana. De todas formas, si juntáramos todas las imágenes o representaciones que existen de Jesús..., ¡todas se parecerían! ¡Lógicamente! Pero, hay un pequeño detalle que nos hace pensar que la imagen en blanco y negro de Jesús sí es real pues se puede apreciar que el tabique nasal del Cristo ¡¡está roto y desviado!! Recordemos que fue uno de los siervos del ex sumo pontífice Anàs quien le propinó un bastonazo a Jesús en la cara mientras era interrogado.
Ernetti también afirmó haber visto la obra perdida del poeta romano Quintus Ennius Thyestes, y luego transcribió sus escenas para el público. También se ha puesto en duda esta transcripción, con la profesora katherine Eldred (experta en Thyestes) de la Universidad de Princeton explicando que la versión que Ernetti produjo no solo es demasiado corta, sino que también contiene palabras latinas que no se habrían utilizado hasta 200 años después de la época de Ennius.
Al considerar la veracidad del Chronovisor, uno podría referirse a la novela de ciencia ficción de T.L. Sherred, "E for Effort", que se publicó en 1947, justo antes de la supuesta invención del dispositivo del Vaticano. En su novela, Sherred escribe sobre un dispositivo de visualización del tiempo con características que tienen un parecido sorprendente con el Chronovisor.
Los investigadores expertos pueden estar de acuerdo en que, si bien el viaje en el tiempo puede ser posible, el Cronovisor no es necesariamente un medio para ello. El físico y cosmólogo Stephen Hawking ha discutido las posibilidades de los viajes en el tiempo, explicando en un caso: "Si queremos viajar al futuro, solo necesitamos ir rápido. Muy rápido. Y creo que la única forma en que es probable que lo hagamos es yendo al espacio".
El físico Fred Alan Wolf ha sugerido que el viaje en el tiempo es posible porque "realmente tiene que ver con una relación bastante delicada que existe entre la mente y la materia ... El viaje en el tiempo se trata realmente de aprender a moverse dentro y fuera de ese reino donde las cosas son definidas por la mente".
Desafortunadamente, Ernetti nunca proporcionó una explicación detallada de cómo se diseñó su dispositivo de viaje en el tiempo o cómo funcionó, excepto para afirmar misteriosamente que funcionaba "procesando la radiación electromagnética residual sobrante de numerosos procesos".
También es desafortunado que el Cronovisor, si alguna vez existió, nunca pudo ser estudiado y replicado, ya que Ernetti afirmó que tenía que desmantelarlo para mantenerlo fuera de las manos del mal. Dicho esto, muchos creen que el Chronovisor todavía existe, escondido de forma segura en las paredes del Vaticano, permaneciendo como uno de sus secretos mejor guardados.
