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26 octubre 2024

Déjate amar. Te lo mereces.



El mundo parece carecer de amor pero esto es simplemente porque no miramos con la suficiente profundidad. Los juicios, las opiniones, todo aquello que “fabricamos” desde el pequeño y temeroso “yo”, genera un mundo de separación en nuestra mente, que vemos inevitablemente proyectado fuera de nosotros. Esta forma de mirar el mundo trae un sentimiento de amenaza y de tener que protegerme de manera casi continua.

La cuestión es que podemos ver exactamente el mismo mundo, la misma escena desde un punto de vista muy diferente.

Pidiendo que el Amor se nos muestre ahí, justo en medio del dolor, y haciendo espacio en la mente para que pueda aparecer esa otra forma de mirar. A esto es lo que yo llamo “echarme a un lado”.

Me doy cuenta de cuantas veces la vida está tratando de darnos, de amarnos y nosotros estamos haciendo todo lo posible por no recibir, por evitar el amor. No creemos en el Amor, no lo vemos y es que en el fondo lo que sucede en realidad es que no lo queremos.

Preferimos experimentar dolor, sufrimiento, miedo, pérdida…simplemente porque nos resultan más cómodas y familiares, ¡a pesar de que en lo profundo sabemos que es una locura realmente elegir eso!

Y la vida con todo su Amor y su infinito permiso, nos trae esas experiencias para que podamos efectivamente experimentarlas.

Cuando profundizo en estos estados, en qué es lo que me hace a mí sufrir, en realidad me doy cuenta de que siempre aparece en mí una voluntad separada y diferenciada a lo que es la vida.

Yo me digo “No, esto no debería estar sucediendo así” “Esta persona no debería actuar así”, o bien “No, esto no lo quiero, yo quiero otra cosa”. Y en esa búsqueda o espera de otra cosa perdemos lo que ya hay aquí para nosotros, en cada instante.

La plenitud, la magia, el amor y la fuerza que se nos regalan a cada instante, cada vez que elegimos echarnos a un lado.

El sufrimiento finalmente viene muy ligado a una idea (muchas veces inconsciente) que está profundamente arraigada en la mente colectiva: “No merezco ser feliz”.

No soy lo suficientemente bueno, siento que hay algo en mí que no está bien del todo, que podría ser mejor, que podría hacerlo mejor y entonces cuando yo logre eso (por mi cuenta y separado del Universo, con mi propia fuerza) entonces, sí que seré merecedor de recibir. Cuando haga X, cuando logre ser de X forma, cuando el universo en sus mágicas maneras decida fijarse en mí y darme alguna migaja de amor o de buena suerte.

¡Qué importante es darnos cuenta de cuantas veces en lo profundo pensamos todo esto, para poder deshacerlo, porque lo cierto es que esto no es así!

NO NECESITAS CAMBIAR NADA en ti ni en nadie, ni conseguir nada para merecer el total Amor de la vida y de la existencia ahora. Es posible que tu elijas o decidas cambiar ciertas cosas en tí, y eso está perfecto, pero eso no te hará ni más ni menos merecedor de lo que ya lo eres en este instante.

Te mereces todo lo bueno. Te mereces siempre lo mejor. Te mereces ser totalmente feliz porque fuiste creado para ser feliz. No permitas que la sociedad, los demás o tu mismo te engañes al respecto.

Déjate Amar. Tu has nacido y estás hecho del amor más puro que te puedas imaginar. Te lo mereces todo, ya, ahora, pero no puedes recibirlo si crees que no eres digno de ello, porque lo bloqueas.

Así que simplemente ábrete a recibir. Prepárate para todo lo bueno que este bendito Universo tiene para ofrecerte. Confía.

Deja de jugar al juego del no merecimiento y del dolor. Eres inmensamente amado. Permítete recibir este amor de manera incondicional.

Eso sí, no exijas nada: ni que pase algo determinado o que sea de una forma concreta. El amor del que aquí hablo no tiene que ver con las formas. Tiene mucho más que ver con recibir ahora y sentir que tienes ahora todo aquello que alguna vez hayas soñado. Todo eso está aquí, en ti, ocurriendo en tu energía presente. Confía en ello aunque no puedas verlo.

No esperes nada concreto y a la vez, estate dispuesto a recibirlo todo, a sentirte merecedor y a abrirte a recibir lo bueno en todo lo que sucede en tu presente. No puedes ni imaginarte ahora la cantidad de cosas buenas que el Universo tiene preparadas para ti.

Simplemente ábrete a sentir ahora aquello que crees que sentirás cuando tengas eso que quieres conseguir.

El sentir del más profundo amor, de la más profunda conexión con el Universo o de lo que quiera que sea que desees, está aquí disponible para ti si te echas a un lado y te permites recibir.

Te propongo un pequeño ejercicio. Cierra los ojos un momento y repítete internamente estas palabras muy despacio, sintiéndolas:

“Me dejo amar en este instante por la Vida. Me lo merezco”

Observa si surge alguna resistencia y si es así, simplemente date cuenta de ella. Ver la resistencia que tienes a ser amado ya la está liberando en algún nivel.

A continuación, suéltala, y ábrete a sentir y a recibir que todos tus deseos ya se han realizado, imagina que todo lo que deseas ya se ha cumplido.

Finalmente ve más allá del deseo concreto, suelta esa forma, no te apegues a ella, y siente la energía que está contenida justo detrás: ese sentimiento de plenitud, de paz, de abundancia, de amor…lo que sea. Céntrate en sentir y permitir eso ahora.

Recibe, recibe Amor…Te mereces todo lo bueno. Simplemente deja de resistirte a ello, deja de ponerte excusas…simplemente acéptalo porque ya es tuyo Ahora.

Y, déjate amar también en mitad de tu enfado, de tu dolor, de tu confusión, de ese sentirte incorrecto, déjate amar en todos tus “no puedo”.

El amor y la dicha te pertenecen. Son tu inevitable destino. Porque cuando descubres que DE VERDAD eso te pertenece ya no vas a conformarte con nada menos.

Por eso en realidad no importa el tiempo que te resistas o no a ello.

La meta es segura y vas a llegar, te lo prometo.

Eres profundamente amado, ahora y siempre.

Con todo mi amor,


Maricarmen Pérez Díez


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