Reconoce la ausencia de planes conjuntos y sugiere realizar un gran simulacro de emergencia continental. «Un evento de tal magnitud podría abrumar la capacidad de respuesta de una sola nación», advierte.
El Centro de Investigación Conjunta (Joint Reasearch Centre) de la Comisión Europea ha hecho público un nuevo informe en el que reconoce que los países de la Unión no están preparados de forma conjunta ante el impacto de posibles fenómenos extremos del clima espacial, como puede ser una gran tormenta solar. Los científicos ya han advertido numerosas veces de que un potentísimo evento de este tipo podría dañar los satélites de comunicaciones, noquear los sistemas GPS, cerrar el tráfico aéreo y dejar sin red eléctrica a buena parte del mundo durante días, meses o incluso años.
«Un evento de tal magnitud podría abrumar la capacidad de respuesta de una sola nación», advierte el texto, que reconoce la ausencia de directrices conjuntas en caso de que se produzca un fenómeno semejante. Por este motivo, propone la realización de un gran simulacro de emergencia para preparar al continente, según informa la Asociación Española de Protección Civil para el Clima Espacial (AEPCCE).
El informe señala que los planes de emergencia ante las tormentas solares deben considerar «todo el rango de infraestructuras afectables», lo que la AEPCCE comprende como una referencia a las instalaciones nucleares europeas, en lo que consideran una «injustificable ausencia, todavía hoy, de planes de emergencia nuclear» ante un «bombazo» solar, del mismo modo que sí se cuenta con protocolos de emergencia nuclear en caso de terremotos, incendios y otras eventualidades.
«Los operadores deben ser conscientes de que mantener un funcionamiento satisfactorio de las infraestructuras durante los usuales fenómenos moderados del clima espacial no garantiza su continuidad operativa o la ausencia de daños durante tormentas geomagnéticas del tipo Carrington», señala el documento. El evento Carrington ocurrió el 2 de septiembre de 1859, cuando una tormenta solar causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos, en Europa y América del Norte, y las auroras aparecieron en los cielos del Caribe, Roma y Madrid. Hoy en día, en las sociedades modernas cada vez más dependientes de la tecnología, algo parecido supondría una auténtica catástrofe.
El ejemplo de Obama
El ejemplo de Obama
El informe del Centro de Investigación Conjunta de la Comisión Europea también incide en la necesidad de considerar protocolos y medidas preventivas para los ciudadanos «antes, durante y después de un evento extremo», para que conozcan los riesgos e impactos potenciales y sepan actuar en consecuencia.
Éste nuevo informe de la Comisión Europea se produce pocos meses después de que el expresidente de Estados Unidos Barack Obama dictase una Orden Ejecutiva para la preparación del país ante los fenómenos extremos del clima espacial. Un fenómeno semejante, advertía la orden, podría desactivar una gran parte de la red de energía eléctrica, lo que resultaría en una cascada de fracasos que afectarían a servicios clave como el abastecimiento de agua, la salud y el transporte. «El clima espacial tiene el potencial de afectar y alterar la salud y la seguridad a través de continentes enteros simultáneamente», recordaba.
Fuente:/ABC - 28 Marzo 2017