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10 enero 2018

Padre nuestro que estás en los cielos....


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Salvo algunas pocas excepciones, aún la práctica totalidad de los hombres y mujeres de la Tierra creen que "Dios", la Divinidad, el Padre-Madre de la Creación, la Fuente de toda vida y Origen de todo cuanto existe, es de apariencia humana... 

Teniendo en cuenta este supuesto, entonces, "Dios" ¿de que raza sería? ¿cuál sería el color de su piel? ¿cuál es su verdadero nombre? ¿te castiga si eres malo y te premia si eres bueno, como nos ha hecho creer la Iglesia Católica de Roma? ¿prefiere a una raza antes que a otra?...

"Dios", la Divinidad, la Gran Luz, el Padre y Madre de la Creación es de forma esférica: ¡el Sol! Antiguas culturas y civilizaciones, lo comprendieron. 

Llegaron a la comprensión de que en el Sol residía el Principio de la Creación, la Divinidad, pues sin el Sol no podía haber cosechas, ni agua, ni calor, ni ríos, ni mares, ni bosques, ni vida animal, ni humana. ¡Nada! El Sol es la causa de la Vida y de todo lo creado. Del Sol brota la Idea Creadora de la Suprema Inteligencia del Cosmos.

Cuando el Avatar y Maestro de Maestros, Jesús, hace 2.000 años nos enseñó el "Padre nuestro", decía: "Padre nuestro que estás en los cielos..." 
Y, las gentes creyeron -y siguen creyendo- que en el cielo hay un 'Dios', sobre las nubes, de aspecto como un sabio anciano con túnica y, de barba larga blanca, similar al que pintó Miguel Ángel en el año 1508 en la bóveda de la Capilla Sixtina en el Palacio Apostólico de la ciudad del Vaticano. 

¡Este concepto que el género humano, en su práctica totalidad, tiene de DIOS, sí, realmente hace estallar de risa a los pueblos de las estrellas que pueblan este inconmensurable Universo! 

Pero, no. Cuando el Maestro y Avatar Jesús hablaba del Padre que está en los cielos, en realidad, se estaba refiriendo al Único Padre-Madre que existe, el Padre-Madre de la Creación: ¡el Sol!

Es más, hace 2000 años, cuando el Cristo fue crucificado, en un momento dado, estando en la cruz, miró hacia arriba en el cielo hacia donde se encontraba el Sol y, a duras penas dijo: "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen... Ábreles los ojos porque no comprenden de qué se trata". 
Momentos después se produjo un eclipse solar que atemorizó sobremanera a todos los que se encontraban allí presentes.

¡Las más grandes verdades son, precisamente, las más sencillas!

Maryo Z. G. 

"Si vuestra mirada se gira hacia el Sol, no hay mañana en la que no pongamos nuestras manos sobre vuestros hombros". (Los Elohim)

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