Hace unas semanas tuve la oportunidad de hablar con un compañero ufólogo que había estado solo en la orilla del lago Baikal durante quince días para ver con sus propios ojos alguna actividad ovni. Y es que los lugareños informan muy a menudo de platillos volantes o triángulos que salen del agua, se esconden en ella o simplemente sobrevuelan la región.
Durante los primeros días, recopiló la información acumulada a lo largo de los dos años que llevaba sin visitar el Baikal. Resultó que durante ese tiempo el número de avistamientos superó el centenar. Los anotó todos minuciosamente en su diario y surgió una peculiaridad: varias docenas de personas vieron el mismo ovni piramidal con tres luces rojas en las esquinas en la parte noreste del lago. ¿Por qué presté atención a este objeto en particular? Porque había sido visto el mayor número de veces y estaba siendo cazado por un explorador.
La mayoría de las veces, el aparato piramidal aparecía a primera hora de la mañana o al atardecer. El hombre se colocó en una posición con una maravillosa vista de la bahía de Dagar y comenzó a observar. Durante la primera semana sólo pudo ver el sobrevuelo de un ovni en forma de disco y grabó un resplandor verdoso, no natural, bajo el agua, que se movía a gran velocidad. El objeto piramidal no apareció.
A primera hora de la mañana, el hombre observó que algo negro aparecía cerca de la superficie del agua, pero no se atrevió a salir del agua y mostrarse. Durante unos minutos se limitó a asomarse a la superficie. El experto calculó que el objeto medía entre 20 y 25 metros. Por la tarde del mismo día, la situación se repitió. Entonces el investigador cogió un potente puntero láser, que emite un haz de luz a 3 o más kilómetros, y dirigió el haz hacia el objeto. No ocurrió nada. La provocación fracasó.
No fue hasta otros dos días después cuando el hombre presenció cómo una nave piramidal negra de unos 20 metros de tamaño pasaba silenciosamente sobre el agua y desaparecía entre las densas nubes. Era imposible calificarla de engaño de la visión. La superficie del vehículo presentaba numerosas hendiduras. Parecía como si estuviera plagado de algo. La velocidad del vuelo era muy rápida. Todo duró entre 10 y 12 segundos. El objeto no emitía ningún sonido mientras se movía.