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12 agosto 2023

¿Hay puertas estelares operativas bajo los hielos de la Antártida? Los exploradores polares podrían estar desplazándose a otros planetas.

Muchos investigadores afirman que en la Antártida, en la segunda mitad del siglo pasado, se descubrieron las ruinas de estructuras desconocidas. El nivel de desarrollo de aquella civilización que habitó este continente es, inalcanzablemente, (para los estándares actuales) alto. Su vector de desarrollo combinaba tanto aspectos tecnológicos como espirituales y morales. Gracias a ello, las criaturas que vivieron en la Antártida hace millones o cientos de miles de años abandonaron la Tierra y fueron a conquistar las extensiones del Universo.

Existe la suposición de que no se trataba de terrícolas nativos, sino de alienígenas llegados de otro planeta. Tal vez incluso de Marte o Faetón. Eligieron la Antártida por una razón: era un paraíso floreciente con un clima templado único y una enorme variedad de flora y fauna. La mayoría de las estructuras encontradas ni siquiera pudieron ser identificadas. Pero hay algunos hallazgos que los científicos aún creen haber reconocido. Uno de los tipos de construcciones del patrimonio de una civilización desconocida es una puerta estelar. 

Una ciudad de una civilización desconocida está oculta en el hielo de la Antártida.

Se han descubierto en otras partes del mundo. Por ejemplo, en Irak, Corea del Norte, Tíbet, pero es en la Antártida donde se ha encontrado una instalación en funcionamiento. Esto fue anunciado por el investigador y contactor Corey Goode. Al parecer, se comunicó con uno de los exploradores polares de los años 70, que fue miembro de la expedición a la sección cerrada de la Antártida. Allí, según él, en las profundidades del hielo había toda una ciudad o, mejor dicho, una base.

Era posible acceder a ella gracias a las cuevas que se habían descongelado. Todas las estructuras están hechas de una aleación negra de metal y piedra. Era un material increíblemente resistente, pero al mismo tiempo tenía una excelente conductividad térmica, por lo que la temperatura en el interior de los edificios se mantenía igual: unos 21 grados centígrados. Es increíble, pero los exploradores polares se desnudaron mientras estaban bajo el hielo. Era obvio para todos que se trataba de una tecnología fuera del alcance de los terrícolas. Todo lo que allí se descubría pertenecía a cualquiera -extraterrestres, dioses, viajeros del tiempo-, pero no a nosotros.

Cuando se examinó el hallazgo, se descubrió que funcionaba con un generador. Se trataba de una estructura cristalina que vibraba y palpitaba ligeramente, creando vibraciones que provocaban reacciones físicas y químicas en el interior de las estructuras. Gracias a este complejo e incomprensible esquema, todo el complejo es bastante apto para la vida, a pesar de que tiene al menos cientos de miles de años.

El hallazgo más importante fue una estructura toroidal. Era un pequeño pedestal con la parte superior redondeada. Contenía los mismos cristales. En el momento en que resonaban, aparecía en el centro un coágulo azulado a un metro de altura. Podría describirse como un vórtice de energía incomprensible. Los dos exploradores se acercaron a él y en el mismo momento se dispersaron formando un montón de chispas. Quedaron cuatro exploradores polares. Lo que vieron les impactó tanto que salieron corriendo despavoridos. Sólo unos minutos después se dieron cuenta de que habían olvidado vestirse y abandonaron la zona cálida. 

¿Llegaron los exploradores polares a otro planeta?

Tras vestirse, los exploradores polares regresaron a la base, donde lo contaron todo. Desde entonces, no se han enviado más científicos allí. 

El lugar pasó a manos de los militares, que organizaron allí una base secreta. Su objetivo era estudiar la tecnología hallada en el hielo. En aquel momento, en los años 70, parecía que esa cosa había matado a los compañeros de la expedición. Pero, ¿y si la instalación funcionaba y se encontraban en otro mundo? Después de todo, cuando hay una entrada, debe haber una salida en el otro extremo. ¿Y si es una especie de ascensor a otro planeta? Y, tal vez, en el futuro, la gente sea capaz de crear teletransportes similares, por lo que el estudio de tales hallazgos debería comprometerse al más alto nivel internacional.

BIOsferatum - 12 de agosto de 2023



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