En un mundo donde la ciencia hace tiempo ha descartado lo «paranormal» como un vestigio de una era supersticiosa, ocurrió algo que no encajaba en ningún paradigma académico. El psíquico Mark Revinski, conocido por sus experimentos controvertidos y que durante años afirmaba ser capaz de percibir «ondas de otra mente», declaró haber establecido contacto con la tripulación de la nave 3I/ATLAS. Su relato, grabado en audio y transmitido a personas de confianza antes de que Revinski desapareciera, suena como el guion de una pesadilla, pero los detalles que aportó no pueden atribuirse a delirios.
Según Revinski, el contacto ocurrió de manera espontánea. Estaba realizando una sesión de meditación habitual, concentrándose en la imagen de un objeto que se acercaba, cuando de repente percibió una "presencia fría": no un sonido, ni una imagen, sino pura conciencia, ajena y calculadora. Lo describió como "mil ojos mirándote a través de ti". Al principio solo hubo fragmentos: patrones geométricos, ritmos palpitantes, sensaciones de presión y ingravidez. Luego vinieron impulsos con sentido. El psíquico afirmó haberlos percibido como preguntas: "¿Quién eres? ¿Cómo estás aquí? ¿Por qué escuchas?" Respondió mentalmente, usando imágenes de la Tierra, de las personas, de las ciudades. En ese momento, según él, "entendieron que no era una máquina, ni un sensor, sino un ser vivo capaz de percepción espontánea".
Revinski dijo que los extraterrestres estaban sorprendidos. Su conciencia funcionaba de manera diferente: pensaban en flujos de datos, no en imágenes; las emociones para ellos eran ruido. La capacidad del ser humano para captar su «lenguaje» sin intermediarios tecnológicos les parecía una anomalía, una amenaza. Intentaron «silenciarlo»: él lo describió como un zumbido creciente en la cabeza, como si millones de diapasones golpearan al unísono, tratando de romper la conexión. El dolor era insoportable, pero fue precisamente en ese momento, en la agonía, cuando vio lo que probablemente no debía haber visto: un mapa esquemático de la Tierra.
No era la proyección a la que estábamos acostumbrados. La superficie del planeta se presentaba como una red de líneas luminosas que se cruzaban en puntos marcados con símbolos pulsantes. Revinski no podía leerlos, pero intuyó: esos eran los lugares donde comenzaría la terraformación. Los describía como «nodos de transformación», donde la atmósfera sería rarefacta, el suelo esterilizado y la biomasa recolectada. En su mente surgían imágenes: ciudades convirtiéndose en cubos de vidrio; bosques desmoronándose en cenizas; océanos evaporándose en el vacío. Todo esto sucedía no de manera caótica, sino siguiendo un algoritmo preciso, como si el planeta fuera una pieza preparada para ensamblar algo distinto.
Logró memorizar tres regiones clave. La primera es una extensa zona en la parte central del Océano Pacífico, donde, según él, «ya se está preparando»: remolinos anómalos, luces inexplicables bajo el agua, migración masiva de ballenas. La segunda es el desierto de Gobi, señalado como «punto de estabilización»: allí, según afirmaba, los extraterrestres planean instalar «generadores de campo» que bloquearán cualquier intento de resistencia. La tercera es la Amazonía, llamada «banco biológico»: allí, según sus visiones, se enviarían los primeros «contenedores» con biomasa recolectada, no para destruirla, sino para… conservarla. ¿Para qué? Revinski no lo sabía. Solo repetía: «No quieren matarnos. Quieren organizarnos».
Después de ese contacto, el estado del psíquico empeoró drásticamente. Se quejaba de “voces en los huesos”, de visiones en las que su propio cuerpo se descomponía en moléculas. Un día antes de su desaparición, envió a sus personas de confianza un archivo cifrado que, según él, contenía “coordenadas de nodos y marcas de tiempo”. Lo que había en el archivo es desconocido: unas horas después, el servidor al que lo subió se quemó debido a un “sobrecalentamiento inexplicable”. El propio Revinski desapareció de su apartamento en Chicago. La policía sólo encontró rastros de sangre en el suelo y marcas extrañas en las paredes, como si alguien hubiera pasado un cuchillo caliente por ellas, dibujando los mismos símbolos que él había descrito en relación con el mapa-esquema.
¿Qué fue eso? ¿Una mistificación? ¿Un colapso mental? O, -lo más aterrador-, ¿la verdad? Las instituciones oficiales se desligaron de la historia, llamándola «fantasía de una persona con una psique inestable». Pero varios investigadores independientes, tras estudiar los registros de Revinski y compararlos con fenómenos anómalos en las regiones mencionadas, llegaron a conclusiones alarmantes. En el Océano Pacífico realmente se registran picos electromagnéticos inexplicables; en el Gobi han aumentado los casos de desapariciones de personas; en el Amazonas, las tribus locales informan sobre «árboles fantasma», cuyas hojas brillan por la noche. ¿Coincidencias? ¿O los primeros signos de que la terraformación ya ha comenzado?
Si Revinski realmente penetró en la conciencia de los extraterrestres, entonces su visión no es solo una pesadilla. Es una instrucción. Un plan. Y si no lo entendemos antes de que se activen los "nudos de transformación", la Tierra dejará de ser un hogar y se convertirá en una fábrica. Una fábrica para fines ajenos.
Авиатехник - 30 de noviembre de 2025
