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24 julio 2017

LOS ATLANTES, ¿DE QUÉ LUGAR DEL COSMOS PROCEDÍAN? HE AQUÍ LA MEJOR DESCRIPCIÓN DE LA ANTIGUA ATLÁNTIDA. (Mensaje extraterrestre)



¿Alguien se ha preguntado en algún  momento el por qué la élite del Gobierno Mundial de la Sombra en la sombra, se empeña con todos los  potentes medios a su alcance -que ya sabemos que son muy poquitos ¿no?- para ocultar la existencia de la Atlántida en el fondo del mar? ¡Llevan años intentando apoderarse de sus secretos, escondidos en diferentes lugares del planeta! ¡Y, algunos de esos secretos ya están en su poder desde hace un tiempo!

Bien, este impresionante mensaje que viene a continuación, procede de una 'fuente' que, no es de este mundo y, por todo lo que nos da a conocer, expresa una gran evolución espiritual. El mensaje es para leerlo despacio y, al final, cuando lo hayamos leído entero, podremos descubrir que la llamada, 'Arca de Noé'..., ¡no podía haber sido construida con madera, a pesar de que lo diga el Antiguo Testamento de la Biblia! 

¡Habría mucho que hablar sobre el Antiguo Testamento de la Biblia y, sus "incongruencias", y sobre ello, el doctor en historia de las religiones, Mauro Biglino, nos explicaría muchas cosas y muchas de ellas impresionantes. Empezando por "quién" era en realidad ese "dios" del Antiguo Testamento llamado Yavhé, y que, por supuesto no es el padre de Jesús como nos ha hecho creer la Iglesia Católica. A todos aquellos buscadores sinceros de la verdad les remitiría a 'escuchar' lo que descubrió después de años de investigación el doctor Mauro Biglino.

La civilización más avanzada que jamás ha existido sobre la Tierra, la civilización atlante, conocía materiales más resistentes y livianos que la madera. ¡Habría sido absurdo construir de madera el Arca de Noé! 
(M. Z.)


"Hoy  en  día  hay  muchas  leyendas  sobre  la  civilización  de  la Atlántida,  pero  las pruebas   son  escasas,  lo  que  demuestra  que se  está  prometiendo  más  de  lo  que  se  puede  obtener,  y  a menos  que  el  Hombre  pueda sintonizar  con  la  sabiduría  de  los antiguos  y  sea  capaz  de  entenderla  no  podrá  conocer,  o reconocer,  la existencia  de  la  Atlántida.  

Pero,  esa  civilización  existió. Y  alcanzó  el  punto  evolutivo  más alto  que  el  hombre  ha  conocido  sobre  esta  Tierra.  Superaba con  mucho,  tanto  tecnológica  como  espiritualmente,  la posición del Hombre de hoy. 

Pronto  va  a  ser  realidad  una  mayor  comprensión  de  la Atlántida.  Dentro  de  un  futuro  cercano  los  científicos empezarán   a   descubrir   un   registro   preciso   de   la   Atlántida, pero   el   propósito   de   la   liberación   de   este conocimiento  no es  satisfacer  la  curiosidad  del  hombre  sino  preparar  al  mundo para  la  reaparición  de  la Atlántida  en  el  cataclismo  que  va  a  producirse  hacia  finales  del primer tercio   
de inicios del siglo...

La  reaparición  de  la  Atlántida  en  este  tiempo  no  carecerá  de  significado,  pues  en  la  transformación  de  este  globo,  conforme  las  aguas  sean  empujadas  aquí  y  allá,  cuando  las  montañas  suban  y  las  tierras  se  hundan,  cuando  la  superficie  de  esta  Tierra  sea moldeada  por  intención  divina  con  un  propósito  divino,  la  tierra,  la  substancia  y  la  materia  de  lo  que  fue  la  Atlántida  saldrá  de  nuevo  a  la  superficie  para  el  usufructo  del  hombre.  La  Nueva  Era  anunciará  una  nueva  Atlántida  con todas las posibilidades y conceptos evolutivos de la antigua.

El  paso  final  de  la  Atlántida  se  produjo  hace  quince  mil  años,  aunque  su  desaparición  se  había  iniciado  treinta  y  cinco  mil  años  antes.  Pero  la  Era  de  Acuario  anuncia  su  renacimiento  en  la  materia.  No  penséis,  sin  embargo,  que  con  este  renacimiento  sólo  vendrá  el  bien,  pues  con  el  surgimiento  de  la  Atlántida  a  la  superficie  vendrá  también  el  mal  de  la  Atlántida:  toda  la  desarmonía  y  los  errores  que  exigieron  su  destrucción  hace  muchos,  muchos años.  

A  los  atlantes  que  habéis  reencarnado  en  este  tiempo  os  corresponde  aceptar  y  transmutar  ese  mal  y  preparar  a  la  Tierra  para  la  Era  que  va  a  venir.  Muchas  almas  evolucionadas  que  murieron  en  el cataclismo  que  destruyó  la  Atlántida  han  mantenido  el  equilibrio  durante  todos  estos  años,  pero  con  el surgimiento  de  la  Atlántida  renunciarán  a  esa  responsabilidad.  

Por  tanto  el  hombre,  gracias  al  aumento  de conciencia  que  ha  ganado  desde  entonces  en  sus  muchas  encarnaciones,  tendrá  que  enfrentarse  a  ese  mal  aceptando al mismo tiempo los dones, beneficios y el conocimiento evolutivo de la Atlántida. 

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No  me  concierne  que  creáis  o  no  en  la  Atlántida.  Como  corresponde  a  toda  gran  sabiduría,  vuestro  punto  de  conciencia  decidirá  vuestro  grado  de  reconocimiento.  Sin  embargo,  me  gustaría  señalar  que  varias  grandes  civilizaciones  de  las  que  el  hombres  es  inconsciente  han  aparecido  y  desaparecido  de  la  superficie  de  esta  Tierra.  

Como  el  conocimiento  que  tiene  el  hombre  de  las  etapas  primitivas  de  su  desarrollo  es  muy  superficial,  porque  los  edificios  y  los  registros  escritos,  las  pruebas  de  la  Humanidad,  han  desaparecido  hace  mucho tiempo, el hombre no puede establecer por medios físicos la verdadera historia de esta Tierra. Cuando  el  hombre  fue  colocado  por  vez  primera  sobre  esta  Tierra  fue  creado  por  el  Señor  del  Sol  a imitación  de  Su  perfección. 

 

El  Hombre  no  es  de  esta  Tierra  y  no  estaba  pensado  para  vivir  solamente  en  ella.  Cuando  caminó  por  primera  vez  sobre  la  Tierra  lo  hizo  con  perfección,  sin  conocer  el  error.  Vivía  en  una civilización   conocida   como Cordemia,   la   Primera   gran   civilización   del   Hombre   en   este   planeta.   

Si   la localizáramos  geográficamente  la  pondríamos  alrededor  de  las  aguas  que  llamáis  mar  Muerto.  Posteriormente el hombre recibió el don divino de la libre elección, y con ese don se inició su caída. Conforme  la  evolución  cíclica  de  las  eras  zodiacales  de  esta  Tierra  fue  cumpliéndose,  las  civilizaciones  del  hombre  surgían  y  desaparecían,  esforzándose  por  llegar  a  las  alturas  y  aplastándose  en  las  profundidades.  

Grandes   civilizaciones   aparecieron   y   desaparecieron,   como   la Lemuria.   Gradualmente,   el   hombre   fue evolucionando  su  conciencia  hasta  un  punto  en  que  estuvo  dispuesto  a  compartir  el  conocimiento  del  Cosmos. Había   aprendido   el   verdadero   significado   de   la   vida   física   sobre   esta   Tierra   y   estaba   preparado   para embarcarse  en  el  aprendizaje  del  conocimiento  de  los  planos  superiores.  

Como  preparación  para  ese  gran acontecimiento  se  dispuso  especialmente  para  él  una  tierra  que  hasta  ese  momento  no  había  sido  tocada  por  el  Hombre.  Había  yacido  hasta  entonces  bajo  las  aguas  y  fue  preparada  por  aquellos  de  la  jerarquía  espiritual  que  habitan  en  el  centro  de  la  Tierra.  Así,  con  el  amanecer  de  la  Era  de  la  Atlántida,  en  el  movimiento  de  la  Tierra en un renacimiento cataclísmico apareció el gran continente de la Atlántida, y comenzó su Era.

Si   tuviera   que   colocar   la   Atlántida   geográficamente   sobre   vuestro   globo, la  centraría  en  el  océano Atlántico.  ¿No  es  extraño  que  su  nombre  haya  persistido  hasta  hoy?  La  Atlántida  se  extendía  desde  Islandia  por  el  norte  hasta  las  islas  Malvinas  por  el  sur.  Se  extendía  desde  lo  que  es  ahora  la  costa  oeste  de  África  a  la  costa  este  de  América.  

Era  una  tierra  hermosa  de  encumbradas  montañas,  algunas  de  cuyas  puntas  forman  ahora  las  Azores.  Lo  único  que  queda  de  aquel  gran  poder  son  unos  cuantos  puntos  esparcidos  de  poder  y  vibración,  algunos  de  los  cuales  los  conocéis  hoy,  que  se  separaron  cuando  la  Atlántida  se  hundió  bajo  las  aguas.  Gran  Bretaña  tiene  varios  de  esos  puntos,  particularmente  Iona,  pero  también  incluyen  
las  islas Hébridas,  las  islas  occidentales  
de  Escocia  y  la  parte  oeste  de  Inglaterra.  

Islandia  y  Groenlandia,  la  costa  este  de  Canadá  y  la  costa  oriental  de  América  hasta  el  estado  de  Maine  son  también  partes  de  la  antigua  Atlántida.  Son las únicas áreas geográficas que quedan de lo que fue la Atlántida.Como  en  todas  las  grandes  civilizaciones,  la  Atlántida  estaba  habitada  por  muchas  nacionalidades,  y trazaría  una  comparación  con  la  gran  Era  que  está  comenzando  ahora  en  América.  Ahí  también  tenéis  a  todas  las nacionalidades del mundo unidas en un continente. 

Así sucedía en la Atlántida. Las razas mayores de todas y más evolucionadas se dirigían a la Atlántida para cumplir el sueño de esta Tierra. La  Era  de  la  Atlántida  duró  miles  de  años.  
En  su  historia  hubo  distintos  períodos  de  tiempo,  y  varias  influencias,  conforme  las  razas  raíces  y  las  eras  zodiacales  afectaban  a  su  destino,  pero  finalmente  acabó  por  convertirse  en  gran  medida  en  una  reproducción  o  externalización  de  la  vida  en  los  planos  superiores.  

Los  atlantes  acabaron  conociendo  los  hechos  más  importantes  de  la  vida  en  esta  Tierra,  principalmente  que  Dios,  el  Creador  de  todo cuanto existe,  está  en  todas  las formas de vida.  No  aceptaban  la  separación  entre  este  planeta  y  el  Cuerpo  Solar  en  que  reside. 

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Aunque  reconocían  lo  físico,  no  aceptaban  sus  limitaciones.  Comprendían  que  el  poder  del  Sol,  la  energía  cósmica  de  nuestro  Logos  Solar,  el  Creador  de  toda  vida  dentro  de  este  Cuerpo  (Sistema) Solar,  era  también  el  moldeador  de  toda  la  materia  física  de  esta  Tierra.  Eran  conscientes  de  que  ellos  no  pertenecían  a  esta  Tierra,  y  de  que  si  bien  habitaban  en  los  cuerpos  físicos  de  la  materia,  de  los  que  eran  responsables,  eran  en  realidad  seres  mucho  más  superiores  que  la  materia  de  esta  Tierra.  

Por  tanto,  no  miraban  a  la  individualidad  del  «yo»,  a  su  aspecto  más  bajo,  sino  al  aspecto  superior.  En  la  Atlántida existía  un  estilo  de  vida  comunitario.  Aunque  estaban  presentes  muchas  nacionalidades  individuales,  el  espíritu  de  la  Atlántida  era  el  espíritu  de  Dios.  No  reconocían  diferencias  entre  las  razas,  sino  simplemente  el  propósito  común  de  la  vida  en  esta Tierra. 

Con  el  curso  de  muchas  civilizaciones,  los  atlantes  se  elevaron  a  un  alto  estado  de  logros  tecnológicos. Sintonizaban,  utilizándola,  con  la  energía  del  Sol  para  la  creación  y  sostenimiento  de  su  sociedad.  El  Hombre  de  hoy  ignora  este  factor,  el  más  grande,  de  su  vida,  y  da  por  supuestos  los  poderes  del  Sol.  

Sabe  poco  de  los  auténticos  dones  del  Sol,  pero  los  atlantes  conocían  y  utilizaban  su  auténtico  poder.  Lo  utilizaban  no  sólo  para  el  transporte,  las  edificaciones  y  las  curaciones,  sino  también  para  todos  los  aspectos  de  su  vida  espiritual.  Lo  empleaban  para  la  veneración.  

Los  atlantes  reconocían  que  puesto  que  hay  un  aspecto  
de  la  divinidad  en todas  las  células  de  la  materia,  que  
son  energizadas  por  el  Sol,  toda  la  materia  
es  controlada  por  el  Sol.  

Descubrieron la relación entre el factor energizante del Sol y la vida en esta Tierra.Hoy quedan pocos  ejemplos  de  los  inmensos  edificios  que  crearon  los  atlantes.  Las  grandes  pirámides  de  Egipto,  y  Stonehenge  (en  Inglaterra),  son  ejemplos  de  arquitectura  atlante. 


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También  hay  en  otros  países «problemas»  arqueológicos  que  el  hombre  de  hoy  no  sabe  resolver  y  cuyos  orígenes  se  hallan  en  la  Atlántida.  Como  los  atlantes  conocían  la  estructura  de  la  materia  podían  disolverla  y  recreara.  Los  grandes  bloques  de  piedra  que  eran  utilizados  en  la  construcción  de  esos  edificios  eran  desmaterializados,  llevados  hasta el punto deseado,  y  materializados  allí.  

Os  parecerá  imposible,  pero  es  cierto.  La  materia  de  esta  Tierra  se  mantiene  cohesionada  por  la  energía  del  Sol.  Si  descubrís  el  modo  en  que  la  materia  está  cohesionada  podréis  disolverla  y recrearla a voluntad. 

Como  es  de  suponer,  el  gobierno  de  la  Atlántida  corría  a  cargo  de  los  sacerdotes  o  ancianos  del  templo.  Eran  hombres  de  gran  evolución,  Maestros  formados  que  habían  encarnado  para  ese  papel,  y  dominaban  y  enseñaban  a  la  nación  con  gran  espiritualidad.  

La  comunicación  con  los  Seres  Superiores  era  algo  que  sucedía  todos  los  días.  Aunque  los  sacerdotes  podían  sintonizar  a  voluntad  con  la  Jerarquía  Espiritual,  hasta  las  personas  ordinarias  eran  capaces  de  sintonizar  con  los  planos  superiores  de  existencia  por  medio  de  un  dispositivo   magnético.   Atándoselo   mientras   rezaban   y   meditaban,   mentaban   sus   sentidos   y   así   podían comunicar  directamente  con  los  Seres  Superiores.

Hubo  también  un  tiempo  en  el  que  los  Maestros  de  los  otros  planetas  caminaron  sobre  esta  Tierra.  La  presencia  de  otros  seres  planetarios  y  la  comunicación  con  ellos  era  aceptada  como  un  hecho.  Los  atlantes  mismos  viajaban  a  otros  planetas  de  este  Sistema  Solar,  pero  no  en  el  sentido   físico   de   utilizar   cohetes   y   naves   espaciales,   pues   habían   descubierto el   poder   de   la   mente. 

Consiguieron,  también, dominar  la  fuerza  de  la  gravedad  y  eran  capaces  de  «volar».  Podían  moverse  de  un  lugar  a  otro  desafiando la Ley de la gravedad. En  los  casos  de  enfermedad,  los  atlantes  reconocían  que  el  origen  de  aquélla  no  estaba  en  lo  físico sino en un  cuerpo  superior.  Por  tanto,  curaban  siempre  el  cuerpo  superior,  no  el  físico.  

Si  una  persona  estaba  enferma  era  llevada  a  un  lugar  de  curación,  un  templo,  y  colocada  en  una  sala  de  curación.  Esta  sala  estaba  construida  con  un  cierto  tipo  de  piedra,  de  cristal,  y  formada  y  angulada  de  modo  que  el  poder  del  Sol  se  difundía  en  haces  de  energía  y  luz  cósmica  de  diferentes  colores.  La  persona  era  situada  en  el  centro  de  la  habitación  y,  dependiendo  de  la  naturaleza  de  su  enfermedad,  los  rayos  correctos  de  luz,  y  de  color  por  tanto,  cayeran  sobre  ellos. 

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Además,  como  es  de  suponer,  como  los  sacerdotes  de  aquel  tiempo  eran  almas  evolucionadas  con  un  alto  grado  de  conciencia,  podían  ver  el  registro  akásico  de  la  persona  enferma -pues  la  enfermedad  no proviene  
necesariamente  de  la  vida  presente,  sino  que  
puede  extenderse  por  muchas  vidas-  y  podían  curar,  
o  intentar curar, la verdadera causa de 
la enfermedad de esa persona.

Quizá,  tras  observar  el  cuadro  que  acabo  de  describimos,  
me  preguntaríais:  «¿Por  qué,  entonces,  cayó  la  Atlántida?» 
 La  Atlántida  cayó  por  las  mismas  razones  por  las  que  cayeron  todas  las  otras  civilizaciones:  el error  del  Hombre.  Aunque  las  personas  de  la  Atlántida  lograron  alcanzar  un  alto  punto  de  evolución,  aunque  habían  sintonizado  con  los  poderes  cósmicos  y,  a  causa  de  la  era  en  que  vivían,  desarrollaron  sus  capacidades  psíquicas   más   allá   de   vuestra   comprensión, no   estaban   correctamente   motivados.

Utilizaban   su conocimiento  del  Cosmos,  su  punto  de  evolución,  no  para  cumplir  la  voluntad  de  su  Creador  y  Su  Plan  divino,  sino  para  realizar sus  propias  ideas  sobre  la  creación.  Utilizaban  su  conocimiento  para  su  satisfacción personal  y  obtener  poder,  para  amasar  riquezas,  para  controlar  a  otros  seres,  para  llevar  a  cabo  sus  propios  planes  sin  importarles  el  costo. 

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Los  poderes  que  habían  recibido  los  atlantes,  y  que  en  las  etapas  iniciales  habían  utilizado  para  la  construcción,  fueron  finalmente  empleados  para  la  destrucción,  y  así  se  inició  la  caída  de  la  Atlántida,  que  culminó  con  su  hundimiento  bajo  las  aguas.  Dicho  hundimiento  fue  producido  no  sólo  por  los  grandes  Seres  de  la  Jerarquía  Espiritual,  sino  también  por  los  auténticos  sacerdotes  que  quedaban.  

Los  sacerdotes   reconocieron   que   la   Atlántida   debía   ser   destruida,   y   por   tanto   se   ofrecieron  a  hundirla  para mantener  el  mal  en  equilibrio.  Comprendieron  que  el  hombre  debería  experimentar  nuevos  ciclos  de  evolución  antes de que estuviera de nuevo en posición de aceptar la responsabilidad y el conocimiento de la Atlántida.Antes  de  que  se  desintegre  una  gran  civilización  son  eliminadas  sus  semillas,  
para  seguridad  de  la siguiente.  

De  la  Atlántida  proceden  los  pueblos  que  serían  los  fundadores  de  las  razas  que  existen  hoy.  Las  características  raciales  actuales  pueden  rastrearse  hasta  la  Atlántida.  El  continente  se  hundió  bajo  las  aguas  y  su  mal  se  fue  con  él  para  ser  mantenido  en  equilibrio  por  los  Grandes  Seres.  

La  Tierra  fue  transformada  a raíz de  un  cataclismo;  
el  Hombre  renació  y  sus  marcha  se  inició  de  nuevo.  
Muchos  de  vosotros  sois  atlantes.  Cualquiera que  posee  poderes  psíquicos  en  gran  grado  se  lo  debe  a  la  gran  civilización  atlante  y  al  uso  que  hizo  entonces  de  esos  poderes.  En  todo  el  mundo  se  están  produciendo  hoy  
en  día  descubrimientos  psíquicos  como preparación 
de la nueva Era de la Atlántida. 

Muchas de las almas que vivieron en la Atlántida están reencarnando ahora como preparación para su reaparición. Son jóvenes en cuanto a años físicos, pero viejos en cuanto a valoración espiritual. Por desgracia,  muchos  de  ellos  se  conducen  mal  ahora  porque  carecen  de  dirección  y  motivación espirituales  y  porque  sus  seres  superiores,  sus  espíritus,  no  pueden  entender  o  captar  las  restricciones  de la densa vida física de la vida en la Tierra de hoy, pues sólo recuerdan la espiritualidad de la antigua Atlántida. 

La  Atlántida  va  a  resurgir  de  nuevo.

El  Cristo  va  a  venir  de  nuevo.  Las  semillas  de  
la  Nueva  Era  ya  están  sembradas,  no  sólo  las  semillas  
físicas  del  hombre  y  la  mujer  sino  también  las  de  
la  mente  y  la  materia,  las  semillas  de  la  creación,  
las  de  los  otros  Reinos  de  esta  Tierra.  Todo  está  preparado  para  el  gran  despertar,  el  gran  paso  hacia  adelante  en  la  evolución  de  la  Tierra.  

La  Humanidad  tiene  la  oportunidad  de  redimirse  
y  demostrar  que  ésta,  la  próxima  Era  de  la  Atlántida,  
será  la  final.  Ciudadanos de la Atlántida, 
¿estáis preparados para este momento de redención?"

"Revelación de Ramala"-Grupo Ramala


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