La foto es de un bebé de 21 semanas, aún sin nacer, llamado Samuel Armas al que se le había diagnosticado una espina bífida y nunca sobreviviría, a menos que se le practicara una operación intrauterina.
El Dr. Bruner, tras numerosos estudios realizados en el Centro Médico Universitario de Vanderbilt, en Nashville, anunció que él podría llevar a cabo la operación, con el bebé dentro de la matríz materna.
Durante la intervención, el cirujano extrajo el útero mediante una cesárea y practicó una pequeña incisión a la bolsa, a través de la cual le fue posible operar al pequeño Samuel.
El Dr. Bruner estaba acabando exitosamente la operación, cuando Samuel sacó su pequeñísima pero bien desarrollada mano a través de la incisión practicada y se agarró del dedo del atónito médico.
Este pestigioso cirujano declaró haber vivido el momento más emotivo de toda su vida, cuando sintió la mano de Samuel asiéndole uno de sus dedos, a modo de agradecimiento por obsequiarle con el regalo de la vida.
Por supuesto, el Dr. Bruner permaneció helado, -totalmente inmóvil por varios segundos– durante los cuales Samuel seguía cogiéndole el dedo, lo cual dio el suficiente tiempo para que el personal del quirófano pudiera fotografiar el momento con toda claridad.
“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre”. (Salmos 139:13)
Shedsenn