Tenéis que mirar más allá, más allá de vuestro horizonte cotidiano ¡y ver el porqué de vuestra venida sobre esta Tierra! ¿Ha sido para poseer una casa confortable, para poseer una mujer, poseer un marido, poseer hijos? ¡Claro que no! Lo sabéis. ¡Conocéis la respuesta! ¡Dejad entonces de alimentar una especie de confort y de atiborraros de ese confort!
No hablamos del confort material del que de hecho, no todos disfrutáis equitativamente, hablamos ante todo del confort interior egoísta, es decir, de una manera de preservaros, de economizar vuestro amor y de economizar esta relación que tenéis con el tiempo del que disponéis.
Permitirnos que nos dirijamos a vosotros, los hombres: queremos deciros hasta qué punto, a nuestro entender, es importante que reaccionéis, la mayoría de vosotros está ante una especie de inercia que os acecha…
¿Sentís cómo con demasiada frecuencia os parapetáis detrás de una energía femenina, una compañera que se muestra mucho más apta que vosotros a tomar la delantera, a tomar las riendas de la toma de consciencia que se os pide?
¿Sentís cómo con demasiada frecuencia os refugiáis detrás de las murallas, como si algo en vosotros, algo que podría ser constructivo, claro, ordenado, lógico, también quedase “en espera” con una especie de tristeza?
Os pedimos hombres que reaccionéis, que reaccionéis no como antes, manifestando una voluntad tajante, decisiva, afirmando “yo quiero” en las acciones que emprendéis, sino que actuéis dejando que hable en vosotros, sin falsa vergüenza, vuestra dimensión femenina.
Cuando no encontráis la fuerza para actuar, para hacer mover los acontecimientos como, a veces, se os pide, daros cuenta de que generalmente es porque refrenáis en vosotros esa sensibilidad, esa receptividad femenina, es ella la que actualmente, debe hablar a través de vosotros, es ella la que os puede regenerar y volver a daros una dimensión masculina perfectamente equilibrada.
En cuanto a vosotras las mujeres, nos damos cuenta hasta qué punto tenéis más facilidad, más potencial para implicaros en la acción presente. Esto, está acorde con el sentido y con la dinámica del actual motor cósmico y su aspecto. Sin embargo, que esta tarea que realizáis, que esta forma que emprendéis sobre vosotras no os haga olvidar la dimensión femenina que ha sido hasta ahora vuestra fuerza y vuestra luz por la vía de la creatividad.
No olvidéis las características de vuestra polaridad, cultivad la dulzura, cultivad siempre la dulzura y la luz femenina porque estas, en la acción, pueden constantemente tener tendencia a atenuarse. Seguid obrando con tranquilidad e irradiando vuestra luz, no cometáis el error masculino que fue durante milenios dar cabezazos contra lo que parecía un obstáculo, derribando puertas…
Estad presentes y sed firmes, ¡firmes y dulces a la vez!
Daniel Meurois.
del libro: ”Lo que Ellos me dijeron”.
