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20 septiembre 2022

¡POR LO GENERAL, LA HUMANIDAD, AÚN NO ENTIENDE LO QUE ES EL AMOR!


 Resultado de imagen de EL AMOR NO POSEE, ES LIBRE COMO EL VIENTO Y NO APRISIONA NADA NO POSEE NADA


¿Por qué todos tenemos este miedo terrible a amar y a dejar que nos amen? Observo que todas las personas, por lo general, tienen este deseo, esta necesidad de amor y esta imposibilidad, este miedo de amar a los demás.

Responde el Maestro Morya:

"El amor, daros cuenta de ello, no puede manifestarse de otro modo que no sea con un estado de apertura total. El auténtico amor es el resultado de una apertura completa de todas las puertas del ser.

Por supuesto, todo estado de apertura, ya sea en un plano sutil o concreto, genera necesariamente un estado de fragilidad.

El que se entrega generalmente no es capaz de protegerse de una eventual agresión. Está en estado de entrega porque el amor es una entrega total.

Paralelamente, es evidente que en la multitud de vidas por las que todos hemos transitado, con frecuencia hemos sido profundamente heridos por el simple hecho de haber bajado nuestras defensas y haber abierto nuestras puertas muchas veces.

El reflejo de nuestros seres encarnados ha sido, en consecuencia, lógico: se ha manifestado cerrándose. Esta es la razón principal y evidente del por qué los seres humanos de este planeta, que todavía se encuentran en un estado de miedo, se cierran al amor.

A ello se añade el hecho de que en el plano humano terrestre, hasta ahora el amor ha estado demasiado ligado a manifestaciones de una infinidad de emociones incontroladas y de profundos reflejos de posesividad.

Casi siempre el que ama y desea amar tiene en él el reflejo del que quiere poseer y apropiarse de la cosa o del ser objeto de su amor.

Es el sentido, es la dirección del amor los que, ante todo, tienen que ser modificados en vosotros.

El amor, el hecho de amar, no debe significar dominar, aunque la voluntad de amar esté exteriormente animada por las más bellas intenciones. 

Cuando se quiere dominar, es decir, apropiarse, se entra de alguna manera en estado de guerra y, por tanto, de fragilidad y de desestabilización.

El verdadero amor no posee nada, no aprisiona nada, por lo que no tiene nada que temer.

El amor real libera y abre nuestras propias puertas cuando, en el fondo de nosotros mismos, no buscamos volver a cerrarlas sobre el objeto de nuestro amor.

Cuando, al contrario, tenemos conocimiento del hecho de que las propias puertas tienen que estar eternamente abiertas, ninguna herida puede entonces imprimirse profundamente en nuestra conciencia.

Una herida sólo se repercute de vida en vida si ha habido un cierre después de una apertura. El amor que lleva realmente su nombre no espera nada y al no esperar nada, recibe todo.

Recibe todo porque libera todo..., todo en él mismo y todo en el otro. Este es el mecanismo por el que la energía de amor se expande o, al contrario, se reseca.

Esta es la razón por la que la vía de la ternura de la que hablamos es una vía para volver a educarnos en el amor.

La ternura expresa un amor que no teme su nombre. Manifiesta un amor que no induce ninguna herida potencial. ¿Comprendéis? Es una manera de ablandar al amor, de pedirle que hable incluso cuando no tenemos la fuerza de expresar todo lo que existe en el fondo de nuestra alma".

El Morya

Mensaje recibido por 
    Daniel Meurois

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