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06 febrero 2017

LAS CÉLULAS TIENEN MEMORIA.

Las experiencias que vivimos quedan grabadas en nuestro holograma celular.

Resultado de imagen de la memoria contenida en una celula

Las células conservan la huella de los acontecimientos vividos cuya información-energía está formada por pensamientos, emociones y creencias de nuestra propia vida y de las generaciones que nos han precedido. Nuestros cuerpos son holográficos, pues cada célula que lo compone contiene toda la información del mismo.

Según el estudio “Órganos trasplantados y memoria celular” sobre pacientes que han recibido órganos, especialmente corazones, no es raro que se transfieran al destinatario comportamientos, preferencias y hábitos asociados con el donante. 

El autor de este estudio es el Dr. Paul Pearsall, psiconeuroinmunologista que fue profesor de la Universidad de Hawai, Miembro del Equipo de Trasplante de Corazón en la Universidad de la Escuela de Medicina y Asesor Senior de Investigación para el Laboratorio de Sistemas de Energía Humanos de la Universidad de Arizona.

En principio, se supone que el aprendizaje se realiza a través del sistema nervioso. En consecuencia, los pacientes que reciben trasplantes de órganos periféricos no deberían experimentar cambios de personalidad en sintonía con la personalidad de los donantes a los que nunca conocieron. En los casos en los que se han observado cambios éstos se han explicado bien por influencia de los medicamentos o bien por psicopatologías previas no detectadas en los pacientes.

Sin embargo, Pearsall nos recuerda que “la Teoría de los Sistemas Vivos postula explícitamente que, todas las células vivas poseen ‘memoria’ y subsistemas funcionales que ‘deciden’ dentro de ellas”. Además “la reciente integración de la teoría de los sistemas con el concepto de energía (denominada Teoría de los Sistemas Dinámicos de Energía) proporciona una lógica convincente que predice que todos los sistemas dinámicos almacenan información y energía en diversos grados”.

En su libro “El código del corazón”, Pearsall recoge 
casos de 73 pacientes trasplantados de corazón y otros 
67 receptores de órganos. Entre ellos cita a Claire Sylvia, 
una trasplantada de corazón que relata cambios en 
su vida en relación con los gustos de su donante. 
Por ejemplo, cambios en sus preferencias alimentarias, 
en su estilo de baile e incluso afirma tener sueños 
que tienen que ver con la vida del donante.

En esta misma línea, Charlotte Valandrey, actriz y escritora francesa, en la entrevista que adjuntamos, cuenta en primera persona cómo afectó a su vida recibir un nuevo corazón: “Tras el trasplante me cambiaron los gustos y empecé a tener una pesadilla recurrente, cada vez más precisa, más detallada” y, no sólo eso, sino que más tarde tuvo una relación con el marido de la mujer que le donó el órgano.

Pearsall sostiene que, "información y energía son la misma cosa. Todo cuanto existe es energía, la energía está llena de información y la energía almacenada conforma la memoria celular". Diversas teorías tanto en el campo de la biología como de otras ciencias dicen que los sistemas vivos son, por su propia naturaleza, manifestaciones de la energía que contienen la información (memoria) de lo que son y de cómo funcionan. Aun los más simples organismos unicelulares recuerdan cómo moverse, encontrar alimento, aparearse y evitar a los depredadores. Si una célula puede recordar, es probable que muchas células juntas puedan tener memorias más complejas y elaboradas.

Este planteamiento coincide con el principio de la física: la energía no se crea ni se destruye sólo se transforma. La energía por siempre es.

En una consulta en Bioneuroemoción el acompañante trata de modificar la emoción oculta, que es nuestra información profunda y al modificarla se cambia la memoria celular. También comprueba cómo esa memoria resuena en la información del árbol genealógico y explora las emociones no expresadas de nuestros ancestros. Y, justamente, todas esas emociones no expresadas son las causantes de las repeticiones. Por eso, en una misma familia, a veces, se repiten los síntomas o enfermedades.

Cada uno de nosotros llevamos toda la información de nuestro clan. Todo lo que vivimos, todo lo que nos rodea, todo lo que nos sucede tiene que ver con esta información. Cambiamos la información cuando hay un profundo cambio emocional.

Fuente:paulpearsall.com/info/press/

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