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22 febrero 2017

No existe otra Fuente capaz de generar y de regenerar la Vida más que el Sol.


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Las antiguas culturas, las antiguas civilizaciones, tenían un perfecto conocimiento de la naturaleza del Sol, porque llegaron a comprender que en El residía el Principio de la Divinidad, el Origen de la Creación, la única Fuente de Vida de todo cuanto existe. ¿Acaso el Sol no es, efectivamente, la primera y la más pura de las representaciones del Creador?. 

Si Él, desapareciera, la vida, obviamente, moriría. Sin el Sol, no existiría ninguna expresión ni manifestación de vida, no habría océanos ni mares, ni árboles ni bosques, ni flora, ni fauna, ni climas, ni desiertos, ni montañas, ni hielos, ni seres humanos..., ¡no habría nada!.

El Sol es la única Fuente que sostiene y alimenta la Vida en cualquiera de sus manifestaciones, en nuestro Sistema Solar. No existe otra fuente capaz de generar y de regenerar la Vida. En este maravilloso astro reside la Fuerza Omnicreante, el Origen, Dios, si preferimos llamarlo así. 

Su Luz compenetra cada átomo de toda energía y de toda forma de vida que existe en nuestro Sistema Planetario. El Sol, su energía, está presente absolutamente hasta en la más pequeña partícula de oxígeno que respiramos, y esto, no es una metáfora, sino una realidad absoluta.

Son muchos los que dicen no creer en Dios. ¡Dios no existe..., si existiera no permitiría el estado de cosas actual en el mundo, el hambre, las guerras, las injusticias!. Estas afirmaciones que se alzan así intentan desafiar a un Dios hecho a imagen y semejanza del ser humano, a su medida, con la intención de provocar una respuesta. "¡Veis, Dios no existe..., si existiera no consentiría tantas injusticias y sufrimiento como hay en el mundo!". 

Sin embargo, la Fuerza Cósmica a la que llamamos Dios, nunca responderá a la provocación, porque espera pacientemente que comprendamos, por nosotros mismos, que no tiene sentido rebelarse contra la Vida, es decir, contra "Dios", por la razón de que está apurando sus fuerzas en vano al intentar afrontar lo insondable. 

Esa Fuerza, a la que llamamos Dios y que no es otra cosa que el Sol-Cristo, nunca, ciertamente, responderá a la provocación, pero sin embargo observará y envolverá con su Amor la quemadura que infligimos a nuestra alma..., hasta que crecemos y logramos la madurez, no la de la mente sino la del Corazón. 

¡Y, entonces..., comprendemos que la Gran Luz, el Sol, esa Fuerza a la que llamamos Dios, no tiene necesidad de que creamos en Ella, porque sólo existe Ella y, Todo se resume en Ella, pues Ella es nosotros y nosotros, es Ella!.

Y, si algún día, tenemos necesidad de hablar con Dios, frente a frente, "cara a cara", es sorprendentemente sencillo el poder hacerlo, si queremos. Esto, puede parecer una metáfora, pero no lo es, es una realidad que hemos olvidado. Sólo tenemos que esperar al alba, cuando sale el Sol por el horizonte, o si preferimos, al final de la tarde, cuando el Sol está a punto de ocultarse. 

Es, en esos momentos, y sin necesidad de arrodillarnos, cuando podemos sin que su Luz nos dañe la vista, mirar a la cara al Sol, y hablarle, sinceramente desde el corazón, al Señor-Cristo, al Padre-Madre de la Creación. ¡"Si vuestra mirada se gira hacia el Sol, no hay una mañana que no pongamos nuestras manos sobre vuestros hombros"!. (Los Elohim)

Dios, el Sol-Cristo, no está precisamente en los templos de piedra, como muchos creen, sino en nuestros corazones y Su Luz en nuestros Espíritus. Las religiones y los templos de piedra, son necesarios para aquellos que, por el momento, tienen necesidad de rituales o de puntos fijos, porque, aún no han descubierto Aquello que vive y late hasta en la más pequeña de sus células. 

Para algunos hombres y mujeres, las religiones son una barrera donde acodarse y, para otros, un parapeto o una bandera que justifica la violencia, o su "guerra santa". Pero, al final, todo nos remite a nuestro verdadero "templo interior", ahí donde también reside el Sol, el único santuario que realmente se necesita.



del post: El SOL. ¿Qué es el Sol?, o ¿Quién es el Sol? ¿Es Él "DIOS"?


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