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10 febrero 2017

¿Qué hemos hecho o qué hacemos para reclamar o incluso exigir, tal o cual cosa a "la Vida"?


Reflexión para este fin de semana

Cuando estamos sumergidos en las dificultades o padecimientos, es frecuente que le echemos la culpa a la Vida...

Resultado de imagen de qué reclamamos a la Vida o a Dios?

Pero en realidad...

¿Qué es la Vida? ¿Nuestro enigmático destino o una Presencia divina que nos evade?

Si lo vemos como nuestro destino, la lógica quiere que adivinemos también las consecuencias de nuestro bagaje kármico, una ley cuya primera función es enseñarnos la responsabilidad, la equidad y el equilibrio.

Si por el contrario lo que vemos es al Divino, nuestro error consiste en concebir a Éste "como Alguien en los Cielos" cuya fuerza inconmensurable, castiga o recompensa.

Sin embargo, la vida no es nadie en particular, por lo tanto, deberíamos poder admitir hoy que el Divino no es nadie, sino un campo de Conciencia y de Amor en el cual participamos.

Esta noción de participación es fundamental.

Ninguno nace para soportar un destino. Debemos "dar forma" a la Vida en nosotros, es decir, darle un significado dándole forma con nuestro corazón.

La manera en la que lo experimentemos va a depender de nuestro libre albedrío, es decir, de la voluntad de orientación de nuestra conciencia.

Un Maestro dijo un día: "si quieres escribir tu vida con sequedad, será sequedad."

Estas palabras son claras y sin duda sería útil que nos las repitamos de vez en cuando.

Pero, ¿Por qué no ir más lejos aún? Debemos comprender que la lógica del movimiento que presenta la Vida, pida que aprendamos la necesidad de sembrar antes de querer cosechar.

Por eso es importante que nos hagamos regularmente esta pregunta:

¿Qué hemos hecho o que hacemos para reclamar o incluso exigir, tal o cual cosa a "la Vida "?

No estamos solamente para coger, sino también para dar…


Escrito por Daniel Meurois. 
Editorial Isthar Luna-Sol


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