Muy, muy pocos son los hombres y mujeres seguidores del catolicismo que conocen bien las mentiras de los primeros padres de la Iglesia y la cantidad enorme de asesinatos ordenados por Cardenales, Obispos, además de por los propios Papas, y perpetrados, por supuesto, ¡en nombre de Dios!
Pero, la enseñanza en profundidad del Mensaje de Amor y Compasión de Jesucristo, su esencia, nunca tuvo nada que ver con lo profesado por la mayoría de los personajes de la jerarquía de la Iglesia Católica ni con sus formas de actuar. La historia del catolicismo podría resumirse en la historia de LA SECTA DE LOS OBISPOS DE ROMA que han querido y desde el principio imponer su visión de la palabra crística. El verdadero cristianismo aún tiene que nacer de todas esas cenizas y ese renacimiento no tardará mucho ya. En un futuro no muy lejano habrá una fusión entre el cristianismo (no el catolicismo) y una gran filosofía oriental, el Budismo. Pues, el cristianismo y el budismo, en su esencia son lo mismo.
M. Z.
La Iglesia Católica, la más reciente de todas las religiones que existen sobre la Tierra y la que más seguidores tiene en la actualidad, ha lidiado a lo largo del tiempo con la corrosión propia de cualquier institución humana de amplia trayectoria, aunque, quizá, la peor batalla esté representada por las transgresiones de la política oficial que comenzaron desde la mismísima cúspide vaticana. Desde esta perspectiva, presentamos algunos de los peores Papas de la historia:
BONIFACIO VIII: otro de la negra lista medieval practicó la brujería. Llamó mentiroso e «hipócrita» a Cristo, profesó ser ateo, negó la vida futura y fue un homicida y un pervertido sexual.
Oficialmente dijo lo siguiente: «El darse placer a uno mismo o con mujeres, es tan pecado como frotarse las manos». Y -aunque parezca imposible- él fue quien escribió la bula Unam Sanctum, en la cual declaró oficialmente que la Iglesia Católica es la única y «verdadera» Iglesia, ¡fuera de la cual nadie puede salvarse!
Este inmoral papa declaró oficialmente: «Nosotros afirmamos y declaramos definitivamente que es necesario, para la salvación, que todo ser humano sea sujeto al pontífice de Roma».
Fue durante el reinado de este papa, cuando Dante visitó Roma. Describió el Vaticano como el «alcantarillado de la corrupción», y puso a Bonifacio (junto con los papas Nicolás III y Clemente V) en «las profundidades del infierno».
Durante esta época, Petrarca declaró que dicho establecimiento papal era un lugar de «violación, adulterio y toda clase de fornicación». Y debido a que los papas eran tan inmorales, no debemos sorprendernos de que los sacerdotes no fueran mejor que ellos. Como consecuencia, en muchas parroquias los feligreses insistían en que los sacerdotes tuvieran concubinas «como protección para sus propias familias».
Los cardenales ante esto lo convencieron de que dejara su vanidad a un lado y llevara otro nombre optando por el de PABLO. Falleció el 26 de julio de 1471. Oficialmente la muerte se debió a una indigestión con melón o un atoro con otra fruta aunque leyendas populares le atribuyen la muerte a un ataque al corazón mientras era sodomizado por un paje.
ALEJANDRO VI: Vino más tarde Rodrigo Borgia, quien tomó el nombre de ALEJANDRO VI Y ganó su elección al papado mediante chantajes con los cardenales, práctica común en aquellos días.
Antes de ser papa, cuando aún era cardenal y arzobispo, vivió en pecado con una mujer llamada Vanozza dei Catanei y después con la hija de ésta, Rosa, con la cual tuvo cinco hijos. En el día de su coronación nombró a su hijo -joven de temperamento y hábitos viles- como arzobispo de Valencia.
Vivió en incesto público con sus dos hermanas y con su propia hija y era el padre y amante de su hija Lucrecia, de quien se dice tuvo un hijo. El 31 de octubre de 1501 realizó una orgía sexual en el Vaticano, que no ha tenido parangón alguno en los anales históricos de la humanidad.
BONIFACIO VII: Mantuvo su posición a través de cuantiosas distribuciones de dinero robado. El obispo de Orleans se refirió a él (y también a Juan XII y León VIII), como «monstruos de culpabilidad, llenos de sangre y suciedad», y como «Anticristos sentados en el templo de Dios».
Además, Bonifacio fue un asesino. Hizo que el papa Juan XIV fuera encarcelado y envenenado. Cuando el papa Juan murió, el pueblo romano arrastró su cuerpo desnudo por las calles. La sangrienta masa de carne humana que había sido un papa, fue dejada a los perros.
BENEDICTO IX: Fue elegido papa, siendo apenas un niño de 12 años, por medio de arreglos monetarios con las poderosas familias que manejaban a Roma.
Este papa-niño creció en la maldad y «cometió homicidios y adulterios en pleno día; hizo robar a peregrinos en las catacumbas de los mártires». Fue un horrendo criminal a quien el pueblo desterró de Roma.
Finalmente, la compra y venta del cargo papal se hizo tan común y la corrupción tan pronunciada que los gobernantes seculares tuvieron que intervenir en el nombramiento de los papas. Enrique III, emperador de Alemania, eligió a Clemente II (1046- 1047), que era un clérigo alejado de la corte papal porque «ningún sacerdote romano pudo ser hallado limpio de corrupción de simonía y de fornicación»
JUAN XXII: Compareció ante el Concilio para dar cuenta de su conducta. «Fue acusado por 37 testigos (obispos y sacerdotes, en su mayoría) de fornicación, adulterio, incesto, sodomía, hurto y homicidio» Y se probó con una legión de testigos que había seducido y violado a 300 monjas. Su propia secretaria, Niem, dijo que en Bolonia mantenía un harén donde no menos de doscientas muchachas habían sido víctimas de su lujuria. Por todo ello el Concilio lo halló culpable de 54 crímenes de la peor categoría; le depuso del papado, y, para no verse condenado a lo que se merecía, el indigno papa optó por huir.
El registro oficial del Vaticano ofrece de este hombre esta información sobre su inmoral reinado: «Su señoría, el papa Juan, cometió perversidad con la esposa de su hermano, incesto con santas monjas, tuvo relaciones sexuales con vírgenes, adulterio con casadas y toda clase de crímenes sexuales… entregado completamente a dormir y a otros deseos carnales, totalmente adverso a la vida y enseñanzas de Cristo… Fue llamado públicamente el Diablo encarnado». Para aumentar su fortuna, el papa Juan puso impuestos a todo, incluyendo la prostitución, el juego y la usura. Se le ha llamado con frecuencia «el más depravado criminal que se haya sentado en el trono papal».
INOCENCIO III: Muchos de los papas fueron asesinos, pero sin duda alguna INOCENCIO III, sobrepasó a todos sus predecesores en homicidios. Durante su reinado, Inocencio, el cual era todo menos inocente, hizo asesinar a más de cien mil supuestos «herejes».
El promovió la más infame y diabólica acción en la historia de la humanidad: la Santa Inquisición. Por espacio de más de 500 años, los papas usaron la Inquisición para poder mantener el poder. No se tiene constancia del número de personas inocentes que fueron asesinadas al no estar de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana.
De momento, ningún Papa ha pedido perdón por los crímenes cometidos por "la Santa Inquisición".