"Vuelve tu rostro al Sol y las sombras permanecerán detrás de ti..." (Proverbio maorí)
El culto al Sol representa el culto a la estrella del día como deidad principal o con una gran importancia en diversas religiones y culturas de la antigüedad. Se ha extendido por todo el mundo debido al papel vital del Sol en la vida humana, la agricultura y los ciclos naturales.
A continuación, algunos ejemplos y características de la deidad solar en diferentes culturas:
Antiguo Egipto
Ra era la personificación del Sol y era adorado en varias formas correspondientes a las diferentes fases del sol en el cielo:
Khepri: El Sol de la mañana, simbolizado por un escarabajo, que representa el renacimiento y la renovación.
Ra-Horakhty: El Sol del mediodía, simbolizado por un disco solar con un halcón, que representa el máximo poder y vigor del sol.
Atum: El Sol de la tarde, simbolizado por un anciano, que representa el ocaso y la puesta del sol.
Con el tiempo, Ra se sincretizó con otras deidades egipcias, como Amón (Amón-Ra), Horus (Ra-Horakhty) y Atum, lo que refleja la compleja evolución de la religión egipcia y la integración de varias tradiciones locales.
Antigua Grecia:
Apolo fue adorado en numerosos templos, el más famoso de los cuales es el Templo de Apolo en Delfos. En su honor se organizaron importantes festivales, como los Juegos Píticos.
Civilización Inca:
El Inti desempeñó un papel fundamental en la religión, la política y la cultura inca, influyendo profundamente en la vida cotidiana y la estructura social del Imperio Inca. El culto a Inti reflejaba la importancia del Sol en la agricultura y en el concepto del poder divino, siendo un elemento central de la identidad y espiritualidad de los incas.
La asociación entre los Inti y la línea real inca enfatizó la legitimidad y el carácter sagrado de la autoridad de los gobernantes. Los emperadores incas derivaban su poder de su descendencia divina del Inti, lo que les daba un estatus especial y el respeto del pueblo.
Hinduismo:
Es adorado no solo por su papel como dios del sol, sino también por su influencia en la salud, la prosperidad y el conocimiento. Los devotos de Surya todavía practican el culto diario al sol, conocido como Surya Namaskara (Saludo al Sol), un conjunto de asanas (posturas) de yoga que honran y capturan la energía del sol. Se recitan oraciones y mantras durante el amanecer y el atardecer para honrar y agradecer a Surya.
Surya también es venerado en las tradiciones jainistas y budistas, y se considera una manifestación importante del Ser Divino y la luz espiritual.
Mesopotamia:
A través de su asociación con el Sol, la luz y la verdad, Shamash simbolizaba la transparencia y la protección contra el mal. Este hecho lo convirtió en un dios muy respetado y venerado en toda Mesopotamia. Shamash tenía templos y santuarios en numerosos zigurats (torres de templos) en Mesopotamia, donde los sacerdotes realizaban rituales diarios en su honor y los creyentes hacían ofrendas para recibir las bendiciones del dios. Los adoradores de Shamash trajeron ofrendas de comida, bebida y objetos de valor. Diariamente se recitaban oraciones e himnos para honrar al dios y pedir justicia y protección.
Conocemos a esta deidad en la Epopeya de Gilgamesh, ayudando al héroe principal y a su amigo, Enkidu, en diversas aventuras. Shamash ofrece consejos y protección, demostrando su papel como protector de la humanidad.
Civilización azteca:
Tonatiuh desempeñó un papel vital en la cosmología y la religión azteca, siendo adorado no solo como dios del sol, sino también como garante del orden cósmico y la vida. Su importancia en los rituales de sacrificio enfatiza la compleja relación entre la divinidad, la naturaleza y la sociedad en la cultura azteca.
En la mitología azteca, el universo estaba estructurado en ciclos solares, cada uno dominado por un dios solar diferente. Tonatiuh es el dios del quinto y actual ciclo solar, también conocido como el "Sol del Movimiento" o "Nahui Ollin". Tonatiuh se representa en el centro de la Piedra del Sol, un enorme y complejo calendario azteca. En esta imagen, se le representa con un rostro feroz, con la lengua en forma de hoja de cuchillo, simbolizando la necesidad de sacrificios humanos para mantener el Sol en movimiento.
Geto-dacios:
Los dacios practicaban diversos rituales de purificación y renovación, que a menudo estaban relacionados con los ciclos solares. Estos incluían el encendido de fuegos sagrados, que simbolizaban la luz y el calor del Sol.
Construyeron santuarios que estaban alineados con el movimiento de la Tierra alrededor del Sol. Los ejemplos más famosos son las fortalezas dacias en las montañas Orăștiei, especialmente Sarmizegetusa Regia. La alineación de estas estructuras con los solsticios sugiere un conocimiento avanzado de la astronomía.
La luz y el calor del sol eran vistos como fuentes de vida, aumentando las cosechas y asegurando la supervivencia de las comunidades.
Cultura japonesa:
AMATERASU \u2012 La diosa del sol Amaterasu es una de las deidades sintoístas más importantes y se considera el antepasado de la familia imperial japonesa. Su culto es fundamental para la religión sintoísta, y el Gran Santuario de Ise es el principal lugar de culto.
Según la mitología japonesa, Amaterasu nació del ojo izquierdo del dios Izanagi, después de que se purificara en el río. Inmediatamente fue reconocida como la diosa del Sol debido a su brillo divino.
El espejo es uno de los tres objetos sagrados de Japón y está asociado con el Amaterasu, también conocido como Amaterasu-ōmikami. Se cree que los espejos son capaces de reflejar la verdad y se utilizan para atraer a Amaterasu de vuelta al mundo.
El culto al Sol influyó profundamente en la arquitectura, el arte, la religión y la vida social de muchas civilizaciones antiguas. El Sol era visto no solo como una fuerza física esencial para la vida, sino también como una entidad divina que merecía respeto y adoración. Al mismo tiempo, el cuerpo celeste era garante de la vida y de lo posible en cada amanecer.
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yogaesotérico
28 de julio de 2024