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30 abril 2017

¡La actividad humana ha acelerado 170 veces el cambio climático!


La temperatura en la superficie del planeta crece más deprisa que en los últimos 7.000 años.

En los últimos 45 años, la humanidad ha modificado el clima de la Tierra 170 veces más deprisa que la media de los 7.000 años precedentes, ha descubierto un estudio. Las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado la temperatura 1,7ºC por siglo, muy por encima del 0,01ºC por siglo de lo que lo hacían las fuerzas naturales.

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En los últimos 45 años, la humanidad ha modificado el clima de la Tierra 170 veces más deprisa que la media de los 7.000 años precedentes, según un artículo publicado en The Anthropocene Review, del que informa la Universidad Nacional de Australia en un comunicado. 

El dato ha sido aportado por un algoritmo que mide la evolución del impacto medioambiental de las actividades humanas sobre el planeta,  al mismo tiempo que realiza proyecciones sobre posibles evoluciones futuras. 

En su estudio, los científicos Will Steffen y Owen Gaffney han analizado a la Tierra como un sistema integral y complejo y estimado el impacto de las actividades humanas a través de la llamada 'ecuación del Antropoceno', creada por estos investigadores. 

Steffen explica que "en los últimos 7.000 años, las fuerzas naturales que han impulsado el cambio han sido astronómicas -cambios en la intensidad solar y cambios sutiles en los parámetros orbitales-, junto con los volcanes", provocando un aumento de la temperatura de 0,01ºC por siglo. 

Sin embargo, “las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre en los últimos 45 años han aumentado la temperatura a 1,7ºC por siglo, muy por encima de la tasa de origen natural", añade. 

Steffen precisa que las fuerzas astronómicas del Sistema Solar o los procesos geológicos no han desaparecido, pero que sus impactos en un periodo de tiempo tan corto son ahora "insignificantes" en comparación con la influencia humana. 

"Cristalizar esta evidencia en la forma de una ecuación simple da a la situación actual una claridad que la abundancia de datos diluye a menudo. También coloca el impacto humano contemporáneo en el contexto de las grandes fuerzas de la naturaleza que han impulsado la dinámica del sistema de la Tierra durante miles de millones de años". 

El profesor Steffen añade que la humanidad todavía tiene la posibilidad de prevenir el cambio climático catastrófico, pero que el tiempo se está agotando rápidamente. 

"La economía mundial puede funcionar igualmente bien con cero emisiones, y las investigaciones muestran que podemos alimentar a 9.000 millones de personas -la población mundial proyectada para 2050- y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al mismo tiempo", dijo.

El Factor H 

Antes de que el ecosistema terrestre sufriese un impacto global significativo a causa de las actividades humanas, había tres elementos que regulaban el medioambiente de nuestro planeta: las fuerzas astronómicas, las fuerzas geofísicas y las dinámicas internas. En la época actual, conocida como Antropoceno, la actividad humana ha relegado a un segundo plano a estas fuerzas naturales. 

Al constatar esta evidencia, los investigadores han elaborado su ecuación estimando que la actividad humana, a la que denominan Factor H, se ha convertido en la principal fuerza que influye sobre el medio ambiente del planeta. 

En su ecuación, el Facfor H integra elementos como el aumento de la población humana, los modos de vida (especialmente el consumo de masas) y la tecnología. 

Integrando todos estos elementos en una fórmula, se descubre que la actividad humana  ha modificado las condiciones naturales de la vida en la Tierra 170 veces más deprisa que lo hacen las condiciones naturales, hasta tal punto que la temperatura en la superficie del planeta sube hoy más deprisa que en los últimos 7.000 años. 

Efectivamente,  después 1972  la temperatura media global en superficie ha aumentado 1,7 grados por siglo de media, cuando antes de la revolución industrial, esta temperatura descendía en la misma proporción cada cien años. 

Lejos de vivir en un  planeta resiliente, capaz de superar sus propios traumas, vivimos en un planeta que está en estado de alerta, señalan los investigadores. Añaden que su investigación “es una declaración inequívoca de los riesgos que toman las sociedades industrializadas en un momento en el que la acción es vital” para su supervivencia.

Fuente:/T21

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