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26 octubre 2017

Niño de 3 años recuerda su muerte en su vida pasada e identifica a su asesino.


 
Una foto de archivo de un niño señalando. El terapeuta alemán Trutz Hardo narra la historia de un niño de tres años, quien dice que fue asesinado con un hacha en su vida anterior. Christopher Hope-Fitch/ Getty Images


Un niño de tres años de edad, en la región de los Altos del Golán, cerca de la frontera de Siria e Israel, dijo que fue asesinado con un hacha en su vida anterior.

Mostró a los ancianos de la aldea dónde había enterrado el asesino su cuerpo, y por supuesto se encontró el esqueleto de un hombre allí, también les señaló dónde se encontraba el arma homicida, y excavando encontraron un hacha.

En su libro, “Los niños que han vivido antes: reencarnación hoy en día”, El terapeuta alemán Trutz Hardo narra la historia de este chico, junto con otras historias de niños que parecen recordar sus vidas pasadas con una impresionante exactitud para luego ser verificada.

La historia del niño fue presenciada por el Dr. Eli Lasch, quien es mejor conocido por el desarrollo del sistema médico en Gaza como parte de una operación del gobierno israelí en la década de 1960. El Doctor Lasch, que murió en 2009, le había contado estos acontecimientos asombrosos a Hardo.

El muchacho era de la etnia drusos, y en su cultura se acepta la existencia de la reencarnación como un hecho. Su historia, sin embargo, tenía el poder de sorprender a su comunidad.

Él, nació con una larga mancha de nacimiento, de color rojo en la cabeza. Los drusos creen, como algunas otras culturas, que las marcas de nacimiento están relacionados con la muerte de vidas pasadas. Cuando el niño tenía la edad suficiente para hablar, le dijo a su familia que había sido asesinado por un golpe en la cabeza con un hacha.

Es habitual que los ancianos tomen a un niño de 3 años de edad y lo lleven a la casa de su vida anterior en el caso que éste la recuerde. El chico sabía en qué pueblo había vivido, por lo que fue allí. Cuando llegaron a la aldea, el muchacho recordó el nombre que tuvo en su vida pasada.

Un hombre local de la villa dijo que la persona que el chico dijo haber sido había desaparecido cuatro años antes. Sus amigos y familiares pensaron que podría haberse perdido en territorio hostil como a veces sucede.

El niño también recordaba el nombre completo de su asesino. Cuando se enfrentó a este hombre, el rostro del presunto asesino se volvió blanco, le contó Lasch a Hardo, pero el presunto criminal no admitió el asesinato.

El muchacho dijo entonces que él podía llevar a los ancianos al sitio donde estaba enterrado el cuerpo. En ese mismo lugar, encontraron el esqueleto de un hombre con una herida en la cabeza que corresponde a la marca de nacimiento del niño, también encontraron el hacha, el arma homicida.

Ante esta evidencia, el asesino confesó el crimen. El Doctor Lasch, el único no-druso, estuvo presente a través de todo este proceso.

Fuente:/lagranepoca

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