"Debes saber que el alma de todo ser se concentra en su mirada. En ella deposita sus luces y sus sombras, es decir, sus resplandores de belleza y sus costras que forman su prisión. Tales costras forman una coraza; son ellas las que muestran el sufrimiento del Ser. Siempre están hechas de juicios..., prolongan la Separación. Solo el amor incondicional puede acabar con ellas.
¿Os habéis dado cuenta alguna vez hasta qué punto la mirada de un ser humano a menudo se parece a un puño cerrado? Incluso en aquel que únicamente aspira a la dulzura y a la bondad se adivina fácilmente la tensión de un miedo, la presión de un combate por librar, la presencia de una frontera dolorosa".
Palabras del Maestro Jesús
"El Testamento de las Tres Marías"-Daniel Meurois