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12 mayo 2021

¿Quieres saber cómo desterrar enfermedades de cáncer y sida en cualquier persona?

 


Los Milagros del Perdón. 

¿Quieres saber cómo desterrar enfermedades de cáncer y sida en cualquier persona? ¡Aplicando la terapia del perdón, no hay otra forma! 

Saber conducir al verdadero perdón a un individuo enfermo de cáncer, o sida,  es la medicina más eficaz de todas las que existen en el mundo; ese es un remedio infalible. 

¿Sabías que la energía del perdón hace olvidar ofensas, alivia los resentimientos y te devuelve la salud perdida? Pues sí, así es, exactamente. ¿Has vivido una traición o has tenido un trato injusto de parte de alguien más y crees que aquello que te hicieron no tiene perdón de Dios? Por favor, ¡ni lo pienses! 

No te aferres a la rabia y al dolor que eso te pudo haber causado. Sólo quiero decirte una cosa: perdonar puede reportarte enormes beneficios; perdonar a tus enemigos es una eficaz forma de aplacar la ira, te ayuda a reducir el estrés y, por ende, te sentirás mucho más liviano y saludable.

¿Sabías que hacer las paces con quien te ofendió puede mágicamente desterrar, entre otros, el dolor de espalda crónico que padeces; y que el perdón disminuye las recaídas en personas adictas ya sea a la droga, fármacos, tabaco, alcohol, etc.? 

Por si no lo sabías, fíjate que el poder curativo del perdón es tal que con el simple hecho de pensar en la reconciliación te traerá grandes beneficios emocionales, te liberará de la molesta ira y te ayudará a quitar muchos trastornos físicos, ¿cómo la ves? Está de más decir que, la vida no es fácil para muchos porque siempre hay pruebas que superar… Ciertas personas han sufrido la desgracia de perder un ser querido a manos de la delincuencia, etc., y ante esos terribles acontecimientos terminan aferrados al dolor y al resentimiento. 

Y, yo te pregunto: ¿sabías que el odio es un cáncer que corroe tu alma y que es uno de los responsables directos de succionar la vitalidad de muchos de tus órganos internos? ¿Te acuerdas de los gusanos energéticos de los que te hablé en capítulos anteriores y del alimento tan sabroso que les proporcionas con tus emociones negativas? Sigue entonces siendo víctima de las circunstancias, anda, sigue. Nadie te pide que pares; que, al fin y al cabo, a mí no es al que le duele. Es a ti. 

Llevar a cuestas una carga de amargura y rabia por haber sufrido un agravio es muy dañino para tu salud, para que no te atrevas siquiera a atarte al rencor; de ninguna manera te lo recomiendo. ¿Sabías que estás programado —implantado— para reaccionar ante cualquier cosa que te produzca tensión? Y, es que tu bendito cuerpo segrega adrenalina y cortisol, lo cual te acelera el pulso, la respiración y el pensamiento, trayendo como consecuencia un aumento en el nivel de glucosa en tu sangre.

Sin embargo, quiero que sepas que la ira y el resentimiento convierten en toxinas las hormonas que deberían protegerte. El efecto inhibidor del cortisol sobre tu sistema inmunológico está asociado con algunos trastornos graves porque atrofia las neuronas, causa pérdida de memoria y aumenta la presión arterial propiciando el endurecimiento de las arterias y la aparición de males cardiacos. Nada más piensa esto: perdonar detiene la secreción indiscriminada de esas hormonas, ¿qué tal? 

El perdón es un poderoso antídoto contra la ira, misma que se asocia estrechamente con la hipertensión crónica y la propensión a las afecciones del corazón, ¿eh? Cuando tú perdones las ofensas podrás volver a respirar tranquilo y tu hermoso corazón ya no querrá salirse de su lugar más. Analiza los hechos con objetividad. Sin tener que justificar al ofensor, entiende sus motivaciones; examina tus sentimientos al respecto. No te tomes tan a pecho las cosas; a final de cuentas eres tú quien resulta lastimado. Piensa en lo bueno del tirano que te sometió, no sólo en sus actos hirientes. 

Perdona por convicción, no por presión. Otorga el perdón desde el centro mismo de tu corazón; entiende lo que te digo. Aliviando tu alma salvarás tu vida. No te dañes a ti mismo ni dañes a los demás. Necesitas un consuelo profundo… necesitas amar. 

Ah, y no olvides perdonarte a ti mismo tus propias deficiencias, errores y fallas; sólo así dejarás atrás los fantasmas que te impiden vivir con plenitud. Aferrarte a un resentimiento quiere decir que te has resignado a permanecer enojado. Deja de actuar como un niño rabioso y mejor ponte a trabajar internamente. Cuando renuncies al rencor sustituirás la hostilidad por sentimientos positivos y con ello traerás tranquilidad a tu mente y a tu cuerpo. 



Tu angustia desaparecerá, ya no tendrás jaquecas o migraña, no conocerás el insomnio, tampoco el dolor de espalda y dirás adiós al estrés, ¿cómo la ves?. Otra forma en que puedes acceder a la terapia del perdón es a través del Ho‘Oponopono, que tiene su origen en Hawaii. Ho‘oponopono Auto-Identidad es uno en comunicación con la Divinidad. Fue desarrollado por la Kahuna Morrnah Nalamaku Simeona que se lo enseñó al Dr. Ihaleakala Hew Len, quien a su vez ha extendido el conocimiento del Ho‘oponopono por el mundo de la mano de Joe Vitale. 

Al hacer el Ho’oponopono uno le está pidiendo a Dios, a la Divinidad, que limpie, y purifique el origen de estos problemas, que son los recuerdos, las memorias. Así, de esta forma, neutralizan la energía que asocias a determinada persona, lugar o cosa. 

En el proceso esta energía es liberada y transmutada en pura luz por la Divinidad. Y dentro de uno, el espacio vaciado es llenado por la luz de la Divinidad. Por lo que, en el Ho’oponopono no hay culpa, no es necesario revivir ningún sufrimiento, no importa saber el por qué del problema, de quién es la culpa, ni su origen. En el momento que notan dentro de sí algo incómodo en relación a una persona, lugar, acontecimiento o cosa, inicien el proceso de limpieza, pidan a Dios: “Divinidad, limpia en mí lo que está contribuyendo para este problema.” 

Entonces usen las frases de esta secuencia: 

Lo siento mucho. 

Perdón. 

Te amo. 

Gracias. 

Repítanlo, varias veces, uno puede destacar solo alguna de ellas, la que le llegue mas en aquél momento y repetirla. Deje a su intuición guiarle. Cuando uno dice “Lo siento mucho”, estamos reconociento que algo (no importa saber el qué) penetró en su sistema cuerpo/mente. Uno quiere el perdón interior por lo que le trajo aquello. 

Al decir “Perdón” no están pidiendo a Dios que les perdone, uno está pidiendo a Dios que le ayude a perdonarse. “Te amo”, transmuta la energía bloqueada (que es el problema) en energía fluyendo, lo que vuelve a unir al Divino. “Gracias”, o, “Estoy agradecido” es la expresión de gratitud, la fe en que todo será resuelto para el bien mayor de todos los involucrados. A partir de este momento lo que suceda después es determinado por la Divinidad, uno puede ser inspirado a hacer alguna acción, cualquiera que sea, o no. Si continuases dudando, persiste en el proceso de limpieza y después, cuando estés completamente limpio, obtendrás la respuesta. 

Recuerda siempre que lo que uno puede ver de errado en el prójimo también existe en uno mismo, TODOS SOMOS UNO, por tanto toda cura es auto-cura. En la medida en que uno mejora, el mundo también mejora. Asume esta responsabilidad. Nadie más necesita hacer este proceso, SOLO TU. No existe ninguna regla en relación al orden de las frases.

Usen la secuencia con la cual se sientan mejor, la que esté más en sintonía con su momento. Pueden usar una o dos, generalmente, solo “Te amo” ya resuelve. El aspecto principal es que estamos aprendiendo a relacionarnos con nuestra Mente Subconsciente, nuestro YO interior. Ella es responsable de las memorias, las recibe y almacena, repitiéndolas conforme su programación. Es a él al que debemos aprender a amar, pidiendo perdón por la falta de consideración y comunicación. 

Existen detalles sobre sus características que no abordaremos aquí, pero lo importante es saber que nos integramos con nuestra Mente Subconsciente al pedir a la Divinidad que limpie las memorias que se repiten, que generan los conflictos, los problemas, los bloqueos de energía, que resultan en dolencias, psíquicas y físicas. 

Piensen estas frases en todos los momentos de su día a día, esto los mantendrá con una actitud vibrante de bienestar y comprensión, en relación a cualquier cosa que se manifieste para ustedes. Antes de salir de casa, pidan a su Dios interno que: ―Limpie lo que haya en ustedes o que pueda ser la causa de algún conflicto o problema en el camino del trabajo, (por ejemplo). Durante su día, al sentir cualquier malestar, o sentimiento ruin, que les traiga algún recuerdo, o no, únanse a ese sentimiento ruin y pidan a Dios que limpie las memorias que lo están generando. 

Una frase muy útil es pensada así: “¡Mis memorias las Amo! ¡Estoy agradecido por la oportunidad de liberarlas a ustedes y a mí!”. Siga con las frases (o frase) por el tiempo que quiera. El cambio es notable.

En situaciones difíciles, donde ustedes puedan sentirse desamparados (o desamparadas), cuando sus emociones están en desequilibrio y sienten que los pensamientos fluyen desordenadamente generando más aflicción, repitan varias veces, el tiempo que quieran o cuando sientan que logran paz y más tranquilidad. 

Lo siento mucho. 

Perdón. 

Te amo. 

Gracias. 

Debemos recordar que todas las memorias son compartidas, en la medida en que hacemos la apelación al Divino para limpiar las memorias que se repiten en nosotros, recuerdos de eventos desagradables, de desavenencias, conflictos, ellas siendo neutralizadas en nosotros también son neutralizadas en los otros. Por tanto la necesidad de arreglar al prójimo, de hacer a alguien entender nuestro punto de vista, de convencer, justificar, convencer, convertir, curar, son juegos mentales de la Mente Consciente queriendo controlar resultados. 

Dice el Dr. Len: "Este es uno de los mayores problemas de los terapeutas, ellos piensan que están allí para salvar a las personas, cuando en realidad están allí para limpiarse a sí mismos". Con el Ho’oponopono estamos asumiendo la responsabilidad por las memorias en común que compartimos con otras personas. El intelecto no tiene la capacidad de asimilar y valorar toda la información que se presenta en relación a cualquier problema, por tanto no sabemos lo que realmente está sucediendo en momento alguno. 

Cuando decimos a la Divinidad: "Si hay algo en mí sucediendo que está haciendo vivir a las personas de un determinado modo, yo quiero liberar esas cosas", al soltarse esas cosas, cambiamos nuestro mundo interno, y esto en contrapartida hace que el mundo entero cambie. Ser 100% responsables es un camino difícil de andar, porque el intelecto es muy insistente. 

Cuando un problema nos aparece, el intelecto siempre busca a alguien o alguna cosa para culpar. Nosotros seguimos buscando ahí fuera (de nosotros) el origen de nuestros problemas. No percibimos que el origen está siempre dentro de nosotros. 

El Dr. Len dice que, el Ho’oponopono nos enseña a no ser intrusivos en la vida del prójimo y dar consejos, pero cuando experimentamos a las otras personas como problemas, debemos preguntarnos: "¿Qué está sucediendo en mí que estoy experimentando esto?" El Dr. Len hace hincapié cuando dice que la mente nunca entiende las cosas como ellas son, lo que ella recibe es una réplica. La mente tiene un modelo de cómo funcionan las cosas, pero eso no es lo que realmente está sucediendo, porque si la mente realmente supiese lo que está sucediendo, no vivenciaría problemas. 

Las decisiones son tomadas para nosotros antes de que nosotros decidamos tenerlas, esto es porque existen millones de memorias inconscientes en nuestras Mentes Subconscientes, y son esas memorias las que toman las decisiones por nosotros. Y, como no somos conscientes de esas memorias, necesitamos hablar con la Divinidad, que es consciente de ellas, y solo la Divinidad puede cancelarlas. 

Entonces, momento a momento, practicando el proceso Ho’oponopono, estamos cancelando las memorias en nuestra Mente Subconsciente al decirle al Divino: "No sé porqué estoy viviendo esto, pero si tengo un problema en común con estas otras personas, me gustaría repararlo". 

De acuerdo con el Dr. Len; el “Ho’oponopono es entregarse y confiar, porque los resultados son trabajos del intelecto. Las expectativas son solamente memorias repitiéndose, y nada en la vida sucede accidentalmente. 

 Es la Divinidad la que está orquestando los eventos, y nuestro trabajo es estar en paz. La profesora del Dr. Len, Morrnah Simeona, enseñaba que: "Nosotros estamos aquí solamente para traer paz a nuestra propia vida, y si traemos paz a nuestra propia vida, todo a nuestro alrededor encuentra su propio lugar, su propio ritmo y paz", y eso es todo lo que es el Ho’oponopono. 

Recuerda que los pensamientos negativos son muy tóxicos y los positivos son sanadores y fortalecedores. En cualquier momento en que el mundo se bambolee y sientas que no estás en control de lo que está sucediendo, regresa a tu centro y busca el manantial de fuerza que viene desde tu Ser. Una cosa que sabrás a medida que sigas adelante es que la música, más que nunca, adquirirá un papel importante en tu vida. Oirás melodías que escuchaste muchas veces y de repente te emocionarás porque la conexión vibratoria de tu corazón será más fuerte que nunca. 

La energía de la música te ayudará a cambiar no sólo por dentro, sino también por fuera. La música es vibración, y por tanto, una forma de comunicación de muy alta calidad. La música es espiritual; se rige por principios distintos a la mera forma humana. Recuerda los experimentos del Dr. Emoto con el agua y las vibraciones de la música, como Bach, Mozart, Debussy, música New Age, etc. Hay un dicho que dice que las música amansa a las fieras y calma a los locos, ¿porque crees? 

En tu cerebro hay una sección especial que se dedica a interpretar y recordar las vibraciones en forma de música. Los principios que gobiernan la música representan la forma normal con la que funcionan las cosas en el universo. Así que, te pido que comiences a confiar en lo que percibes aunque creas que te lo estás inventando. En algún lugar, muy adentro, sabrás que esa energía es real. 

¿Recuerdas el consejo que te di de buscar la paz dentro de tu "océano profundo"? No lo vayas a olvidar cuando los fuertes vientos soplen frente a ti. Deja que los acontecimientos fluyan libremente a tu alrededor, pero mantén siempre un lugar de confianza, tranquilidad y serenidad en tu interior. Ante todo evento difícil lleva la paz contigo como un escudo y soportarás bien las tormentas, de mí te acordarás. 

La paz es una actitud, no es algo que puedes comprar en una tienda y te lo entregan envuelto para regalo. Tú mismo tienes que ser la paz. Sé humilde en tu búsqueda y deshazte de los aferramientos a los consuelos que solías buscar. Es mejor que abras tu corazón para recibir aquellos alivios que no tienen precio pero sí valen mucho. 

¡YA ES TIEMPO DE DESPERTAR¡


BALANCE Y ARMONÍA. Restableciendo nuestra energía vital.

Jesús A. Beutelspacher R.




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