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09 agosto 2021

Mis Hermanos de Venus, de Júpiter y de Mercurio que presiden esta acción la han juzgado preferible a la que recurre a quienes llamáis "grandes contactados". (El Morya)

 Compartimos aquí, un impresionante Mensaje del Maestro El-Morya (de la Fraternidad de los Elohim al servicio de la Gran Luz, el Gran Sol Crístico) que nos habla de varios conceptos y nociones que muy pocas veces han sido expuestas con tanta claridad. Por lo demás, la población de la Tierra debe o debería saber que todos los planetas de nuestro Sistema Solar están habitados aunque la Vida en ellos no se manifiesta en la tercera dimensión desde hace millones de años. Las élites del poder mundial, lo saben.


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«Hay tanto, tantas cosas que decir, tantas cosas que quisiéramos ofrecer a los hombres y mujeres de la Tierra, tantas cosas también que las explicaciones y las palabras pueden destruir...

¿Cómo hablaros de la Luz eterna y de sus colores que cicatrizan el alma? Esta Luz, este azul, este blanco y otras mil tonalidades que descubriréis aquí son en cierta forma las matrices primordiales o los arquetipos de los que propone la naturaleza terrestre densificada. 

El propio Sol físico no es sino el reflejo deformado de otro Sol infinitamente más auténtico y generador de una vida más fecunda.

La calidad de los rayos solares es lo que vuelve imposible la explosión efectiva del espectro primordial de colores en la materia.

El astro diurno, Hermanos, sólo expone a los hombres el lado de su cara que son capaces de soportar y de utilizar. Su polaridad y sus efectos se invierten según los estados de conciencia de la forma de vida de los que los reciben. Es uno de los motivos por los cuales las nociones de positivo y de negativo deberían ser eliminadas de vuestros lenguajes; las eras las han sobrecargado de acepciones moralizantes.

La Hermandad galáctica que ha concebido esta nave utiliza el más y el menos, el sol y la luna con el mismo amor, sabiendo que se puede transmutar el uno en el otro según los estados vibratorios de los cuerpos y los efectos pretendidos. No veáis en este aserto la simple aplicación de una lógica derivada de la noción de la relatividad. La relatividad comprendida por los cerebros humanos puede producir seres desengañados.

Desde hace millones de años, vuestros Hermanos de Venus y de otros lugares aprenden a dominar los conceptos del bien y del mal, de lo positivo y de lo negativo. Lo consiguen no implicándose como jueces en el problema. Han adoptado la posición del fiel de la balanza, la del Creador.

Por la sencilla razón de que han comprendido de verdad que son el Creador en vías de realización y de identificación. De acuerdo con esta ley, florecida en sus corazones, unen estrechamente sus esfuerzos a los de Shambhala a fin de regular los ciclos terrestres lo mejor posible aportándoles un poco de sal, un poco de levadura, mucho Amor.

Debo deciros que hace largo tiempo han tenido que intervenir muchas veces de forma enérgica en grandes movimientos de civilización tocantes entre otros a China, Oriente Medio y el pueblo de América Central. No busquéis otras explicaciones a la caída de ciertas dinastías. La espiral evolutiva así lo ha requerido a mis Hermanos. Sin embargo, no veáis en estos actos golpes infligidos por la espada del resentimiento ante una armonía, no respetada. La noción de castigo no es concebible entre quienes se han forjado a sí mismos para recibir el gran don de Amor cósmico.

Vuestros Hermanos han tenido que actuar por respeto al devenir del Hombre, porque no actuar era debilidad. A su imagen, a imagen también de Aquel que nos llama a fundirnos en Él, aprended a no alimentar resentimientos hacia quien ejecuta un acto contrario a la evolución luminosa. 

No es a él a quien hay que combatir sino a la fuerza de oscuridad de la cual sólo representa momentáneamente el instrumento, a menudo inconsciente, por impotencia o total ignorancia.

Amigos, decidlo bien, la inconsecuencia es lo que alimenta y engruesa la negrura. No se lucha contra hombres sino contra pulsiones que los hacen agitarse como marionetas.

La solución reside en la reconversión de la energía que origina esas pulsiones. Si vuestro amor no sabe operar semejante transmutación, el rayo de oscuridad resurgirá bajo otras formas quizá más insidiosas. Las lidias verbales y otras demostraciones de poder no os serán de ninguna utilidad. La ofrenda de Amor puro e incondicional bajo su rostro más noble y, finalmente, el manejo del Verbo verdadero son las únicas fuerzas consoladoras y reparadoras...

Todos los planetas de vuestro Sistema Solar se han unido para aplicar esta ley. Una ley, amigos, que no lo es en el sentido en que los humanos pueden comprenderlo. Es el motor y la base de toda vida y no una manifestación arbitraria de sus emanaciones.

En adelante, la nave Tierra no puede seguir manteniéndose al margen de la gran flota crística. Falta una nota en el arpa celeste o, más bien, una de ellas está desafinada. Pero ningún director de orquesta agitará ninguna varita mágica. Sabed que quien ama el instrumento por el cual existe, se ha incorporado íntegramente en él a todos los niveles. Aprended a escuchar, a ver, a sentir y recibiréis el modelo armónico que os pertenece desde siempre.

No es por cierto a la Tierra en tanto que ser vivo a quien interpela la Hermandad Galáctica, sino a cada hombre, a cada mujer. La sintonización del planeta pasa necesariamente por la sintonización del corazón de estos últimos. Proclamadlo cuanto podáis, el bálsamo no vendrá de Venus, de nosotros ni de otra parte, ni siquiera de Kristos; surgirá como una gavilla de la voluntad de transparencia y de cristalización de la raza humana entera.

Para hacer restallar el látigo de esta verdad, miles de Hermanos del Espacio se han encarnado hoy en esta Tierra. Nadie debe buscarles. En realidad son similares en todo punto o casi a los hombres, con sus debilidades y sus imperfecciones personales. 

Recordad bien la importancia de este detalle, ya que los Seres de la galaxia no son dioses sino, como cada ser humano, criaturas en evolución. Pueden fallar y han aceptado ese riesgo... Algunos caen. 

Hay que darles las gracias por ello. Reflexionad, amigos... 

Pedid a los hombres que se encarnen en el cuerpo de un animal a fin de hacer evolucionar su reino... Cuántos sabrán decir "sí"... Eso es el amor... No es sólo dispensar un ejemplo o una enseñanza magistral, es aceptar hablar la lengua del que es más pobre que uno, del hermano pequeño que descubre solamente un punto restringido del horizonte.

Hay grandeza y auténtica nobleza en ese olvido de uno mismo. No os confundáis, todos los de Shambhala y de los mundos de luz han conocido y a veces conocen esos estados no de servidumbre sino de Servicio.

Ninguna fuerza podría borrar del corazón de los Mayores el recuerdo de los tiempos en que en otros universos llevaban aún la máscara de simples mendigos.

»Ninguna fuerza podría hacer olvidar que un día un dedo ha aparecido ante nosotros, hiriéndose tal vez para señalar el Sol.

»Hoy hay más de diez mil venidos del Sistema Solar a vestirla túnica humana. Os lo repito, no los busquéis y que no se busquen. 

No nacería ninguna fuerza de esta búsqueda, salvo la de probables fantasmas. Qué importa lo que se piensa haber sido, lo que se es ni lo que uno se imagina reconocer. Sólo cuenta en qué sabemos convertirnos y la suma de escorias que se acepta triturar en uno mismo. ¡Una única calidad de turba permite que se abran ciertas flores!

Los diez mil son otros tantos fertilizantes silenciosos. Su llegada a la Tierra se ha acentuado en estas últimas décadas, a la vista del caparazón de inconsciencia humana. Mis Hermanos de Venus, de Júpiter y de Mercurio que presiden esta acción la han juzgado preferible a la que recurre a quienes llamáis "grandes contactados". 

Los seres humanos a quienes habíamos encomendado la difusión mediante contactos precisos y repetidos durante los dos primeros tercios de este siglo han encontrado demasiados obstáculos en su camino. Obstáculos debidos a la crueldad de los suyos, y también a veces a sus propios egos. En adelante, su papel predominante ha tocado a su fin. Han aceptado desempeñar la función de detonadores, con todos los riesgos que eso comportaba.

Sabed que es la primera vez que puedo expresarme tan claramente sobre este tema. He insistido en hacerlo con el asentimiento de la Jerarquía entera a fin de atajar una multitud de preguntas, y porque llega la hora de tender puentes y más puentes, cada vez más límpidos, cada vez más decisivos, entre las Estrellas y la Tierra, entre el agua de renovación y su receptáculo. Para terminar con el tema y antes de que os haga comprender mejor el cuerpo de esta nave de Paz que nos acoge, voy a dejar hablar a mi Hermano sobre la actual forma de proceder por la que se elabora la fusión con la Hermandad Galáctica.»

El-Morya

"Viaje a Shambhala"- A. y D. Meurois-Givaudan
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