Finlandia y Suecia están activando poderes de emergencia para prepararse ante posibles cortes de energía a gran escala, según el periódico finlandés Iltalehti.
Hasta Sihvonen-Punkka, director del operador de red finlandés Fingrid, destacó que si bien Finlandia no ha experimentado un apagón nacional durante más de 50 años, el país debe estar preparado para tal evento, destacando las crecientes preocupaciones en toda Europa sobre la infraestructura en ruinas que los globalistas han ignorado durante mucho tiempo.
Pravda.ru informes: “Debemos estar preparados para una situación en la que una parte importante del país pueda caer en la oscuridad”, dijo Sihvonen-Punkka, señalando que las fallas pueden ser causadas por fenómenos climáticos extremos o errores humanos.
Para reducir los riesgos, Sihvonen-Punkka enfatizó la necesidad de una cooperación transfronteriza más estrecha entre los estados vecinos, incluido un intercambio de información más rápido y respuestas coordinadas durante las emergencias.
Suecia refuerza la preparación ante apagones.
Suecia también se toma en serio la amenaza. Erik Ek, gerente estratégico en Svenska Kraftnät, admitió que si bien es imposible eliminar por completo el riesgo de apagones, las autoridades están trabajando en planes de contingencia detallados para minimizar las interrupciones si ocurre un apagón energético.
Según funcionarios suecos, la planificación ahora garantiza que la sociedad pueda mantener los servicios básicos incluso en caso de interrupciones prolongadas.
Los recientes apagones europeos ponen de relieve los riesgos.
La urgencia de la preparación nórdica surge en un momento en que Europa se ha enfrentado a varios cortes graves en los últimos años. A principios de este año, Berlín sufrió su mayor apagón en décadas después de que un incendio dañara una línea de transmisión de alto voltaje. Combinados con el colapso de la red eléctrica de la Península Ibérica, estos incidentes han puesto de relieve la fragilidad de los sistemas eléctricos europeos interconectados.
Tanto Finlandia como Suecia destacan que la resiliencia, la cooperación y la preparación son esenciales para proteger a los ciudadanos y la infraestructura crítica contra futuras crisis energéticas.