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08 octubre 2025

3I/ATLAS nuevamente fotografiado desde la órbita de Marte: ¡parece un cilindro brillante sin cola ni polvo!


 

 

Las imágenes tomadas a fines de septiembre muestran un cilindro luminoso alargado que cruza lentamente el cielo marciano. El objeto no tiene una cola característica, un rastro de polvo o una fragmentación, solo una estructura lisa, como un monolito, que emite un tenue resplandor blanco verdoso. 

Estas tomas inmediatamente causaron animadas discusiones. En las redes sociales y blogs científicos, comenzaron a escribir: si esto es un cometa, ¿por qué ha dejado de comportarse como un cometa? No tiene emisiones, ni materia que se evapora, solo un brillo estable y contornos claros.

Los científicos explican cuidadosamente lo que está sucediendo. Según los expertos de la Agencia Espacial Europea, las observaciones podrían estar distorsionadas por el ángulo de iluminación y las características de las capas atmosféricas de Marte. Pero el hecho mismo de la aparición de tomas tan inusuales agregó intriga.

3I/ATLAS fue el tercer invitado interestelar confirmado en la historia, después de ʻOumuamua y Borisov. Pero es este objeto el que ha recogido el máximo número de rarezas.

Según el Telescopio James Webb (JWST), su envoltura de gas contiene una cantidad récord de dióxido de carbono. La proporción de CO₂ a agua es de aproximadamente 8 a 1, una de las más altas registradas. Esto significa que el objeto emite dióxido de carbono ocho veces más activamente que el vapor de agua. Esto no es típico de los astrónomos: la mayoría de los cometas muestran una proporción inversa.

Otras observaciones realizadas con el telescopio espacial Swift registraron hidrógeno e hidroxilo, rastros de agua en evaporación. Su tasa de evaporación se estima en unos 40 kilogramos por segundo. Pero al mismo tiempo, alrededor del 30% del hielo de agua mezclado con polvo y partículas refractarias se encontró en la composición de la sustancia. Esta combinación parece contradictoria: hay hielo, pero no crea una cola clásica.

Otra paradoja está relacionada con la polarización de la luz. Las mediciones polarimétricas mostraron un resultado anómalo: -2,7% en un ángulo de fase de aproximadamente 7 °, que está más allá de todos los límites conocidos del comportamiento de cometas y asteroides. Ningún objeto en el Sistema Solar ha demostrado tales valores. Esto sugiere una forma inusual de reflejar la luz, tal vez una superficie densa, metálica o espejada.

Los espectros ópticos de los telescopios Gemini e IRTF mostraron que la luz reflejada tiene una «inclinación roja», es decir, un aumento de la luminosidad en la zona roja del espectro, que se detiene repentinamente en el rango del infrarrojo cercano. Este efecto tampoco es característico de los cuerpos helados naturales.

A medida que se acercaba al Sol, 3I/ATLAS comenzó a brillar más rápido de lo esperado. Las predicciones sugerían un aumento gradual del brillo, pero las observaciones mostraron un aumento repentino. Esto podría indicar la presencia de sustancias más volátiles o procesos no relacionados con el calentamiento habitual.

A esto hay que añadir las dimensiones. Las últimas estimaciones muestran que el núcleo de 3I/ATLAS es uno de los más grandes entre los objetos interestelares descubiertos en el sistema solar. Su diámetro puede alcanzar varios kilómetros y se supone que su densidad es mayor que la de la mayoría de los cometas. Esto explica la ausencia casi total de aceleración no gravitatoria: el cuerpo es demasiado masivo para que el gas que se evapora pueda cambiar notablemente su trayectoria.

La órbita del objeto también es única. Según los cálculos, 3I/ATLAS pasará por el perihelio el 29 de octubre de 2025 a una distancia de entre 1,4 y 1,5 UA, es decir, entre las órbitas de la Tierra y Marte. El 3 de octubre pasó a una distancia de unos 30 millones de kilómetros de Marte, y se acercará más a la Tierra el 19 de diciembre de 2025, a unos 274 millones de kilómetros. No hay riesgo de colisión, pero la trayectoria resultó ser tan precisa que en las redes sociales comenzaron a surgir versiones sobre un «curso controlado».

Algunos usuarios lo ven como una coincidencia natural, otros como «prueba de control artificial». Estos debates se intensificaron tras la aparición de una nueva imagen marciana, en la que el objeto no parece una cometa de polvo, sino una estructura plana.

Los astrónomos tratan de no sacar conclusiones precipitadas. Según representantes de la ESA, durante la filmación, 3I/ATLAS se encontraba bajo un ángulo de iluminación especial, por lo que la cola podría no haber sido visible. Además, Marte atravesaba en ese momento una fina capa de neblina de polvo, lo que podría haber distorsionado la forma visual. Pero incluso los especialistas reconocen que el objeto sigue siendo único.

Anteriormente, Michio Kaku señaló que la aceleración de 3I/ATLAS no puede explicarse con las fuerzas habituales. Afirmó que el comportamiento del objeto requiere «una nueva visión de la física de los cuerpos interestelares». Avi Loeb, de Harvard, también llamó la atención sobre el brillo, que recuerda a una fuente de luz dirigida. Sus palabras —«it’s got headlights» («tiene faros»)— se convirtieron en una cita que sigue siendo objeto de debate.

En los círculos científicos, estas expresiones se perciben de forma metafórica, pero en las comunidades de Internet se interpretan de forma literal. Muchos comentaristas afirman que 3I/ATLAS no es una cometa, sino una especie de «sonda interestelar». Esta versión se repite con especial frecuencia tras los informes de que el objeto no muestra actividad de polvo, pero sigue siendo brillante.

Añadamos a esto otras coincidencias. Casi al mismo tiempo que 3I/ATLAS, se observan otros dos cuerpos celestes inusuales: SWAN y Lemmon. También se comportan de forma poco habitual: SWAN tiene un tamaño gigantesco y un brillo verde, mientras que Lemmon tiene una velocidad anómala y un brillo inestable. Para algunos, se trata simplemente de una coincidencia. Para otros, es un indicio de que estamos observando parte de un proceso más complejo.

Mientras el objeto está detrás del Sol, los telescopios terrestres no pueden verlo. Por lo tanto, la Agencia Espacial Europea decidió utilizar orbitadores de Marte para la observación durante la conjunción solar. Este es un caso raro en el que los vehículos planetarios actúan realmente como observatorios.

Las imágenes tomadas a finales de septiembre fueron los primeros resultados de esta misión. Fueron ellos quienes mostraron el "cilindro sin cola". Ahora los marcos se están procesando y recalibrando para eliminar las distorsiones ópticas. Pero el hecho mismo de su existencia dio lugar a una nueva ola de conjeturas.

3I/ATLAS no representa ninguna amenaza para la Tierra: los cálculos de trayectoria han sido confirmados por varios observatorios independientes. Pero el número de anomalías a su alrededor está creciendo. El objeto no se comporta como un cometa típico: tiene una composición inusual, una polarización rara, un brillo impredecible y una masa que va más allá de los parámetros habituales.

Algunos astrónomos admiten con cautela que, si se confirma, 3I/ATLAS podría convertirse en el objeto interestelar más importante que jamás haya volado a través del sistema solar. Su comportamiento contradice la física en la que se basan nuestros modelos de cometas.

Mientras la humanidad espera que regrese de detrás del sol, la pregunta principal sigue siendo la misma: ¿qué estamos observando realmente?

¿Un cometa inusualmente activo con una composición rara? ¿Un nuevo tipo de cuerpo interestelar? O algo que nos obligue a reescribir nuestras ideas sobre quién y qué se mueve entre las estrellas. 

Засекреченная Хроника - 3 de octubre de 2025