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24 octubre 2021

MENSAJE DE LOS DEVAS DE LOS ÁRBOLES A LA HUMANIDAD - Por Dorothy Maclean




"Hijos de la Tierra y del Espíritu, nos dirigimos al aspecto espiritual de vuestra naturaleza, porque allí es donde debemos encontrarnos. No estamos en armonía con esa parte del género humano que viola la Tierra. Esa separación se hace aún más pronunciada cuando derriban irresponsablemente los grandes árboles. Lo repetimos, los altos árboles son necesarios. 

No basta con reforestar la Tierra, pues los árboles jóvenes no son capaces de cumplir nuestra tarea de transmutar energías. Para eso, se necesitan árboles maduros. Con escasez de grandes árboles, se verá afectada la paz y la estabilidad de los humanos, pues estamos interconectados. Nos necesitan para el equilibrio de la paz y la estabilidad. No pueden destruirnos sin destruirse a sí mismos." (Devas de los Árboles). 

Entre los cientos de mensajes que recibí del nivel del alma del mundo mineral, del vegetal y del animal, sólo una especie –los árboles- ha hecho un llamado urgente y poderoso. La inteligencia angélica de los árboles ha clamado que la humanidad actúe. Desde la perspectiva del mundo angélico, es vital que modifiquemos nuestra actitud sobre el valor y la importancia de los árboles, la piel de la Tierra, la cual requiere un cambio vital. El tiempo, por cierto, ha otorgado autoridad a la urgencia que expresaron. 

La destrucción de los bosques –tropicales, selváticos y templados- en todo el mundo está poniendo en peligro ahora la vida del planeta mismo. Hace mucho que conocemos algunos de los servicios que los árboles prestan al planeta, tales como mantener la cohesión del suelo, equilibrar las capas de agua, absorber el dióxido de carbono, proveer morada a muchas especies. Ahora, comprendemos con mayor precisión, como no lo comprendíamos años atrás, algunas de las derivaciones de esos servicios. 

La tala de árboles es la causa de muchos de los llamados desastres naturales, como las inundaciones y las sequías. Destruir árboles –los órganos de respiración del planeta- contribuye al efecto invernadero. Sabemos que los bosques tropicales conservan una vasta selección de genes vegetales, que pueden ser utilizados de varias maneras para ayudar a la humanidad, especialmente en medicina. Aun así, en estos tiempos, los árboles son cercenados, quemados y derribados a razón de unos ocho mil metros cuadrados por segundo. 

También en el nivel mental y en el emocional, los árboles tienen una influencia importante. La naturaleza de su ser produce estabilidad y paz y da incontables lecciones sobre la interconexión de la vida. Tienen un aura propia, sonido y perfume propios. Todas esas cosas nos afectan, y su carencia afecta nuestro equilibrio y puede obstaculizar el desarrollo de nuestras sensibilidades superiores. Posiblemente todos recordamos la experiencia de habernos recostado contra un árbol sintiendo gradualmente cómo la calma ingresaba en nuestro ser, o de llegar a un bosque sintiéndonos sobrecogidos, humildes y tranquilizados junto a los grandes árboles. 

Las inteligencias arbóreas me sugirieron una vez que las grandes ciudades se beneficiarían tremendamente si se las rodeara de amplias superficies con árboles, que ofrecieran paz y refugio al panorama urbano, con sonidos y perfumes que permitiesen a los preocupados habitantes de la ciudad recuperar la cordura. Los parques en las ciudades ayudan a esto, pero son "pasteurizados" y, por lo tanto, no proyectan la poderosa libertad de los bosques más naturales. A pesar del impacto negativo que nuestros actos ejercen sobre los árboles y su funcionamiento, el espíritu con que ellos nos responden en estos mensajes es vasto y noble. Dicen que nos ven como adolescentes que aprenden de sus errores cómo comportarse y crecer. Ellos siempre reconocen y estimulan nuestro magnífico potencial como seres humanos. 

Los Devas nos urgen a actuar, a usar el poder que tenemos los humanos para producir un mejor equilibrio en el planeta. Actuar sobre lo que se sabe de la necesidad de tener árboles implica grandes cambios en nuestros puntos de vista y en la organización de la sociedad, tanto económica como socialmente. Los árboles ven que el poder de la voluntad y de la imaginación humana exceden el de nuestros miedos, y transforman sistemas obsoletos. Sin duda, perciben que, como sea, nuestras políticas miopes en el manejo de los bosques deberán desaparecer tarde o temprano. 

Pero, el momento de cambiar y buscar alternativas es ahora. Sobre todo, los árboles ven que podemos hacer uso de nuestro gran poder en el mundo del pensamiento y de los sentimientos. Con esto, quiero decir alinear todos nuestros aspectos –los cuerpos físicos, las emociones, las mentes y las almas- con el fin de que la intuición guíe nuestras acciones. De eso trata el desarrollo humano: el reconocimiento de que somos parte de la naturaleza, y el compromiso de todos con ese todo más grande del que formamos parte. Cuando "escuchamos" interior y exteriormente, entendemos que somos uno (hijos/as del Uno) con el Universo. 

Quizás los árboles son el aspecto de la naturaleza más conducente a aprender esa verdad. Ellos nos dan sombra, refugio, y se transforman en la carne y los huesos de nuestras casas. Durante nuestro largo pasado, hemos tenido un vínculo estrecho con los árboles y, en la actualidad, pueden ayudarnos en la relación con nuestro verdadero yo. Asegurémosles un futuro. Como escribió el teólogo checo Comenius en 1632: "En lo posible, los seres humanos deben aprender a ser sabios no sólo por los libros, sino por los cielos, la tierra, los robles y las hayas." Los árboles nos convocan a expresar nuestro mayor potencial, por el bien de la vida toda.

 

MENSAJES DE LOS DEVAS DE LOS ÁRBOLES 

Somos guardianes de la Tierra en muchos aspectos, y los seres humanos deberían ser una parte de lo que cuidamos. No somos cosas activas jóvenes; somos, en cierto modo, como una escuela de filósofos benevolentes, con pureza que no es humana y un gran deseo de servir a la humanidad. Los árboles son vitales para el ser humano y para la vida en este planeta, y algunos de nosotros estamos ansiosos por experimentar este contacto con algunos humanos antes de que otros destruyan lo que hemos construido. 

El ser humano está ahora transformándose en regulador de los bosques del mundo y está comenzando a darse cuenta de cuán necesarios son esos bosques. Pero, cubre hectáreas enteras con especies de crecimiento rápido, seleccionando árboles por razones económicas tontas, sin estar conscientes en absoluto de las necesidades del planeta. Esto demuestra una total ignorancia de la finalidad de los árboles y de su capacidad de canalizar diversas fuerzas.

El mundo necesita de nosotros en una escala amplia. Quizás, si el ser humano estuviera en armonía con el infinito, como lo estamos nosotros, y estuviera contribuyendo con la parte que le toca, las fuerzas estarían en equilibrio. Pero, en la actualidad, el planeta necesita más que nunca justamente lo que se le niega: la fuerza que proviene de los árboles grandes y majestuosos. Comprende, los árboles son como una membrana protectora para la Tierra y en esa membrana se efectúan cambios necesarios. Nosotros los devas somos los centinelas externos de ese cambio, capaces de hacer nuestro trabajo donde otros no podrían. Nos vanagloriamos de ello. Nuestra más elevada alabanza emana como el aroma de una flor Bendice a todos los que vienen y descansan en nuestra aura, en nuestros bosques, aunque los humanos –absortos en sí mismos- no estén conscientes de nuestra presencia. 

Los árboles, guardianes enraizados de la superficie, que atraemos las fuerzas superiores hacia la Tierra a través del suelo, tenemos una ofrenda especial para el ser humano en esta era de velocidad, apresuramiento y negocios. Somos calma, fuerza, permanencia, alabanza y armonización fina, todo lo cual es sumamente necesario en el mundo. Somos más que eso. Somos expresiones del amor del Creador por su vida abundante, singular e interrelacionada. Tenemos un propósito. No podemos prescindir unos de otros, no importa cuán aislados o autosuficientes estemos en un sentido geográfico. 

La totalidad de la vida está aquí y ahora, y es nuestro privilegio hacer sonar nuestra nota especial. Ven a nuestro lado siempre que puedas, y eleva tu conciencia. No seamos mezquinos con el futuro. Vastas regiones necesitan de nosotros, y por nosotros quiero significar los grandes árboles en general. Simplemente, no podemos enfatizar esto lo suficiente. Somos la piel de este mundo; elimínennos y todo el planeta, ya incapaz de funcionar, se resecará y morirá. Déjennos ser, y la criatura toda ronroneará de satisfacción; la vida continuará su secuencia natural, tornándose cada vez más consciente de la unidad. 

El planeta clama por nosotros al unísono; pero el ser humano, dedicado a sus propios asuntos, sigue absorto su camino. Nosotros continuamos iluminando desde arriba, listos para desempeñar nuestro papel como siempre. Hemos sido parte del destino de este mundo desde hace tanto tiempo, tan indispensables al humano que no podemos concebir la idea de un mundo sin la restitución de los bosques. ¿Comprendes mejor ahora por qué hemos insistido sobre la necesidad de que haya árboles en la superficie de la Tierra? Los grandes bosques deben florecer y el ser humano debe cuidar de ello si desea continuar viviendo en este planeta. El reconocimiento de esta necesidad debe tornarse parte de su conciencia, tan aceptada como su necesidad de agua para vivir. Él precisa de los árboles de la misma manera que del agua; están interrelacionados. 

Somos, en verdad, la piel de la Tierra, y una piel no sólo cubre y protege, también deja pasar las fuerzas de la vida. Nada podría ser más vital para la vida como un todo que los árboles: árboles y más árboles. Canalizamos un tipo de fuerza que tiene una influencia estabilizadora en la vida. La verdad les habla de construir sus cimientos en rocas, en Dios, que es lo que nosotros hacemos y lo que inconscientemente les recordamos que hagan. El ser humano no se da cuenta de que, entre otras cosas, su ambiente natural está lleno de fuerzas que corresponden a (y, por lo tanto, pueden suscitar) alguna parte de su propia constitución, y que él recibe la influencia del ambiente que lo rodea en muchas formas sutiles. Aquí, también, los grandes árboles tienen un papel poderoso que desempeñar, y ustedes están privados de una parte de sí mismos y de su herencia cuando desnudan la Tierra despojándola de los grandes árboles. 

Textos de los Libros Honrar la Tierra, Errepar y Comunicación con los Ángeles y los Devas.

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