FranceSoir - 11 de Julio de 2022
Es probable que el legado dejado por la crisis del Covid-19 y la guerra en Ucrania duela. La creciente inflación, la escasez de alimentos y la crisis energética son factores que están empujando a la gente a rebelarse. Emitido en junio de 2022, una declaración de la compañía de seguros global Allianz llama a las compañías a estar vigilantes ante las crecientes protestas y disturbios civiles debido a las repercusiones económicas internacionales.
Las graves consecuencias económicas.
Después de dos años de crisis sanitaria, seguida de la guerra ruso-ucraniana, el balance económico es abrumador. Una declaración de la aseguradora europea Allianz advierte a las empresas contra un movimiento de protesta global que se está elevando a un crescendo.
Según Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), "nos enfrentamos a una crisis además de otra crisis", debido a los efectos combinados de la crisis del Covid y la guerra en Ucrania. Según ella, el aumento de la inflación constituye un "peligro inminente" que debe ser objeto de medidas inmediatas, ya que la seguridad alimentaria también se ve amenazada. "La alternativa es terrible: más hambre, más pobreza y más malestar social, especialmente para los países que han luchado por escapar de la fragilidad y el conflicto durante muchos años", dijo.
La declaración recuerda que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya había advertido sobre el aumento de los precios de los alimentos y las cadenas de suministro ralentizadas por la guerra. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo: "Todo esto está golpeando a los más pobres y sembrando las semillas de la inestabilidad política y el malestar en todo el mundo".
Preocupado por el alcance de un movimiento de protesta global, Allianz traza un paralelo con las protestas contra el precio del combustible y los fertilizantes en Perú, y las revueltas en Sri Lanka relacionadas con la crisis económica. "¿Podrían estos eventos ser una señal de nuevos disturbios que vendrán en otras partes del mundo?", preguntó la aseguradora europea.
Según Verisk Maplecroft, una firma global de consultoría de riesgo y estrategia, los disturbios civiles aquí son "inevitables", principalmente en las economías emergentes. Pero también en los países más ricos, cuya protección social parece tambalearse.
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Las consecuencias de dos años de confinamientos, toques de queda y restricciones económicas han enfurecido a la gente a nivel internacional.
Crecientes protestas en la era de las restricciones coercitivas.
En el apogeo de la crisis sanitaria, las protestas contra la implementación de restricciones tuvieron lugar regularmente en todo el mundo. Según Allianz, se trata de "una respuesta a una serie de acontecimientos sin precedentes". Sin embargo, agrega que "las protestas tuvieron lugar en un contexto de crecientes disturbios civiles a nivel mundial". De hecho, según el Índice de Paz Global, "las protestas, huelgas y disturbios aumentaron en un 244% entre 2011 y 2019", combinados con la polarización política después de la crisis económica de 2008.
Estas manifestaciones, bloqueos y disturbios se han intensificado desde la introducción de medidas coercitivas establecidas para frenar la epidemia. La declaración describe los eventos durante el año pasado, incluidos los convoyes de libertad, que tenían como objetivo protestar contra las restricciones de salud impuestas por los gobiernos, incluso en Canadá.
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Allianz lamenta que las pérdidas económicas de las empresas hayan sido tan significativas. Protestando contra el aumento del combustible destacando las dificultades económicas en Francia, el movimiento de los chalecos amarillos de 2018 hizo que los minoristas franceses perdieran casi "$ 1.1 mil millones en ingresos en solo unas pocas semanas". Por otro lado, en Chile se realizaron grandes manifestaciones debido al aumento de los precios del metro, "resultando en pérdidas aseguradas de $3 mil millones". Poco después, la muerte de George Floyd en los Estados Unidos provocó protestas en todo el país, lo que resultó en "más de dos mil millones de dólares en pérdidas aseguradas". Finalmente, la declaración rastrea los disturbios de 2021 que estallaron en Sudáfrica, causando pérdidas "por valor de $ 1.7 mil millones".
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Si la protesta social global ha ganado terreno en los últimos dos años, Allianz culpa a las redes sociales, cuya desinformación habría "empujado revueltas civiles".
¿Revueltas impulsadas por "redes sociales y desinformación"?
Para finales de 2022, la consultora Verisk espera un aumento de las protestas civiles en casi 75 países. Según el comunicado, esto se explica por "la naturaleza en gran medida no regulada de las redes sociales" que "ha permitido que la desinformación se propague sin control, proporcionando una plataforma para los teóricos de la conspiración". Estos "se centraron en tres ejes principales: el sentimiento antivacunas y de libertades civiles, la desconfianza en el gobierno y las dificultades económicas".
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Yendo más allá en sus comentarios, la declaración informa que el Barómetro de Confianza Edelman 2022 "reveló que la preocupación por el uso de noticias falsas como arma había llegado al 76% de los encuestados en todo el mundo". Asimismo, Allianz deplora que personas poderosas como Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, o Jair Bolsonaro, el actual líder de Brasil, "habiendo minimizado la gravedad de la pandemia", hayan podido utilizar las redes sociales "con impunidad y sin consecuencias legales", al menos por un tiempo. Pero la declaración no se detiene ahí: si bien la pandemia ha golpeado "desproporcionadamente a algunas industrias y grupos étnicos con más fuerza que a otros, también se ha abierto la posibilidad de radicalización".
¿Radicalización o libertad de expresión? En cualquier caso, un sentimiento de ira por las decisiones gubernamentales se ha extendido por todo el mundo. Un sentimiento agónico para Allianz, ya que los disturbios civiles pueden afectar a las empresas.
Gestión de riesgos y seguros.
Por lo tanto, Allianz advierte a las empresas que "es probable que la influencia de las redes sociales desempeñe un papel en el fomento de los disturbios civiles en el futuro previsible". La aseguradora considera que estos disturbios civiles podrían conllevar un "deterioro de los edificios, interrupción de actividades, denegación de acceso o pérdida de atractivo de los inversores". Agrega que los primeros objetivos son "edificios gubernamentales, infraestructura de transporte, cadenas de suministro, locales minoristas, empresas con inversión extranjera, gasolineras, centros de distribución de bienes esenciales y negocios de turismo u hospitalidad".
Para Allianz, las empresas "deben revisar sus pólizas de seguro en caso de aumento de la actividad local, y actualizar sus planes de contingencia si es necesario, teniendo en cuenta las vulnerabilidades de su cadena de suministro". Además, "las pólizas de seguro de propiedad pueden cubrir reclamos en algunos casos, pero las aseguradoras ofrecen cobertura especializada para mitigar el impacto de huelgas, disturbios y movimientos populares".
Otros actores de la sociedad civil están preocupados por la evolución de estos movimientos: "Los disturbios civiles representan cada vez más una exposición más crítica para los negocios que el terrorismo", dijo el artista serbio Srdjan Todorovic. Añadió: "La naturaleza de la amenaza está cambiando, ya que algunas democracias se vuelven inestables y algunas autocracias reprimen fuertemente a los disidentes. Los disturbios pueden ocurrir simultáneamente en múltiples lugares, ya que las redes sociales ahora facilitan la rápida movilización de los manifestantes. Esto significa que las grandes cadenas minoristas, por ejemplo, podrían sufrir múltiples pérdidas en un solo evento". Preocupado, concluye asegurando que "en el estado actual de las cosas, no espero que el malestar social disminuya pronto".
Algunos recordarían el famoso dicho popular: "Quien siembra vientos cosecha tormentas". Si la tormenta social está haciendo estragos a nivel internacional, pone en peligro el futuro de las empresas y los gobiernos. Ante la falta de conciencia de los jefes de Estado y las consecuencias que esto podría inducir, en Francia, el senador de la Côte-d'Or (LR) Alain Houpert teme nada menos que una "guerra civil fría".
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