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08 octubre 2025

Misterioso silencio en torno a 3I/ATLAS: ¿Por qué China, Europa y la NASA ocultan imágenes de un objeto interestelar?



La señal procedente de Marte tarda menos de 22 minutos en llegar a la Tierra. Sin embargo, ya son tres días los que se mantiene un silencio inexplicable por parte de las agencias espaciales que observaban el histórico sobrevuelo del objeto interestelar 3I/ATLAS cerca del planeta rojo.

El 3 de octubre de este año, el objeto, que es solo el tercer cuerpo observable confirmado de origen extrasolar, pasó a una distancia de solo 30 millones de kilómetros de Marte. Fue una oportunidad sin precedentes para cinco naves orbitales que se encontraban en la posición ideal para tomar imágenes detalladas. Sin embargo, hasta la fecha, el público no ha visto ninguna fotografía.

Las cinco naves que apuntaron sus instrumentos hacia 3I/ATLAS son el Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA, las sondas Mars Express y ExoMars TGO de la Agencia Espacial Europea (ESA), la sonda Hope de los Emiratos Árabes Unidos y, lo que es más importante, la nave china Tianwen-1.

La NASA justificó su silencio con la suspensión de las actividades del Gobierno de los Estados Unidos, que comenzó sospechosamente el 1 de octubre, solo 48 horas antes del sobrevuelo. Por su parte, la ESA se limitó a comunicar que sus observaciones continuarían hasta el 7 de octubre, sin publicar resultados preliminares. Pero, el silencio más desconcertante proviene de Pekín.

El factor chino: una anomalía geopolítica.

Si bien los retrasos por parte de la NASA y la ESA pueden tener justificaciones burocráticas, el silencio de la Administración Espacial Nacional China (CNSA) desafía toda lógica geopolítica. La sonda Tianwen-1 funciona de forma totalmente independiente y ha demostrado una eficacia notable, publicando más de 14 700 imágenes de Marte desde 2021. China suele utilizar sus logros espaciales como una poderosa herramienta de propaganda. De hecho, hace solo unos días celebraron la publicación de una selfie de la Tierra tomada por su nueva sonda Tianwen-2 desde una distancia de 590 000 kilómetros.

Si las imágenes de 3I/ATLAS mostraran una cometa normal, aunque fuera de origen interestelar, China tendría un motivo perfecto para hacerlas públicas de inmediato. Tal medida no solo habría humillado a la NASA, paralizada por la suspensión de las actividades gubernamentales, sino que también habría reforzado el prestigio de su programa marciano ante la ambiciosa misión de retorno de muestras «Tianwen-3», prevista para 2028.

El silencio es absoluto: no hay comunicados de prensa de la CNSA, ni imágenes de sus cámaras de alta resolución, ni declaraciones de los astrónomos de la Academia China de Ciencias, ni cobertura en los medios de comunicación estatales. Lo mismo ocurre con los Emiratos Árabes Unidos y su sonda Hope.

El recorrido de las imágenes desde Marte.

Para comprender la magnitud de este retraso, es fundamental entender cómo llegan las imágenes desde Marte. Cuando una nave orbital como la Tianwen-1 toma una fotografía, la almacena y luego la transmite a la Tierra mediante ondas de radio. Estas señales viajan a la velocidad de la luz y son captadas por la Red de Comunicaciones Espaciales Lejanas (DSN), una red global de antenas.



El tiempo que tarda la señal en atravesar el espacio depende de la distancia entre los dos planetas, que cambia constantemente. Puede tardar entre un mínimo de 3 minutos y un máximo de 22 minutos. Tras su recepción, la señal se procesa para restaurar la imagen. Aunque la transmisión de datos de alta resolución puede tardar varias horas, el silencio de más de tres días por parte de cinco aparatos controlados por cuatro agencias competidoras no puede explicarse por retrasos técnicos.

¿Qué hace que 3I/ATLAS sea tan especial?

- La creciente preocupación se basa en que 3I/ATLAS no es un objeto normal. Los astrónomos han documentado al menos ocho anomalías que nunca antes se habían observado juntas en un solo objeto natural:

- El contenido de dióxido de carbono (CO2) y agua es 8 veces mayor que el de las cometas normales.

- Una misteriosa proporción de níquel/hierro, con presencia del primero sin la cantidad correspondiente del segundo.

- Aceleración no gravitatoria mínima, a pesar de la liberación activa de gases.

- Trayectoria con una probabilidad del 0,005 %, que incluye acercamientos cercanos a Venus, Marte y Júpiter.

- Masa estimada entre 1000 y 100 000 veces mayor que la de los objetos interestelares típicos.

- Polarización negativa extrema, «sin parangón entre los asteroides y cometas».

- Bajo nivel de carbono diatómico, a pesar del alto contenido de CO2.

- Edad estimada de entre 7000 y 14 000 millones de años, lo que potencialmente lo hace más antiguo que nuestro sistema solar.

Un estudio de la Universidad de Harvard / Initiative for Interstellar Studies calculó un factor de Bayes de aproximadamente ~10²⁸ a favor del origen artificial sobre el natural, una cifra astronómica que los autores, por razones profesionales obvias, prefirieron suavizar.

Silencio coordinado, rivalidad insuperable.

La conclusión que circula en los círculos analíticos es tan inevitable como inquietante: la única explicación plausible para que los competidores geopolíticos coordinen un silencio de este tipo es que los cinco aparatos observaron algo que requiere una respuesta unificada a nivel de toda la humanidad. La confirmación de la tecnología artificial se convertiría en un acontecimiento que relegaría a un segundo plano cualquier rivalidad entre Estados Unidos y China.

La prueba decisiva llegará a finales de noviembre de 2025, cuando 3I/ATLAS alcance su perigeo (máxima aproximación al Sol). Si el objeto mantiene su trayectoria hiperbólica de salida, es posible que la cautela actual resulte ser una reacción exagerada. Pero si se ralentiza para permanecer en el Sistema Solar, el silencio de estos últimos días no será más que el preludio de una revelación que cambiará la historia de la humanidad.


Мир чудес - 7 de octubre de 2025


3I/ATLAS nuevamente fotografiado desde la órbita de Marte: ¡parece un cilindro brillante sin cola ni polvo!


 

 

Las imágenes tomadas a fines de septiembre muestran un cilindro luminoso alargado que cruza lentamente el cielo marciano. El objeto no tiene una cola característica, un rastro de polvo o una fragmentación, solo una estructura lisa, como un monolito, que emite un tenue resplandor blanco verdoso. 

Estas tomas inmediatamente causaron animadas discusiones. En las redes sociales y blogs científicos, comenzaron a escribir: si esto es un cometa, ¿por qué ha dejado de comportarse como un cometa? No tiene emisiones, ni materia que se evapora, solo un brillo estable y contornos claros.

Los científicos explican cuidadosamente lo que está sucediendo. Según los expertos de la Agencia Espacial Europea, las observaciones podrían estar distorsionadas por el ángulo de iluminación y las características de las capas atmosféricas de Marte. Pero el hecho mismo de la aparición de tomas tan inusuales agregó intriga.

3I/ATLAS fue el tercer invitado interestelar confirmado en la historia, después de ʻOumuamua y Borisov. Pero es este objeto el que ha recogido el máximo número de rarezas.

Según el Telescopio James Webb (JWST), su envoltura de gas contiene una cantidad récord de dióxido de carbono. La proporción de CO₂ a agua es de aproximadamente 8 a 1, una de las más altas registradas. Esto significa que el objeto emite dióxido de carbono ocho veces más activamente que el vapor de agua. Esto no es típico de los astrónomos: la mayoría de los cometas muestran una proporción inversa.

Otras observaciones realizadas con el telescopio espacial Swift registraron hidrógeno e hidroxilo, rastros de agua en evaporación. Su tasa de evaporación se estima en unos 40 kilogramos por segundo. Pero al mismo tiempo, alrededor del 30% del hielo de agua mezclado con polvo y partículas refractarias se encontró en la composición de la sustancia. Esta combinación parece contradictoria: hay hielo, pero no crea una cola clásica.

Otra paradoja está relacionada con la polarización de la luz. Las mediciones polarimétricas mostraron un resultado anómalo: -2,7% en un ángulo de fase de aproximadamente 7 °, que está más allá de todos los límites conocidos del comportamiento de cometas y asteroides. Ningún objeto en el Sistema Solar ha demostrado tales valores. Esto sugiere una forma inusual de reflejar la luz, tal vez una superficie densa, metálica o espejada.

Los espectros ópticos de los telescopios Gemini e IRTF mostraron que la luz reflejada tiene una «inclinación roja», es decir, un aumento de la luminosidad en la zona roja del espectro, que se detiene repentinamente en el rango del infrarrojo cercano. Este efecto tampoco es característico de los cuerpos helados naturales.

A medida que se acercaba al Sol, 3I/ATLAS comenzó a brillar más rápido de lo esperado. Las predicciones sugerían un aumento gradual del brillo, pero las observaciones mostraron un aumento repentino. Esto podría indicar la presencia de sustancias más volátiles o procesos no relacionados con el calentamiento habitual.

A esto hay que añadir las dimensiones. Las últimas estimaciones muestran que el núcleo de 3I/ATLAS es uno de los más grandes entre los objetos interestelares descubiertos en el sistema solar. Su diámetro puede alcanzar varios kilómetros y se supone que su densidad es mayor que la de la mayoría de los cometas. Esto explica la ausencia casi total de aceleración no gravitatoria: el cuerpo es demasiado masivo para que el gas que se evapora pueda cambiar notablemente su trayectoria.

La órbita del objeto también es única. Según los cálculos, 3I/ATLAS pasará por el perihelio el 29 de octubre de 2025 a una distancia de entre 1,4 y 1,5 UA, es decir, entre las órbitas de la Tierra y Marte. El 3 de octubre pasó a una distancia de unos 30 millones de kilómetros de Marte, y se acercará más a la Tierra el 19 de diciembre de 2025, a unos 274 millones de kilómetros. No hay riesgo de colisión, pero la trayectoria resultó ser tan precisa que en las redes sociales comenzaron a surgir versiones sobre un «curso controlado».

Algunos usuarios lo ven como una coincidencia natural, otros como «prueba de control artificial». Estos debates se intensificaron tras la aparición de una nueva imagen marciana, en la que el objeto no parece una cometa de polvo, sino una estructura plana.

Los astrónomos tratan de no sacar conclusiones precipitadas. Según representantes de la ESA, durante la filmación, 3I/ATLAS se encontraba bajo un ángulo de iluminación especial, por lo que la cola podría no haber sido visible. Además, Marte atravesaba en ese momento una fina capa de neblina de polvo, lo que podría haber distorsionado la forma visual. Pero incluso los especialistas reconocen que el objeto sigue siendo único.

Anteriormente, Michio Kaku señaló que la aceleración de 3I/ATLAS no puede explicarse con las fuerzas habituales. Afirmó que el comportamiento del objeto requiere «una nueva visión de la física de los cuerpos interestelares». Avi Loeb, de Harvard, también llamó la atención sobre el brillo, que recuerda a una fuente de luz dirigida. Sus palabras —«it’s got headlights» («tiene faros»)— se convirtieron en una cita que sigue siendo objeto de debate.

En los círculos científicos, estas expresiones se perciben de forma metafórica, pero en las comunidades de Internet se interpretan de forma literal. Muchos comentaristas afirman que 3I/ATLAS no es una cometa, sino una especie de «sonda interestelar». Esta versión se repite con especial frecuencia tras los informes de que el objeto no muestra actividad de polvo, pero sigue siendo brillante.

Añadamos a esto otras coincidencias. Casi al mismo tiempo que 3I/ATLAS, se observan otros dos cuerpos celestes inusuales: SWAN y Lemmon. También se comportan de forma poco habitual: SWAN tiene un tamaño gigantesco y un brillo verde, mientras que Lemmon tiene una velocidad anómala y un brillo inestable. Para algunos, se trata simplemente de una coincidencia. Para otros, es un indicio de que estamos observando parte de un proceso más complejo.

Mientras el objeto está detrás del Sol, los telescopios terrestres no pueden verlo. Por lo tanto, la Agencia Espacial Europea decidió utilizar orbitadores de Marte para la observación durante la conjunción solar. Este es un caso raro en el que los vehículos planetarios actúan realmente como observatorios.

Las imágenes tomadas a finales de septiembre fueron los primeros resultados de esta misión. Fueron ellos quienes mostraron el "cilindro sin cola". Ahora los marcos se están procesando y recalibrando para eliminar las distorsiones ópticas. Pero el hecho mismo de su existencia dio lugar a una nueva ola de conjeturas.

3I/ATLAS no representa ninguna amenaza para la Tierra: los cálculos de trayectoria han sido confirmados por varios observatorios independientes. Pero el número de anomalías a su alrededor está creciendo. El objeto no se comporta como un cometa típico: tiene una composición inusual, una polarización rara, un brillo impredecible y una masa que va más allá de los parámetros habituales.

Algunos astrónomos admiten con cautela que, si se confirma, 3I/ATLAS podría convertirse en el objeto interestelar más importante que jamás haya volado a través del sistema solar. Su comportamiento contradice la física en la que se basan nuestros modelos de cometas.

Mientras la humanidad espera que regrese de detrás del sol, la pregunta principal sigue siendo la misma: ¿qué estamos observando realmente?

¿Un cometa inusualmente activo con una composición rara? ¿Un nuevo tipo de cuerpo interestelar? O algo que nos obligue a reescribir nuestras ideas sobre quién y qué se mueve entre las estrellas. 

Засекреченная Хроника - 3 de octubre de 2025

 

07 octubre 2025

«Bajarán de los cielos y los hombres se verán obligados a refugiarse bajo tierra». Profecía de un chamán indígena.

 


Hace tiempo que no se publican artículos sobre profetas. Y, por cierto, no se limitan a Vanga y Nostradamus. Hoy en día hay muchos que se autodenominan 'adivinos'. La cuestión es qué parte de lo que dicen se cumple y qué parte queda sin realizarse. En Canadá vive un indio hereditario llamado Kamango Chue. El hombre afirma que, gracias a un ritual especial, ha podido ver el futuro y, según él, este está lleno de desgracias y penas.

Un habitante de la taiga canadiense está convencido de que la humanidad debe empezar a pensar en la seguridad planetaria: «Todos los países, todos los pueblos deben unir sus esfuerzos. Si seguimos en desacuerdo, a los terrícolas les resultará difícil sobrevivir. Hace muchos miles de años, llegaron a nosotros dioses sabios que nos regalaron conocimientos, tecnología, ciencia y civilización.

En mis visiones, viajé a aquellos tiempos y lo vi todo. Sus enormes naves, construidas con diversos metales, oscurecieron la luz del sol. Al principio, la gente se asustó por el fuerte ruido y el viento que se levantó. Cuando los seres superiores salieron de sus naves y se dirigieron a la gente, sus palabras eran incomprensibles.

Los dioses enseñaron rápidamente a los humanos su idioma y empezaron a compartir sus conocimientos. A cambio, les pidieron que les trajeran piedras y metales. Oro, plata, platino, jade y mica. Para ellos, mil años terrestres son solo un día. Por eso, los humanos cambiaban, pero los dioses se quedaban. Cada generación posterior absorbía cada vez más conocimientos. Entonces se produjo el florecimiento de la cultura y la civilización. Después de pasar varios miles de años en la Tierra, regresaron a su morada divina.

Todo el universo se compone de dos materias: la luz y la oscuridad. El bien y el mal. La creación y la destrucción. No todos los dioses son buenos, sabios y deseosos de compartir sus conocimientos con seres poco desarrollados. Hay dioses terribles. Y son increíblemente poderosos. Yo los llamo Thashu, los hijos de la perdición. Se oponen a aquellos a quienes se puede llamar creadores. A aquellos a quienes debemos todo lo que se ha creado a nuestro alrededor. Si sus conocimientos no hubieran sentado las bases de nuestra civilización, todavía estaríamos inventando lanzas y hachas de piedra, en el mejor de los casos.

Los Thashu llegarán a la Tierra. Los vi en uno de mis viajes por el «camino del tiempo» (un ritual que permite ver algunos acontecimientos del pasado, o del futuro). Los traerán aves energéticas. Altos y poderosos, intentarán destruir todo lo vivo en el planeta. Para sobrevivir, los humanos se esconderán en las profundidades de las mazmorras. Solo quedarán máquinas en la superficie. Con su ayuda, la humanidad logrará mantener su existencia durante varios siglos.

Entonces, los dioses luminosos llegarán a la Tierra y se producirá una terrible batalla en el espacio. A partir de los restos de sus naves se creará un cinturón de basura entre la Tierra y Marte. Los humanos saldrán a la superficie y empezarán a recuperar la civilización perdida. Los dioses luminosos les ayudarán. Pero, en mi visión, uno de ellos se dirigió a mí y me dijo que todo esto se puede evitar si la humanidad se une y dirige su potencial no hacia la destrucción, sino hacia la creación. Los humanos deben elegir el lado del bien y la luz.

Llegará un momento en que la humanidad se enfrentará a una elección: caer en la ignorancia y las luchas internas, repitiendo los errores de épocas anteriores, o emprender el camino que yo pido. Las personas no comprenden de lo que son capaces. El potencial de cada uno de nosotros es enorme. En la situación actual, es imposible revelarlo.

He visto en qué naves vuelan los dioses y también he visto qué cimas alcanzará la humanidad antes de la invasión de Thashu. La humanidad debe mostrarse como un todo unificado. Si las personas unen sus esfuerzos, también en el ámbito científico, el progreso se acelerará decenas de veces. Entonces, la humanidad tendrá tiempo de crear una barrera protectora que mantenga a Thash lejos del planeta. De lo contrario, tendremos que escondernos en madrigueras y cuevas durante muchas generaciones, como ratas.

Es interesante que las palabras de Kamango Chue sean confirmadas por los contactados. Muchos de ellos afirman que los representantes de otras civilizaciones conocen desde hace tiempo a los humanos y no desean entablar un diálogo abierto con nosotros mientras existan desacuerdos entre los Estados y tal nivel de agresividad. Comunicarse con una de las partes significa participar en el conflicto. Es necesario comunicarse con la humanidad colectiva, y no con individuos o Estados concretos.

Quizás el indio canadiense sea realmente capaz de «viajar» al pasado y al futuro mediante la influencia sobre su conciencia durante el ritual. Solo hay un detalle que me confunde: si los Thashu son tan poderosos, ¿cómo pueden sobrevivir las personas durante generaciones bajo su yugo? Sea como fuere, la idea de unir a las personas en una sola humanidad no fue inventada por Kamango. Se formó hace mucho tiempo en diversas mentes. Sin embargo, los políticos contemporáneos consideran que esta idea es utópica.

BIOсфератум - 6 de octubre de 2025


05 octubre 2025

3I/ATLAS ya ha estado en la Tierra...



 

Mientras las instituciones oficiales permanecen en silencio, un grupo de expertos en datos y criptólogos independientes comenzaron a analizar los pulsos electromagnéticos que emanan de 3I/ATLAS. Utilizando redes neuronales profundas entrenadas para reconocer patrones multilingües y registros de señales cósmicas, descubrieron una coincidencia consistente. Este mensaje no estaba en palabras, sino en proporciones: la proporción áurea, la secuencia de Fibonacci, las espirales de los números primos... los mismos códigos matemáticos fundamentales que aparecen en la vida biológica, en la formación del ADN y en las antiguas estructuras arquitectónicas de la Tierra.

Algunos consideraron que esto era una gran coincidencia, pero la señal registrada de 3I/ATLAS no era constante, cambiaba con el tiempo, reaccionando sutilmente a la actividad solar, la proximidad de los planetas e incluso las emisiones de radio de la Tierra. Se hizo un descubrimiento escalofriante: una breve perturbación en el patrón de pulso, una pausa de 3,14 segundos, coincidió exactamente con el momento en que James Webb se centró por primera vez en 3I/ATLAS en el espectro infrarrojo.


Esto significaba que el objeto no sólo sabía que lo estábamos observando... sino que respondía enviando una huella matemática, hablando en un lenguaje más antiguo que el habla misma: el lenguaje de la creación, de la vida, del diseño. Los investigadores quedaron horrorizados no sólo por la trayectoria o la señal, sino también por lo que estaba oculto bajo la superficie del objeto. La espectroscopia de James Webb capturó débiles rastros de moléculas de carbono complejas en la capa exterior de 3I/ATLAS. Estos no son sólo compuestos orgánicos, se consideran los componentes básicos de la química prebiótica, los precursores de los aminoácidos, la estructura del ARN y, en última instancia, la vida misma.

Lo que hace que este hallazgo sea tan inquietante es su frecuencia. A diferencia de las mezclas caóticas encontradas en los cometas primitivos, estas moléculas estaban perfectamente estructuradas y casi cristalizadas, lo que sugiere que fueron purificadas o cultivadas para un propósito específico. Algunos han sugerido que podría ser un 'vehículo sembrador', un antiguo transportador de vida, destinado no sólo a la exploración, sino también a la colonización. Y, si esto es cierto, entonces la Tierra puede no ser un destino aleatorio. Puede que no sea un objetivo de destrucción, sino un lugar donde algo puede plantarse, observarse y, en última instancia, fusionarse con él.

Ahora, con tres visitantes interestelares confirmados (Oumuamua, 2I/Borisov y 3I/ATLAS), los científicos están empezando a conectar puntos que antes parecían incompatibles. Oumuamua - pasó, fue silenciosa y rápida, una sonda perfecta. El cometa 2I/Borisov era similar a un cometa normal, pero con una química y aceleración inusuales, como si fuera una prueba de nuestra capacidad para distinguir lo natural de lo artificial encubierto. Y, 3I/ATLAS es un híbrido: lento, masivo, diseñado y su complejidad crece cuanto más tiempo permanece en el sistema solar.

Una vez que los científicos pensaron que habían aprendido todo sobre 3I/ATLAS, sucedió algo que rompió la barrera entre la observación y las consecuencias. Un globo de reconocimiento a gran altitud sobre la Antártida registró una poderosa explosión de microondas: corta, aguda y centrada exactamente sobre el Polo Sur.

Esto se atribuyó primero a la interferencia solar hasta que una verificación cruzada de los datos mostró que el tiempo estaba perfectamente alineado con el nuevo desplazamiento angular en la trayectoria 3I/ATLAS. Pero, eso no es todo: momentos después del estallido, varias estaciones sísmicas en el continente helado registraron zumbidos de frecuencia ultrabaja no asociados con la actividad tectónica o el movimiento del hielo. Estas frecuencias eran idénticas en altura y duración al pulso cósmico emitido por 3I/ATLAS.

De repente, lo que se pensaba que era una anomalía cósmica se convirtió en una invasión de la Tierra. ¿El objeto influyó de alguna manera en el campo magnético de nuestro planeta? ¿O activó algún mecanismo enterrado bajo el hielo? ¡La idea de que 3I/ATLAS pudiera despertar sistemas inactivos en la Tierra (naturales o no) era simplemente impensable! Ella era inaceptable.

A medida que se filtraba más y más información, surgió una idea controvertida pero convincente: la hipótesis del portal. Algunos científicos, inspirados por la teoría cuántica de campos, creen ahora que 3I/ATLAS puede no ser una nave, sino una 'puerta móvil' que no viaja a través del espacio, sino que crea distorsiones locales del espacio-tiempo. Si esto es cierto, entonces 3I/ATLAS no es sólo una nave alienígena, sino una anomalía artificial, un guardián. Y, la Tierra, puede no ser su único objetivo, sino sólo el próximo...

Continuando con el monitoreo infrarrojo a largo plazo, el telescopio Webb hizo un descubrimiento impactante: el objeto no sólo reflejaba luz, sino que emitía radiación en un rango muy estrecho. 3I/ATLAS generó pulsos que se repitieron cíclicamente, como una secuencia binaria. Los investigadores no estaban alarmados por la naturaleza artificial de la radiación, sino por su interacción con los instrumentos terrestres. El objeto tenía la capacidad de cegarnos y ahogar nuestros instrumentos.

En el Océano Pacífico, un conjunto de satélites privados detectó una ráfaga de señal diferente a todo lo registrado anteriormente... provenía de 3I/ATLAS y estaba dirigida directamente a la Luna. El mensaje no estaba en ningún idioma conocido, sino que estaba estructurado como un paquete de ondas multicapa de cinco dimensiones de datos codificadas. La señal se dirigió a una coordenada lunar específica, un área con una concentración de masa inusualmente alta que se consideraba un remanente antiguo o algo más. 3I/ATLAS podría estar intentando activar algo enterrado en la Luna.

¿Y, si 3I/ATLAS no es solo un visitante interestelar, sino una máquina con conciencia cuántica, con memoria, una guardiana de algo a lo que nunca debimos acceder? ¿Y si no simplemente entró en nuestro sistema solar, sino que fue despertado... esperando, en estado de reposo, situado en una trayectoria no para investigar, sino para repetir?

 

Si su curso es antiguo, diseñado para cruzarse con civilizaciones sólo cuando alcanzan un cierto umbral, nivel de conciencia tecnológica, curiosidad cósmica, audacia. ¿Qué pasaría si cruzáramos esta línea demasiado pronto... tal vez, la verdad es que 3I/ATLAS no sólo nos está observando, sino que todo lo que hace (cada señal, cada ajuste, cada maniobra silenciosa) es para otra cosa... Por algo que le sigue o que todavía está en camino. En este caso, no sólo descubrimos el objeto detrás de las estrellas, sino que la humanidad activó la baliza. ¡Y, ahora, el Universo está observando...!

BIOсфератум

Твоя Лунa - 27 de septiembre

Ahora, con tres visitantes interestelares confirmados (Oumuamua, 2I/Borisov y 3I/ATLAS), los científicos están empezando a conectar puntos que antes parecían incompatibles. Oumuamua - cayó, fue silenciosa y rápida, una sonda perfecta. El cometa 2I/Borisov era similar a un cometa normal, pero con una química y aceleración inusuales, como si fuera una prueba de nuestra capacidad para distinguir lo natural de lo artificial encubierto. Y 3I/ATLAS es un híbrido: lento, masivo, diseñado y su complejidad crece cuanto más tiempo permanece en el sistema solarUna vez que los científicos pensaron que habían aprendido todo sobre 3I/ATLAS, sucedió algo que rompió la barrera entre la observación y las consecuencias. Un globo de reconocimiento a gran altitud sobre la Antártida registró una poderosa explosión de microondas: corta, aguda y centrada exactamente sobre el Polo Sur.
Esto se atribuyó primero a la interferencia solar hasta que una verificación cruzada de los datos mostró que el tiempo estaba perfectamente alineado con el nuevo desplazamiento angular en la trayectoria 3I/ATLAS. Pero eso no es todo: momentos después del estallido, varias estaciones sísmicas en el continente helado registraron zumbidos de frecuencia ultrabaja no asociados con la actividad tectónica o el movimiento del hielo. Estas frecuencias eran idénticas en altura y duración al pulso cósmico emitido por 3I/ATLAS.
De repente, lo que se pensaba que era una anomalía cósmica se convirtió en una invasión de la Tierra. ¿El objeto influyó de alguna manera en el campo magnético de nuestro planeta? ¿O activó algún mecanismo enterrado bajo el hielo? ¡La idea de que 3I/ATLAS pudiera despertar sistemas inactivos en la Tierra (naturales o no) era simplemente impensable! Ella era inaceptableA medida que se filtraba más y más información, surgió una idea controvertida pero convincente: la hipótesis del portal. Algunos científicos, inspirados por la teoría cuántica de campos, creen ahora que 3I/ATLAS puede no ser una nave, sino una puerta móvil que no viaja a través del espacio, sino que crea distorsiones locales del espacio-tiempo. Si esto es cierto, entonces 3I/ATLAS no es sólo una nave alienígena, sino una anomalía artificial, un guardián. Y la Tierra puede no ser su único objetivo, sino sólo el próximo...
Continuando con el monitoreo infrarrojo a largo plazo, el telescopio Webb hizo un descubrimiento impactante: el objeto no sólo reflejaba luz, sino que emitía radiación en un rango muy estrecho. 3I/ATLAS generó pulsos que se repitieron cíclicamente, como una secuencia binaria. Los investigadores no estaban alarmados por la naturaleza artificial de la radiación, sino por su interacción con los instrumentos terrestres. El objeto tenía la capacidad de cegarnos y ahogar nuestros instrumentos.
En el Océano Pacífico, un conjunto de satélites privados detectó una ráfaga de señal diferente a todo lo registrado anteriormente... provenía de 3I/ATLAS y estaba dirigida directamente a la Luna. El mensaje no estaba en ningún idioma conocido, sino que estaba estructurado como un paquete de ondas multicapa de cinco dimensiones de datos codificadas. La señal se dirigió a una coordenada lunar específica, un área con una concentración de masa inusualmente alta que se consideraba un remanente antiguo o algo más. 3I/ATLAS podría estar intentando activar algo enterrado en la Luna.
¿Qué pasaría si 3I/ATLAS fuera una máquinación conciencia cuántica, con memoria; el guardián de algo que nunca deberíamos haber logrado. Si no sólo entró en nuestro sistema solar o nunca entró en él, sino que se despertó... esperó, estaba en un estado latente, ubicado en una trayectoria no de exploración, sino de repetición.
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