El Ufólogo Ecuatoriano David Cangá es un hábil escritor que con su libro “Desenmascarando a Yahvé” (publicado por primera vez en 2013) nos ilustra con un estilo claro y directo, cuál ha sido la terrible repercusión que ha tenido sobre nuestra historia las diversas religiones, en especial la cristiana, y de cómo una misma entidad de origen extraterrestre se hizo pasar por el Dios del Universo, implantando leyes y decretos para beneficio propio. Leer esta fascinante obra, puede ayudar a quienes buscan entender el origen y los por qués a tantas religiones que han dado origen a tantas guerras y masacres.
David Cangá nos explica que detrás de Yahvé se oculta un ser sediento de sangre, impulsor de grandes matanzas, obsesionado con los rituales de sacrificio en masa de animales, y que sentía una especial inclinación hacia el sadismo extremo, promoviendo la venganza y la crueldad llevándose la vida de miles de inocentes seres humanos, en numerosas ocasiones de mujeres y niños. En definitiva, nos habla de un falso dios receloso con todos aquellos pueblos que puedan suponer una amenaza para Israel, el “pueblo elegido”. (David Parcerisa)
"DESENMASCARANDO A YAHVE"
SINOPSIS
Aunque el Cristianismo promueve valores muy nobles como el amor, el perdón, la solidaridad y la equidad, al mismo tiempo esta religión venera a un “dios” que representa todo lo opuesto a eso, según lo que se lee en el Antiguo Testamento bíblico. El autor de DESENMASCARANDO A YAHVE, afirma en este libro que ese “dios” conocido como Yahvé (Adonai), o Jehová es el ser más perverso que se pueda hallar en libro sagrado alguno, y que todas las evidencias apuntan a que el demonio al que Jesús se refería era Yahvé.
Además el autor afirma que los apóstoles (en especial Pablo) realizaron deshonestas tergiversaciones a las Escrituras Hebreas originales, para engañar a los receptores de sus prédicas, y reemplazar al dios vengativo que le dictó las leyes a Moisés, por el dios compasivo que envió a Jesús, y al que este llamaba “El padre”. Tergiversaciones que sobreviven hasta el día de hoy en todas las diferentes versiones de textos bíblicos.
Además el autor afirma que los apóstoles (en especial Pablo) realizaron deshonestas tergiversaciones a las Escrituras Hebreas originales, para engañar a los receptores de sus prédicas, y reemplazar al dios vengativo que le dictó las leyes a Moisés, por el dios compasivo que envió a Jesús, y al que este llamaba “El padre”. Tergiversaciones que sobreviven hasta el día de hoy en todas las diferentes versiones de textos bíblicos.
ANCESTRALES DEIDADES ALIENIGENAS
~ El Verdadero Origen De Las Religiones En La Tierra ~
SINOPSIS
Esta obra es la continuación o segunda parte del libro “Desenmascarando a Yahvé”. Mientras en esa primera parte el autor se enfocó en demostrar - basado exclusivamente en las “Sagradas Escrituras”– que esa deidad allí venerada padece de todos los defectos que los seres humanos repudiamos cuando los comete otro ser humano, a saber: El robo, la injusticia, la inequidad, el asesinato, la injuria, el racismo, el machismo, etc. sin embargo, en esta segunda parte, llamada “Ancestrales Deidades Alienígenas: El verdadero origen de las religiones en la Tierra”, el autor pretende demostrar, en base a mucha evidencia (bíblica y extra bíblica) que ese ser tan perverso que durante siglos han venerado millones de judíos y cristianos, no es DIOS, no es la Inteligencia Suprema, sino tan solo un impostor ente alienígena que engañó a los pueblos a los que se manifestó en Medio Oriente. El autor pretende de paso demostrar, que este caso del “dios” judeocristiano es tan solo un botón de muestra de lo que ha pasado con la mayoría (por no decir todas) las más influyentes religiones del planeta Tierra.
Que Yahvé era un ser perverso y cruel, lleno de muchos vicios, es algo que desde el siglo I hasta la actualidad varias personas lo han denunciado, personas como Marción, los gnósticos, Ernest Renán, Karl Heinz Deschner, etc.
Y, que los seres venerados como dioses en los “libros sagrados” (el Antiguo Testamento), eran tan solo entes alienígenas que se hicieron pasar por dioses, es algo que desde 1920 hasta la actualidad lo han sugerido respetables investigadores como Charles Fort, Immanuel Velikovsky, Harold T. Wilkins, Erich von Däniken, Zecharias Sitchin, Robert Temple, Salvador Freixedo, Andreas Faber Kaiser, etc. Sin embargo y a pesar de todos los valiosos aportes previos, el tópico es tan vasto que siempre hay cabida para hacer un aporte adicional.
INFORMACIÓN 2012
Nota de Maryo: Estoy de acuerdo en prácticamente todo lo que afirma el investigador y escritor David Cangá excepto en una cosa. En lo que no estoy de acuerdo es en lo que afirma David en cuanto que "fueron los apóstoles los que tergiversaron las Escrituras Hebreas originales, para engañar a los receptores de sus prédicas, y reemplazar al dios vengativo que le dictó las leyes a Moisés, por el dios compasivo que envió a Jesús, y al que este llamaba “El padre”. Tergiversaciones que sobreviven hasta el día de hoy en todas las diferentes versiones de textos bíblicos".
Habría que precisar que no fueron 'ellos', los apóstoles los que manipularon los textos de la Biblia. Esas personas que tergiversaron y manipularon los textos están mencionadas y muy bien identificadas por el investigador y escritor Mauro Biglino que trabajó casi treinta años como traductor de lenguas antiguas para el mismo Vaticano, llegando a traducir 17 libros de las Antiguas Escrituras para la Editorial San Pablo, del Vaticano. Como he dicho, esas personas que tergiversaron los textos bíblicos son mencionadas y están bien identificadas en el libro LA BIBLIA NO ES UN LIBRO SAGRADO-EL GRAN ENGAÑO, del investigador y profesor de historia de las religiones: MAURO BIGLINO.
Por otra parte, no sólo los apóstoles sino que todos los discípulos de Jesús sabían perfectamente -aunque les costó en un principio comprenderlo-, que ese individuo cruel y sanguinario -como así lo demuestran los diversos pasajes o versículos del Antiguo Testamento- llamado Yahvé (Adonai) no era El Padre de Jesús ni siquiera el de toda la Humanidad. El Maestro de Sabiduría y Avatar, Jesús, les advirtió muy bien a sus discípulos en cuanto a la verdadera personalidad de ese "dios" llamado Yahvé (Adonai). Ese ser -les dijo Jesús-, no es más que el "Príncipe de los Arcontes", más conocidos como los 'Ángeles Caídos', aquellos que se opusieron a los designios del verdadero DIOS VIVIENTE PADRE Y MADRE DE TODO Y DE TODOS: LA GRAN LUZ, EL SOL CENTRAL DE LA GALAXIA.
Habría que precisar que no fueron 'ellos', los apóstoles los que manipularon los textos de la Biblia. Esas personas que tergiversaron y manipularon los textos están mencionadas y muy bien identificadas por el investigador y escritor Mauro Biglino que trabajó casi treinta años como traductor de lenguas antiguas para el mismo Vaticano, llegando a traducir 17 libros de las Antiguas Escrituras para la Editorial San Pablo, del Vaticano. Como he dicho, esas personas que tergiversaron los textos bíblicos son mencionadas y están bien identificadas en el libro LA BIBLIA NO ES UN LIBRO SAGRADO-EL GRAN ENGAÑO, del investigador y profesor de historia de las religiones: MAURO BIGLINO.
Por otra parte, no sólo los apóstoles sino que todos los discípulos de Jesús sabían perfectamente -aunque les costó en un principio comprenderlo-, que ese individuo cruel y sanguinario -como así lo demuestran los diversos pasajes o versículos del Antiguo Testamento- llamado Yahvé (Adonai) no era El Padre de Jesús ni siquiera el de toda la Humanidad. El Maestro de Sabiduría y Avatar, Jesús, les advirtió muy bien a sus discípulos en cuanto a la verdadera personalidad de ese "dios" llamado Yahvé (Adonai). Ese ser -les dijo Jesús-, no es más que el "Príncipe de los Arcontes", más conocidos como los 'Ángeles Caídos', aquellos que se opusieron a los designios del verdadero DIOS VIVIENTE PADRE Y MADRE DE TODO Y DE TODOS: LA GRAN LUZ, EL SOL CENTRAL DE LA GALAXIA.
Anexo: Hay que precisar que Adonai, generalmente, se traduce en los textos como "El Señor". Este nombre, Adonai, era el más utilizado hace 2.000 años por el pueblo hebreo porque el nombre de Yahvé sólo los sumos sacerdotes del Santo de los Santos del Templo de Salomón estaban autorizados a pronunciar.
