Compartiremos, aquí y ahora, un extraordinario y esclarecedor Mensaje que nos invita a una profunda reflexión. Transmitido por el Maestro El-Morya (un Elhoim, para aquellos que no lo supieran) a Marta Povo...
"Puesto que está en vuestra necesidad de conocimiento el saber algo sobre el Ángel Solar, voy a daros una información sencilla y comprensible, ya que nos adentraremos en temas muy complejos de la cosmogonía universal, pero será algo que os será también útil para vuestro momento evolutivo individual y el de algunas personas a vuestro alrededor.
Vuestra alma es una llama. Un 'fuego divino', 'una chispa', si queréis, de ese gran Todo brillante e inteligente que quiere desplegarse, manifestarse, explorarse a sí mismo y expandirse. Esa chispa divina a la que llamáis alma pero que, en realidad, es vuestro verdadero espíritu, lo más genuino y sagrado de vuestro ser, tuvo un comienzo, un principio, por el cual, se originó en la respiración de Dios.
En cada expiración Dios emana creación, desprende una pequeña parte de Su Fuerza hacia todas las galaxias; así, cada cosa o ente existente, ya sea un ser vivo, un planeta entero o un meteorito, tiene parte de su fuerza, aunque diferenciada; todo contiene una llama primigenia, todo posee un espíritu que procede de esa inmensa fuerza constantemente creadora de realidades.
En el comienzo de los tiempos de la Tierra, cuando todo estuvo energéticamente maduro y matemáticamente diseñado para crear entes humanos con un espíritu propio y con un mayor grado de autoconciencia que cualquiera de los reinos existentes en el planeta, se acordó que cada ‘ser’ humano, ya no primate, contendría una llama de autoconciencia en su interior, una parte siempre permanente de esa fuerza creadora primigenia, una porción de lo que llamamos Dios.
El diseño era complejo y ésta no es la enseñanza que ahora nos ocupa; por el momento solo es necesario recordar que en el hombre, todos sus cuerpos más densos constituyen una personalidad no consciente, un ego ausente de memoria, mediante el cual realizan el complejo proceso de evolución y de autoconocimiento de su esencia primordial.
Otros planetas más antiguos que la Tierra estaban ya antes habitados por 'llamas divinas' que experimentaban constantemente la creación en diversas calidades energéticas de cuerpos y que evolucionaban más y más en su grado de autoconocimiento. Tanto llegaron a conocer a Dios en sí mismos, que muchos de esos seres se convirtieron en lo que vosotros llamáis 'ángeles', cuya tarea consistía, únicamente, en estar amorosamente al servicio de la propia Creación.
Luego, muchos de ellos fueron llamados “ángeles solares” porque su tarea escogida fue precisamente la de ayudar a mantener la 'llama divina' encendida en cada nuevo ser.
Al acordar aquel proceso de individualización del ser humano terrestre, los Ángeles Solares, procedentes principalmente de Venus pero, también de otros planetas de vuestra galaxia, se ofrecieron para custodiar la Llama Divina o Espíritu depositado en cada nuevo ser autoconsciente de la Tierra, el nuevo Hombre, durante el largo período que éste necesitaría para 'despertar' y activar el recuerdo de su procedencia y de su poder creador.
El Espíritu de cada ser humano, al renacer en vuestra dimensión, pierde el recuerdo de su origen y, durante el proceso de exploración de sí mismo a través del ego temporal, va reencontrando su verdadero espíritu, empieza a identificarse con él y va conociendo y explorando sus infinitas posibilidades creadoras, su verdadera esencia. Conforme el Hombre crea más y más su propia realidad existencial, más reconoce a Dios en sí mismo.
En ese largo período de autoconocimiento, el ángel solar personal o asignado a cada ser humano ha cuidado amorosa y discretamente de que la llama y el recuerdo divino en él no se pierda ni se disgregue. Un ángel solar para vosotros viene a ser el guía custodio de la fuerza viva de vuestro espíritu, un guía muy amado y muy estrechamente vinculado a vosotros, durante muchas vidas, un ser de luz que a menudo habéis llamado el Yo Superior, la voz de la conciencia o el alma.
También el ego temporal tiene sus ángeles y seres de ayuda, menos evolucionados que vuestro propio ángel solar, aunque estos guías también están al servicio de la Humanidad y están cooperando con el ángel solar de cada uno; y estos guías, que pueden cambiar conforme evolucionáis, existen principalmente para que encontréis las circunstancias precisas y adecuadas para que vuestro proceso de evolución y sutilización se realice.
Si cada uno de vosotros no tuviera un ángel solar, muchos espíritus se hubieran apagado. Con los innumerables procesos de sufrimiento que se generan mediante el ego, la luchas, los temores, las dudas, las culpas y otros mecanismos egoicos, muchos Hombres se hubieran quitado la propia vida, precisamente por la ausencia de recuerdo de quienes son en realidad.
Cada ángel solar es el guardián de vuestra genuina llama divina, el que ha mantenido ardiente el fuego de vuestro espíritu y el que ha activado vuestra fe; es la entidad que incansable y amorosamente os ha guiado hasta donde habéis explorado hoy de vuestro ser-Dios.
Sin embargo, cuando un ser humano ya es consciente de quién es en realidad, su propia llama interior es tan activa y autosuficiente, su espíritu es tan poderoso y luminoso, que ya no es necesaria la presencia de esta entidad; aunque ese proceso es gradual. Puede decirse que entonces el espíritu de cada uno comienza a ser un Ángel Solar en sí mismo.
Antes y durante el proceso de activación de vuestra propia llama viva autosuficiente, uno debe saber procesar todas las vivencias desde el gran chakra unificado del corazón y saber mantener esa frecuencia, de forma permanente en cualquier circunstancia.
Cuando el autoconocimiento del Hombre ha llegado a cierto grado de madurez y es consciente del dios interno, el ser humano activa ya su propio Ángel Solar y es cuando está completamente dispuesto a realizar su propio servicio a la Creación porque sabe que, ¡él es la Creación, que es parte del Creador! Eso, no significa que un ángel solar no siga también su evolución como ente diferenciado y todo su proceso perfectivo en diferentes planos.
En ti, así como en algunas personas cercanas, como bien acabáis de experimentar, empieza a activarse vuestro propio ángel solar, vuestro espíritu autosuficiente, vuestra llama divina primigenia; sin embargo, debe aún estabilizarse y amplificarse, lo cual lleva su tiempo.
Ahora, a partir de esa nueva etapa iniciática tan importante que vivís muchos seres, es el momento de comenzar a realizar un trabajo verdaderamente consciente para la evolución de vuestro propio planeta. Para ese trabajo, como ahora ya sabéis, ¡estáis apoyados por la propia fuerza de la Creación!"
El-Morya
Mensaje de El Morya, recibido por Marta Povo
