Translate

30 diciembre 2018

SI DESEAS VERDADERAMENTE QUE EL MUNDO CAMBIE A MEJOR, DEBES EMPEZAR YA POR REFORMAR TU PROPIO MUNDO INTERIOR Y SANAR TU ALMA.


Resultado de imagen de nunca es demasiado tarde para pedir perdon

Si lees esto, amigo/a y, quieres hacer algo, verdaderamente, por cambiar el mundo, por un mundo mejor, más pacífico, más justo, solidario, y fraternal…, pero no sabes cómo, ni por dónde comenzar, empieza ahora, en este instante. 

¡Empieza por vaciar, poco a poco, todo el rencor, odio, egoísmo o ira...,  que pudiera albergarse en tu corazón! ¿Cómo? Simplemente, ¡deseándolo! Así de sencillo. Empezando por desearlo es el primer paso para la transformación de uno mismo, y de todo cuanto te rodea.

Piensa que nada cambiará en el mundo en el que vives si antes no cambia "algo" en tu mundo interior, es decir, en tu corazón. Si en tu corazón no habita la Paz, ni la Justicia, ni el Amor, ni la Compasión, ni la Humildad, ni la Solidaridad, ni la Fraternidad…, ¿esperas encontrarlos a tu alrededor? ¡Tampoco los encontrarás a tu alrededor, ni en ninguna otra parte donde vayas!

El mundo exterior, que te rodea, en el que te desenvuelves, no es más que un fiel reflejo, un espejo perfecto de lo que hay en tu universo interior. Mírate a ti mismo, sinceramente y en profundidad. Mira en tu alma. Sencillamente, obsérvate. 

Haz algo para cambiar las cosas, y a ti mismo, ahora mismo. No dejes para mañana lo que puedes, (si quieres) hacer hoy. Te sugiero que tomes a la persona que tengas ahora mismo a tu lado, sea un amigo/a, o tu esposa o marido, sea tu hijo/a, o tu abuelo/a, o tu hermano/a, o compañero/a de trabajo…, abraza a esa persona como nunca has abrazado a nadie, y dile: ¡te quiero!, o, ¡te necesito!, o, ¡perdona!, o, ¡lo siento!... 

¡Hazlo de corazón, que sea tu corazón el que lo diga y lo sienta, y, por alguna razón inexplicable, verás como luego te encuentras mejor contigo mismo!

Piensa en ¿cuántas veces has dicho: ¡te quiero!, ¡te echo de menos!, ¡no me olvido de ti!, ¡te llevo en mi corazón!..., a un familiar tuyo, a la madre, al padre, a tu esposa, a tu marido, a tu hijo/a, al abuelo/a..., a incluso un amigo/a?. 

Entonces…, ¿a qué esperas? ¿Tal vez, mañana, ya no estés aquí para decírselo? ¡Muchos..., "mañana" ya no estarán aquí!

¿Cuántas veces has pedido perdón a alguien?, ¿cuántas veces has dicho: lo siento?, ¿cuánto tiempo hace que no has pronunciado un: te quiero, o, te necesito? ¿cuánto tiempo hace que no abrazas contra tu pecho y fuertemente a alguien, sea quien sea, aunque sea la primera vez que lo veas?

Piensa con tu corazón y no con tu mente. Deja a tu corazón que hable que se exprese con ternura y compasión, con serenidad. ¿Nunca lo has hecho? ¡No importa, nunca es demasiado tarde para aprender a amar, con el Corazón!

Toma el teléfono, ahora mismo, y llama a ese familiar que hace tiempo que no sabe nada de ti: tu madre; tu padre; tu hermano/a; tu abuelo/a; tu hijo/a; tu amigo/a, o incluso tu compañero/a de trabajo…, y, dile, que le quieres, que le amas, que te acuerdas de él, o de ella, dale las gracias por su ayuda incondicional, dile que lo llevas en tu corazón.


Toma el teléfono y, si has ofendido a alguien, si las palabras que pronunciaste, o por algo que hiciste, sin pensar en las consecuencias, has podido herir a alguien, a algún familiar, o a un vecino, o a un compañero de trabajo…, llama, con serenidad, a las puertas de su corazón, y, pídele que te perdone. ¡Cuando llamamos a las puertas del corazón de los demás, con humildad y serenidad, éstas siempre se abrirán! 

¡Tú, habrás dado un gran paso adelante, hacia el Amor! ¿De qué sirve el orgullo, la soberbia? ¿Qué consigues con el rencor y el odio? ¡Dolor y sufrimiento, nada más, y que minarán, poco a poco, tu alma y, por lo tanto, tu salud! 

Toda enfermedad es en principio una enfermedad del alma y siempre se deriva de lo mismo: ¡falta de Amor y Compasión! ¡¿Sabías que ésta es la causa profunda,
 en realidad, de todos los cánceres e infartos?! 

Toda enfermedad es, en principio, una enfermedad del alma, que se vertirá, tarde o temprano, en el cuerpo físico.

El Amor y la Compasión –no confundir con la lástima- se aprenden, si tú quieres, realmente, aprender. La Compasión es la raíz del Amor, es ponerse en el lugar del otro y ver las cosas desde su mirada, con sus ojos, es sentirnos en él, sin necesidad de justificar nada de nada. 

¿Cuántas veces en la vida nos hemos “puesto” en el lugar del “otro”? ¡Aún no hemos descubierto, y tendremos que vivir muchas vidas, después de ésta, para que, al fin, comprendamos que “los otros” no somos más que “nosotros mismos” con otros rostros! 

¡Todos los seres somos Uno, aunque no tengamos conciencia de ello! ¡Somos como las células de un mismo cuerpo, y por lo tanto, pertenecemos todos al mismo Ser!

La Humanidad aún no lo entiende… Tenemos que aprender a amar, ¡el Amor! Para eso hemos venido y estamos en este mundo, una vez más, hasta que descubramos que sólo a través del Amor, y no del odio, que llegaremos a ver la Luz de la Verdad y a obtener la libertad..., la verdadera liberación de todas las cadenas de miserias y odios que nos impiden alcanzar la felicidad existencial, a la cual, "estamos condenados", más tarde o más temprano. Eso, depende de nosotros mismos, de cómo queramos vivir, en el Amor o en el rencor, en el odio, el egoísmo, la indiferencia...


No estamos en el mundo para otra cosa que no sea aprender la Madre de todas las Lecciones: ¡¡aprender a Amar!!, así como todos los grandes Avatares que visitaron la Tierra: Buda, Krisnha, el Maestro Jesús…, nos enseñaron con su ejemplo de vida. 

Y, eso, aprender a amar, lo podemos hacer a través de los mil detalles de la vida cotidiana, de la convivencia diaria. No tengas miedo..., el viejo mundo se desmorona y se desmoronará, es su fin ineludible, pero en el Nuevo Mundo en la Nueva Era de Acuario, una Era de Paz, Amor y Armonía que ya amanece por el Horizonte no tendrán cabida los cobardes, los indecisos, los apáticos, los que odian, los que no saben qué es el perdón, los que no son auténticos, en definitiva, los que tienen miedo a amar el Amor y todo lo que de él se deriva, el perdón, la ternura, el respeto, la solidaridad, la confianza, la esperanza...


Atrévete a dar ese paso... ¡¡Es un pequeño paso para ti..., y, un gran paso para la Humanidad!! y, si muchos miles de seres humanos hicieran este simple gesto... ¡veríamos cambiar el mundo, y el mundo sería, cada vez, mejor!

Hay una Ley Universal que dice que, ¡cada vez que uno de entre los humanos se alza en su interior, abre su corazón y sus brazos, se acepta a sí mismo, derriba sus propias barreras mentales y da un paso hacia delante, centenares de otros humanos dan este mismo paso junto a él!


Y, si otros humanos dan un paso hacia delante, la Tierra se aligera de su carga, si la Tierra respira mejor, el conjunto del Cosmos se beneficia, porque todos somos Uno en el Gran Todo.

Sabes..., ¡recuerda una cosa, que siempre que tengas la posibilidad de ayudar a alguien, hazlo, pues, además de ayudarlo, te ayudas a ti mismo. Porque todo el bien que hagas te servirá y te ayudará a ser, cada vez, cada día, un poco mejor! 

¡La población de la Tierra puede cambiar su destino, con sólo que diéramos un pequeño paso hacia el Amor y la Compasión!

Maryo Z.

expr:title='data:newerPageTitle'> Entrada más reciente Entrada antigua Inicio