"Habrá un eclipse de sol más oscuro y tenebroso que cualquier otro desde el inicio de la Creación, excepto el que ocurrió después de la pasión y muerte de Cristo. Y, en el mes de octubre, tendrá lugar un gran movimiento del globo, tan grande que muchos pensarán que el mundo está cayendo en un abismo y en la oscuridad perpetua del espacio. En la primavera anterior habrá señales y presagios, cambios extremos, naciones arrasadas y poderosos terremotos". (Epístola de Nostradamus a Enrique II)
La causa de todo ello.
"Una gran montaña esférica de siete estadios, en una época en que la paz dará paso a la guerra, el hambre y las inundaciones.
Avanzará girando más y más, ahogando grandes naciones, muchas de origen antiguo y de gran prestancia". (Nostradamus I-69)
Nostradamus, está haciendo una referencia, aunque muy escuetamente, a los famosos "tres días de oscuridad", a la oscilación del eje terráqueo y su posterior verticalización, y a la inmersión y emersión de continentes enteros.
Y, en la segunda profecía, hace alusión a un astro intruso que entrará en nuestro Sistema Solar y pasará muy cerca de la Tierra.
¡Todavía no es el tiempo del cumplimiento de esa profecía! ¡Aún quedan unos cuantos años! ¡¿Cuántos?! La respuesta podrían darla -que no la darán- los científicos astrofísicos de la NASA, que lo saben desde hace bastante tiempo.