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24 octubre 2016

Un volcán deteniendo un terremoto: la lucha entre dos titanes de la Naturaleza.


aso

Japón es tierra de terremotos, y para muestra de ello el seísmo que ha sacudido recientemente la ciudad de Tottori. 

Se trata de desastres naturales gigantescos, cuya fuerza titánica es imposible de detener; aunque, bueno, quizás sólo sea imposible para los seres humanos, pues no resulta tan complicado para los súper volcanes, cuyo nivel de fuerza y destrucción es el único que puede compararse a ellos.

Al menos eso es lo que se deduce del descubrimiento de un equipo de investigadores de la Universidad de Kyoto, que han comprobado cómo en abril de este año el volcán Monte Aso fue capaz de detener de golpe el seísmo que hizo temblar Kumamoto. Sus resultados han sido publicados en Science y demuestran que sólo un gigante puede luchar contra otro.

Cómo un super volcán paró un terremoto. 

volcán paró un terremoto

La batalla tuvo lugar el 16 de abril de 2016, cuando una serie de seísmos iniciados a poca profundidad y no demasiado espaciados en el tiempo se saldaron con miles de heridos y cuarenta y nueve fallecidos en la isla nipona de Kyushu.

El mayor de estos temblores alcanzó hasta 7’3 grados en la escala de Richter, con lo que os podéis imaginar su intensidad, por lo que nadie se paró a pensar en que pudiese haber una fuerza externa actuando sobre él.

Sin embargo, cuando pasado un tiempo estos investigadores decidieron estudiar los registros de satélite de aquel día, dieron con un dato que llamó enormemente su atención: la erupción de un volcán, situado a 30 kilómetros del centro del seísmo, había actuado sobre él, llegando a detenerlo.

Se trata de la caldera Aso, que al liberar el magma dio lugar a la detención del proceso de descompresión del terremoto, debido a la redirección de la tensión y la absorción de la presión.

Una catástrofe que podría haber sido mayor.

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Como resultado, la que podría haber sido una catástrofe sin parangón quedó sólo en uno más de los muchos terremotos que cada año visitan esta zona de Asia. En este caso salió bien, pues el volcán no tuvo una erupción peligrosa, pero podría haber sido peor el remedio que la enfermedad, pues bien sabido es lo que puede llegar a hacer el cálido vómito de estas montañas.

Además, los propios investigadores afirman que, a pesar de haber servido para frenar el proceso de descompresión, el hecho de haber una presión de la fuente de magma superior al confinamiento de la roca circundante, podría haber dado lugar a una erupción explosiva, acompañada de nuevas grietas de salida del magma.

Afortunadamente no fue así y todo salió bien, por lo que el volcán le ganó al terremoto y los habitantes de esta isla japonesa se libraron de una pesadilla aún mayor. La naturaleza es apasionante, y esto es una clara muestra de ello.

Fuente:/Ciencia/Azucena Martín
23 octubre 2016

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