Quien está iluminado por la Eterna Verdad, sabe esto,
y no teme a la muerte.
Os engañáis cuando creéis que el ser humano es
la envoltura física; os engañáis,
porque no es verdad.
El verdadero ser humano, está dentro de su medio,
de su instrumento físico-sensorial.
El cuerpo sólo es servidor, colaborador de Aquel
que planea en el tiempo y en el espacio, fuera
del tiempo y del espacio.
El cuerpo es el habitáculo temporal del Espíritu
Viviente y operante en la dimensión física.
El verdadero ser humano, el Real y Eterno
no podrá morir nunca, NUNCA.
La muerte del cuerpo es la causa de su traslado a otro sede, a otro plano operativo experimental, en otro habitáculo idóneo para mejorar los conocimientos, para rehabilitar los errores cometidos en su vida anterior, para ampliar la capacidad evolutiva, para comprender, cada vez mejor, la función de los valores complementarios que instruyen el continuo devenir y el crecimiento del Ser Macro-Cósmico.
Muchos son los senderos y muchas las experimentaciones que el Espíritu recorre y ejercita. ¡La Inteligencia y el Espíritu son una misma cosa!
Mensaje de un extraterrestre en misión en la Tierra: Hoara
(Recibido por el contactado E. Siragusa en Nicolosi el 30/07/1978)