¿Existen los ángeles? Y, ¿Cómo podemos saber si están a nuestro lado o si nos ayudan con nuestras tareas cotidianas? Algunos juran que sí, que existen, pues los han visto con sus propios ojos y han recibido señales tangibles de éstos seres celestiales.
¿Existen los ángeles? Y, ¿Cómo podemos saber si están a nuestro lado o si nos ayudan con nuestras tareas cotidianas? Algunos juran que sí, que existen, pues los han visto con sus propios ojos y han recibido señales tangibles de éstos seres celestiales.
Por ejemplo, en situaciones de peligro podríamos haber sentido la presencia de alguien que nos ha ayudado a salir de esa mala situación, o bien habríamos podido sentir una gran alegría y bienestar sin algún motivo aparente. En ambos casos, se trata de señales que nos confirman la presencia de nuestros ángeles.
Algunos podrían pensar que recibir atenciones por parte de los ángeles es un privilegio reservado a unos pocos afortunados, pero no es así. Isabelle von Fallois que, después de una grave enfermedad que la llevó casi a la muerte, empezó a recibir visitas y mensajes de los ángeles, afirma que no hay nada que sea más “normal” que entrar en contacto con los ángeles, los cuales: “Son mensajeros del Creador, cuya misión consiste en acompañar y ayudar a las personas durante el transcurso de sus vidas. Los ángeles de la guardia permanecen al lado de la persona desde el primer día de su vida hasta el último; los arcángeles están a la disposición de todas las personas, independientemente de la experiencia espiritual o religiosa de cada uno”.
A los ángeles les encanta ayudarnos cuando necesitamos su ayuda: la manera más simple de pedirles ayuda es mediante oraciones, pero no es la única. A veces, si estamos confundidos o nos sentimos perdidos, pueden decidir intervenir sin que se lo pidamos, porqué su objetivo es ayudarnos a cumplir los sueños de nuestra alma, aquellos por los que nos hemos encarnado en la vida presente. Todo lo que quieren es ayudarnos, por eso nos asisten en todos los aspectos de nuestra vida.
El ángel de la guarda.
Así como afirma von Fallois, todos los ángeles no son iguales, sino que se dividen en diferentes categorías: la más conocida es seguramente la del ángel de la guarda, que nos ha sido asignado a cada uno de nosotros en el momento del nacimiento, independientemente del credo, la raza, la ideología política o social. El ángel de la guarda es aquél que permanece a nuestro lado durante toda la vida, tanto en los momentos difíciles como en los momentos felices: algunas personas consiguen percibirlo, sienten la presencia de “algo” sutil que las acompaña en determinados momentos de sus vidas.
Así pues, no es de extrañar que los ángeles acudan en la ayuda de aquellos que están en peligro: diferentes testimonios han afirmado haber tenido visiones angélicas o de entidades inmateriales mientras se encontraban en una situación dramática, o asistir a intervenciones “milagrosas” que salvaban vidas. Puede ser que para ayudarnos se manifiesten en forma humana, para después desaparecer apenas han realizado su objetivo. Con los niños se manifiestan de forma más abierta: según las investigaciones realizadas con niños hasta la edad preescolar, parece ser que ellos son capaces de percibir más claramente tanto los ángeles como otras entidades corpóreas, que se manifiestan bajo la forma de niños con los que jugar.
Otros ángeles.
Nuestro ángel de la guardia no es el único que viene en nuestra ayuda cuando lo necesitamos o se lo pedimos. De hecho, los ángeles son muy numerosos y pertenecen a diferentes categorías dependiendo del cometido que tienen asignado: existen los ángeles que se ocupan de nuestra salud, aquellos que nos aportan alegría, aquellos que eliminan los obstáculos, los ángeles protectores y aquellos que curan las heridas del alma. Y muchos otros más.
También ellos se sienten muy felices de poder ayudarnos en nuestras actividades diarias: podemos recurrir a cualquier ángel en cualquier momento y pedir su colaboración, ya sea directamente o a través de nuestro ángel de la guardia.
Cómo entrar en contacto con los ángeles.
Existen diferentes maneras de entrar en contacto con nuestro ángel de la guardia, arcángel u otros ángeles. Según Hania Czajkowski uno de los modos más simples e inmediatos para comunicarnos con los ángeles es... ¡jugar con ellos! De hecho, los ángeles son criaturas a las que les encanta divertirse, jugar, estar inmersos en la belleza, reír y compartir. Así pues, el juego es la forma más directa de entrar en contacto con ellos. Al ser seres concretos y concisos, encontrarán la manera de hacer que nos lleguen las respuestas a las preguntas que les hacemos.
Otra manera de ponernos en contacto con ellos es la de utilizar nuestras capacidades mentales, internas e innatas, que todos poseemos, las cuales nos permiten establecer un canal preferencial con los seres celestes y comunicarnos con ellos. BelindaGrace es una autora que, a través de la clarividencia, consigue comunicarse constantemente con los ángeles, y enseña a otras personas a ponerse también en contacto con ellos. Un ejemplo muy simple es el de escribir una carta en la cual les expresamos claramente aquello que queremos, del mismo modo en que lo haríamos si le estuviéramos escribiendo a un amigo o familiar.
Una vez finalizada la carta, se puede poner dentro de un sobre. Si preferís, para hacerlo aún más real, podéis incluso poner un sello. Después bastará con preguntarles a los ángeles cómo quieren que enviéis esta carta: el primer impulso que tengáis será su respuesta (enterrarla, romperla en trocitos, quemarla, guardarla en un cajón...). Una vez completada y enviada la carta, no debéis pensar más en aquello que habéis pedido ni en las posibles soluciones: solo tenéis que confiar en los ángeles porqué ellos harán todo lo que sea posible hacer. Solo os queda esperar que los ángeles respondan a vuestra carta con confianza y gratitud.
¿Y si no obtenemos aquello que queríamos? Los ángeles no nos quieren fastidiar: si no obtenemos aquello que queríamos significa que no era adecuado para nosotros, o bien que podría dañar a terceras personas, por eso están preparando aquello que más nos conviene, porqué los ángeles solo quieren lo mejor para nosotros.
por Romina Rossi