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10 noviembre 2025

3I/ATLAS prepara una «señal de muerte»: un ex ingeniero de sistemas de telecomunicaciones predice un apagón total de electricidad en la Tierra.

 


En una provincia perdida entre los bosques de Columbia Británica vive un hombre cuyo nombre casi nunca se menciona en los círculos académicos, pero que provoca temor en las comunidades de investigadores de anomalías. El doctor Elias Thorn, ex ingeniero de sistemas de telecomunicaciones, ha dedicado los últimos siete años al estudio del fenómeno de los objetos interestelares. Su teoría sobre 3I/ATLAS, publicada en un foro de ufología de acceso limitado, suena como el guion de un thriller apocalíptico, pero Thorn insiste: no es ficción, sino una predicción matemáticamente precisa.

La esencia de su hipótesis es que 3I/ATLAS no es solo un vagabundo espacial errante, sino un relé activo lanzado por una civilización desconocida para probar la vulnerabilidad de las civilizaciones planetarias. Un elemento clave de la amenaza es la llamada "señal de muerte", que el objeto comenzará a transmitir en respuesta a cualquier intento de contacto terrestre. Thorne afirma que 3I/ATLAS ya está registrando la actividad electromagnética de la Tierra mediante el análisis de la estructura de nuestras comunicaciones. 

Según sus cálculos, tan pronto como la NASA o cualquier otra agencia envía una señal de radio al objeto (por ejemplo, con el propósito de establecer contacto, o escanear), 3I / ATLAS activa un pulso resonante a una frecuencia que coincide con las oscilaciones naturales de la magnetosfera de la Tierra. 

Este pulso, según Thorne, causará una falla en cascada de todos los sistemas electrónicos del planeta.  Primero, los satélites de comunicación fallarán, luego las redes eléctricas, seguidas del apagado de transformadores, servidores y sistemas de navegación. El mundo se sumergirá en la "oscuridad electrónica": sin luz, sin Internet, sin transporte, sin equipo médico. El caos, según el ufólogo, durará desde varias horas hasta semanas, y es en este momento que comenzará la segunda fase de la invasión. 

Thorne se refiere a anomalías en las trayectorias de otros objetos interestelares registrados por telescopios en 2023-2024. Se mueven en modo "sueño", invisibles para los observatorios estándar, pero una vez que la Tierra pierda la protección de su tecnología, estos objetos cambiarán de rumbo y entrarán en el sistema solar. Su objetivo no es la destrucción, sino la captura: Thorne está seguro de que los alienígenas tienen la intención de usar nuestro planeta como base de recursos y la humanidad como material biológico. 


Su predicción se basa en un modelo complejo que combina datos sobre la magnetosfera de la Tierra, la física de las ondas de plasma y las anomalías en las emisiones de radio 3I/ATLAS. Thorne afirma haber registrado pulsos cortos a 7,83 Hz en 2021, la llamada "resonancia Schumann", que dice que es la "clave" para desestabilizar los sistemas planetarios. Está convencido de que 3I/ATLAS está esperando el momento en que la humanidad misma active el mecanismo de autodestrucción tratando de "hablarle".

El doctor Thorn no oculta que su teoría roza la paranoia. En correspondencia privada con colegas, admite: «Entiendo cómo suena esto. Pero, los números no mienten. Estamos jugando con fuego, sin darnos cuenta de que el fuego ya está dentro de nosotros». Intentó comunicar sus conclusiones a la Agencia Espacial Canadiense, pero fue rechazado: los científicos oficiales calificaron sus cálculos de «extrapolación sin fundamento» y señalaron la falta de evidencia empírica sobre la existencia de la «flotilla».

Sin embargo, Thorne insiste en que hay pruebas: están ocultas en datos abiertos. Por ejemplo, llama la atención sobre fallos inexplicables en el funcionamiento de telescopios en Hawái, cuando al observar 3I/ATLAS de repente la imagen desaparecía. Según su versión, esto fue un "disparo de advertencia": el objeto bloqueaba temporalmente la radiación, demostrando su capacidad para interferir en tecnologías terrestres. Otro argumento es el aumento del número de apagones inexplicables en diferentes regiones del mundo, que Thorne relaciona con impulsos "de prueba" de 3I/ATLAS, poniendo a prueba la vulnerabilidad de las redes.

El ufólogo advierte: cualquier intento de contacto con el objeto—ya sea a través de un mensaje de radio, un rayo láser o el lanzamiento de una sonda—se convertirá en el gatillo. "La señal de la muerte" no solo apagará la electricidad. Alterará el funcionamiento del corazón, el cerebro y el sistema nervioso de las personas, ya que nuestros cuerpos también utilizan impulsos eléctricos. Thorn pronostica desmayos masivos, convulsiones, pérdida de orientación—y en ese momento la "flotilla" entrará en la atmósfera para completar lo que comenzó.

Su artículo termina con un sombrío llamado: «Debemos detener todos los intentos de comunicación con 3I/ATLAS. El silencio es nuestra única oportunidad. Si no nos detenemos, nosotros mismos abriremos la puerta al infierno».

Mientras la comunidad científica ignora sus advertencias y los medios llaman a Thorn «el loco canadiense», en la red proliferan comunidades cuyos seguidores ya se están abasteciendo de generadores, radios a pilas y alimentos. Algunos incluso construyen refugios subterráneos, creyendo que la «señal de la muerte» no es un mito, sino una inevitabilidad. Thorn no comenta estas acciones, pero en su última publicación en el foro escribió: «No quiero tener razón. Pero si tengo razón, el tiempo ya se está agotando».

Авиатехник - 9 de Noviembre de 2025