Vamos a compartir aquí una pequeña pero profunda reflexión, escrita por un antiguo Maestro de Sabiduría esenio que, hace 2.000 años, fue conocido como Juan, el Bautista. Y, ¿quién era Juan el bautista?.... ¡La reencarnación del Profeta Elías! Lo dijo, bien claro, el Maestro Jesús: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento?..... En efecto, todos los Profetas y la Ley han profetizado hasta Juan. Y si queréis oírlo, él es ELÍAS, que había de venir. El que tenga oídos que oiga". (Mateo 11,7-15) ¡¡¡El Profeta Elías!!! Hoy, en estos Tiempos de Final de los Tiempos, le conocemos por el nombre de Felix Gracia. ¡Muy pocos saben esto!
M.
M.
"La Vida no comienza con el nacimiento, ni termina con la muerte. La Vida no tiene comienzo y, por ello, tampoco tiene final; la Vida es eterna, sin principio ni fin, inmutable y a la vez eternamente creadora, como una fuente inagotable inafectada por el tiempo.
Venimos al Mundo Terrenal, nacemos, y así penetramos en un campo de conciencia, en una dimensión singular de la Vida que llamamos “vida humana”, la cual -ésta sí- es limitada y temporal; como un paréntesis delimitado por el nacimiento y la muerte, que existe y se desarrolla en el seno de una Eternidad envolvente de la que nunca hemos salido.
Los seres vivos coincidimos en el espacio-tiempo porque nuestros respectivos paréntesis se superponen, porque venimos a la vez. De ese modo, cada uno goza de la oportunidad de realizar su experiencia simultánea a la del resto; diferentes entre sí pero a la vez afines, complementarias, como si de un organismo vivo se tratara, o a semejanza del cuerpo. Y todos hemos venido del mismo “lugar”, todos vivimos afectados de la misma amnesia, y regresamos a él tras la muerte, en una suerte de viaje en cuyo recorrido lo único que se ha movido del sitio es la conciencia".
Félix Gracia
