Este, es un pequeñito pero impresionante mensaje, de los varios que recibió Anne Givaudan de un Ser de Luz, un Elohim, y que en esta ocasión podemos encontrar en su extraordinario e impactante libro: "La ruptura de CONTRATO. Mensaje de los suicidas al mundo de los vivos".
También aquí, el Elohim, al comienzo del mensaje hace una aclaración respecto a 'la potencia de los átomos de su cuerpo de luz', que, por otra parte, ya lo habían manifestado, eso mismo y otros Elohims en otros comunicados. ¡Seres de Luz que nos sobrepasan en miles de millones de años en evolución! ¡Seres que pertenecen a la sexta dimensión!
Me encuentro -en la dimensión astral- frente a un ser sin rostro (un Ser Solar). Su silueta de llamas anaranjadas flamea mientras su voz resuena en mí:
"No puedo densificar más mi forma. Incluso en este plano intermedio, mis átomos tienen tanta fuerza que desintegrarían todo aquello que no se les asemeja.
Di a los humanos de la Tierra que la Vida es sagrada. Diles que en otros mundos, la vida en un cuerpo físico está considerada como un regalo muy valioso. Hace demasiado tiempo que dilapidáis este preciado don que os pertenece y que, demasiado a menudo, consideráis como un peso.
Haced que vuestra vida en la Tierra sea un momento de Alegría para ir al encuentro de la Esencia de vuestro Ser. No podéis seguir despreciando el Templo de vuestra alma tal como lo hacéis, sin que ello no os conduzca a un precipicio.
Hace mucho tiempo que experimentasteis la materia bajo diferentes formas. Habéis sido minerales para aprender de ellos la densidad y la estabilidad; os convertisteis en plantas para aportar la dulzura y la belleza al mundo; en el pueblo animal habéis adquirido el instinto y el conocimiento del momento presente así como el amor incondicional y en el cuerpo humano aprendéis la elección y la superación del "yo".
No convirtáis vuestra Vida en un combate, porque para el Gran Sol del que procedéis sólo hay Una, aunque se presente con múltiples formas.
Que esta Vida sea como un nuevo día, consideradla Única porque nunca la volveréis a encontrar. Vuestro "yo" no tiene ningún poder sobre ella. Si queréis morir, morid en vuestra mente inferior, en aquella que juzga, que controla, que teme y que divide. Dejad que se disuelva sin miedo a perder algo. El fin del cuerpo físico jamás conllevará el fin de la Vida, la cual, por esencia es inmortal.
Pueda vuestra vida en un cuerpo físico servir de premisa para un mundo nuevo..."
"La ruptura de CONTRATO. Mensaje de los suicidas al mundo de los vivos" - Anne Givaudan.