“Evidentemente, este enunciado en forma de alegoría puede parecer una
broma… pero en nuestro camino el humor es justamente un precioso
cortapisas del que no podemos prescindir.
La senda que conduce al estado de Advaita es considerada tan árida que se le
cuelga de entrada la etiqueta de “Seria”, que, estaréis de acuerdo, es un
calificativo
bien descorazonador.
Sin embargo, el sentido del humor es una guía mucho más formadora y eficaz de lo que imaginamos cuando nos ponemos decididamente en marcha hacia la
Reunificación.
Inevitablemente, de vida en vida y a veces en una sola vida cometemos nuestra
pila de errores… aunque sea con las mejores intenciones del mundo. Así,
recorremos de forma aleatoria todas las avenidas de experimentación que
acabo de mencionar y muchas más aún. Quedamos atrapados en nuestro
propio juego porque el sentido de lo serio que nos impregna se convierte
fácilmente en un sentido de lo grave y dramático.
Al ego no le gusta tomarse a sí mismo a la ligera… ¡Es eso lo que lo lastra!
Por esto, el sentido del humor es seguramente el Maestro menos conocido que
existe. En nuestro camino de Tierra, es el que, la mayoría de veces, aligera
nuestros pasos cuando nos encontramos ante un muro aparentemente
infranqueable.
Naturalmente, no tiene nada que ver con esas bromas a menudo pesadas que
nos hacen sonreír disimuladamente o reír a carcajadas. Se trata más bien de
esa mirada divertida, simplificadora
y desdramatizadora de la que acaba
dotándonos una forma de sabiduría… y que debemos cultivar en nuestras
plegarias más íntimas.
De hecho, el humor es la señal precursora de esa alegría del alma que la
tradición hinduista llama Ananda.
Es absolutamente necesario tomar conciencia de que el humor es uno de los
guías más preciados al que debemos remitirnos constantemente a medida que
surjan las inevitables sinuosidades en nuestro recorrido.
Será el que mantendrá nuestra cabeza fuera del agua cada vez que se nos
presente una prueba y eso, sea cual sea la avenida que haya atraído nuestros
pasos.”
"ADVAITA – Cómo descubrir tu divinidad" - Daniel Meurois