APRENDER A MIRAR CON EL ESPÍRITU.
Reflexión sobre la transformación energética social e individual.
(Marta Povo)
(Marta Povo)
Todo lo que ocurre es Real. Nos ocurre a todos, no solo a unos cuantos. Lo vivimos y nos afecta, aunque cerremos los ojos o nos giremos de espalda. Pero, a la vez, no es real, es solo aparente. Lo que realmente está ocurriendo ahora en estos territorios es algo más de lo que vemos, es mucho más.
Se está dando una enorme transformación energética social y también espiritual (nada que ver con religiones, tiene que ver con nuestra actitud ante la Vida). Miles de videos, palabras, imágenes y mensajes en la red… muchos datos nuevos, mucha comunicación, mucho compartir, muchos sentimientos, muchas ideas y códigos a procesar. Nunca jamás habíamos tenido tanta información cruzada como en estas últimas semanas.
Muchos la comparten y se solidarizan con el movimiento social. Otros prefieren no hacerlo, por miedo, o porque creen que ya están por encima de este movimiento energético. Sin embargo, estamos aprendiendo a discernir como nunca antes lo hicimos. Discernir es saber distinguir lo que es luz de lo que es oscuridad, lo que es evolutivo, o lo que es involutivo, lo que nos ayuda a avanzar o lo que nos frena, lo que parece que es verdad de lo que no lo es.
Discernir es observar, observar desde un lugar ecuánime y neutro, sin posicionamiento, sin la opinión dual de buenos y malos. Lo que ocurre es real. Y es ‘por algo’ que está ocurriendo… La visión observadora, atenta y ecuánime, trasciende nuestra personalidad, es la mirada de nuestro ser genuino, de nuestro espíritu más puro que vive y experimenta ahora a través de nuestro cuerpo y nuestro ego o personalidad.
Lo que vemos ahora nos hace ‘reaccionar’ y activa nuestras memorias, nuestra hormonas, nuestras creencias y todo nuestro ser terrenal cargado de códigos. Karma y dharma, individual y colectivo, están danzando y ajustándose, se están equilibrando y armonizando.
El Universo sabe cómo y cuándo hacerlo. En esta etapa vivencial, ‘saber mirar’ se hace imprescindible. Saber mirar esos videos terribles, mensajes, textos sobre razonamientos y sentimientos, sobre verdades y mentiras, sobre oprimidos y opresores, enfrentar toda esta intensa información… sirve para posicionarse. Para reafirmar tu ser interior.
Ahora tenemos la oportunidad de poder OBSERVAR todo ello pasivamente, pero por encima de todo, ante cada mensaje, lo que hay que saber observar son tus reacciones internas, tus propias reacciones de amor-odio, de compasión-rechazo, de solidaridad-individualismo. Al observar de forma neutral, serena y pasiva, descubres partes de tu ética interna (no de la ética social aprendida, sino de la moral y ética de tu llama interior, de tu ser genuino en proceso de exploración, de la calidad de alma).
Y puedes ver qué te despierta en ti cada imagen, qué te descubre de nuevo, qué te enseña, qué te provoca, qué tienes pendiente aún, qué puedes transformar y comprender más allá del hecho en sí. Te ves a ti mismo en los hechos, en los demás, te refleja tu interior en el espejo de la comunidad que te rodea. De una forma simple y sintética podríamos decir que hay tres posibles reacciones. Por ejemplo, si al observar los hechos, lo que te provocan en ti son sensaciones oscuras y divisorias, de rivalidad, odio, asco, desconfianza, etc, es porque tu personalidad aún es muy dominante. No importa, estás en el camino de la ascensión, y todos y cada uno pasamos por ahí.
Si lo que ves o lees te incita a orar, a enviar lucidez a los opresores o a las injusticias, si te llena de solidaridad y compasión hacia quien sufre, es síntoma de que tu personalidad comienza a relajarse y puede comenzar a ver más allá de lo aparente. Pero al orar y enviar luz, cuida de no ver a buenos y malos, porque eso aún es una visión dualista y parcial, y tú te sitúas en uno de esos dos polos. No importa tampoco, porque ya has hecho muchos pasos alquímicos internos y eres más sensible, pero el camino no ha terminado aún.
No obstante si lo que sientes al ver esas imágenes y palabras es completo silencio interior, si no hay reactividad en ti y lo observas como un hecho irreversible, constatando que es una realidad energética que está ocurriendo en el mundo, en tu mundo, sintiendo que todo ello tiene una razón de ser y una finalidad expansiva más allá de tu limitada comprensión humana, entonces es que tu mirada está ya más posicionada en tu esencia genuina, en tu espíritu, ese ente interior que sabe que todo es amor y sabe que la oscuridad en el fondo trabaja a favor de luz y la evolución.
Si no fuera por la oscuridad y la provocación, no existiría ni la luz ni la evolución. Recuperemos la mirada del recién nacido, del niño o niña expectante, penetrante, esa mirada de frente, atónita ante todo, aprendiendo de cada imagen que se cruza en su vida, esa mirada de bondad, una mirada vacía y permeable que lo siente todo profundamente sin juicio aún, esa mirada observadora que se deja penetrar por los mensajes que le proporciona la vida, esos mensajes que su alma necesita para aprender, dejando pasar a través de él la información, porque sabe en su interior que solo captará lo que necesite saber y el resto se volatizará en la nada.
Aprender a mirar con el espíritu es algo que se entrena, que también se aprende, es una decisión, es pura Voluntad. Somos materia, pensamiento, sensaciones y voluntad. Sin la voluntad de mirar desde otro ángulo, sin la decisión de trascender la mirada del ego y el cuerpo, nuestro espíritu genuino no puede vibrar ni manifestarse.
Aunque sea un reto, en estos momentos cruciales de transformación individual y social, permitamos que se manifieste esa mirada profunda, porque los ojos del espíritu siempre formaron parte de nuestra vida humana, aunque estuvieran cerrados. Demos la bienvenida a nuestra visión interior...
Texto psicográfico de Marta Povo, 17 Octubre 2017