El 28 de agosto al 2 de septiembre de 1859, tuvo lugar una tormenta solar conocida como el evento Carrington. Durante este período, se observaron numerosas manchas solares en el Sol. Fue una poderosa tormenta solar geomagnética durante el ciclo solar 10 (1855-1867). Una eyección de masa solar coronal impactó en la magnetosfera de la Tierra y produjo una de las mayores tormentas geomagnéticas registradas de la historia.
El evento fue observado y registrado por los astrónomos ingleses Richard C. Carrington (1826-1875) y Richard Hodgson (1804-1872). El fenómeno se asoció con una gran eyección de masa coronal (CME) que viajó directamente hacia la Tierra, tardando 17,6 horas en recorrer los 150 millones de kilómetros. Se vieron auroras boreales en todo el mundo, desde el hemisferio norte, tan al sur como el Caribe y hasta las Montañas Rocosas en los Estados Unidos, donde el brillo en el cielo era tan intenso que despertó a los mineros, quienes comenzaron a preparar el desayuno pensando que había salido el sol. Incluso, la gente del noreste de los Estados Unidos podía leer un periódico a la luz de la aurora. Pero lo peor de todo fue que los sistemas de telégrafos en toda Europa y América del Norte fallaron, y en algunos casos los operadores sufrieron fuertes descargas eléctricas.
Pero si en la actualidad la Tierra sufriera el mismo evento ocurrido en 1859, sería realmente devastador. Imagina grandes ciudades sin electricidad durante una semana, un mes o un año. ¿Qué crees que pasaría? ¿Cómo podría sobrevivir nuestro mundo moderno sin comunicación? Pues ahora un experto en meteorología espacial ha advertido sobre la posibilidad que una tormenta solar “potencialmente peligrosa” afecte a nuestro planeta en cualquier momento, la cual provocaría efectos catastróficos en todo el mundo.
¿Inminente tormenta solar?
Juha-Pekka Luntama, jefe de la Oficina de Meteorología Espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA), afirmó en declaraciones a The Daily Express que una tormenta solar potencialmente catastrófica podría afectar “a todo el mundo”, provocando fallos en las redes eléctricas y los equipos electrónicos.
Las controvertidas declaraciones las hizo mientras se preparaba para una rueda de prensa, en la que presentaron detalles de la misión Lagrange, la cual tiene como objetivo poner una sonda en órbita alrededor del Sol para monitorear la actividad. Pero lo más inquietante fue que Luntama recalcó que no es una cuestión de si (ocurrirá), sino de cuándo la Tierra se enfrentará a la tormenta solar potencialmente destructiva.
“Nuestro Sol puede ser agradable y silencioso, pero en realidad no lo es”, dijo Luntama. “Tenemos estas cosas llamadas eventos energéticos de partículas solares mediante las cuales los protones y los electrones son expulsados del Sol y se aproximan a la velocidad de la luz. Cuando golpean satélites, pueden causar fallas de funcionamiento e incluso destruir los componentes electrónicos de los satélites.”
También recordó que nuestra estrella más cercana estalla regularmente con erupciones solares, que a menudo están acompañadas por un fenómeno conocido como eyección de masa coronal (CME), una explosión en el campo magnético solar que lanza miles de millones de toneladas de plasma solar al espacio. Luntama dijo que las CME representan el peligro más grande de todos, con la capacidad de deshabilitar los instrumentos electrónicos de la Tierra.
“Durante mucho tiempo, hemos tenido suerte”, agregó el jefe de la Oficina de Meteorología Espacial de la ESA. “Tuvimos un gran evento en 2012, pero ocurrió un par de días demasiado tarde y no nos afectó”.
Refiriéndose al llamado evento Carrington de 1859, cuando una CME provocó fallos en los sistemas de telégrafos en toda Europa y América del Norte, Luntama dijo que no ha ocurrido un fenómeno tan grande desde entonces, pero si sucedió, entonces volverá a ocurrir y tenemos que estar preparados. La misión Lagrange será una sonda espacial orbitando alrededor del Sol, monitoreando a tiempo real erupciones solares, CME y otras actividades que permitirá el pronóstico del tiempo espacial con más precisión de lo que es posible hoy en día.
“Lagrange mejorará la capacidad de dar lecturas más precisas y, si podemos advertir a las personas que están operando satélites y sistemas de energía, pueden tomar medidas a tiempo para proteger los equipos”, explicó Luntama.
El costo de la misión se estima actualmente en poco menos de 500 millones de euros, un precio mas que aceptable teniendo en cuenta el impacto estimado si una eyección de masa coronal impactará contra el continente europeo, que sería de 16 billones de euros.
“Nadie siquiera ha intentado hacer una estimación del costo mundial. Si hay una gran erupción solar, todo el mundo se verá afectado”, concluyó Luntama.
¿Qué nos quiere decir realmente el jefe de la Oficina de Meteorología Espacial de la ESA?
Para muchos, las controvertidas declaraciones de Luntama es una aclara advertencia de que está apunto de ocurrir un nuevo evento Carrington. Y si mañana mismo sucediera, el mundo probablemente tendría que lidiar con la pérdida simultánea de GPS, recepción de teléfonos móviles y gran parte de la red eléctrica. Los aviones tendrían que operar sin ninguna guía satelital. La infraestructura electrónica fallaría por completo. Tendríamos que esperar a la prensa escrita del día siguiente para conocer los detalles de las consecuencias. Sería el caos absoluto y reinaría la anarquía. Presenciaríamos un verdadero 'apocalipsis'.
por MEP-24 septiembre 2018
Nota de M./ Esa gran tormenta solar que se viene anunciando desde hace un tiempo, en efecto, se producirá, y, ¡será 'una bendición' para la Humanidad", que no lo entenderá hasta mucho tiempo después. El maestro del periodismo de investigación y, al que admiro, Enrique de Vicente, sabe de lo que estoy hablando. Si tenéis oportunidad, preguntadle. Por lo demás, esa Gran Tormenta Solar podría producirse dentro de unos tres años, es decir, alrededor del año 2.021.