El Hombre no conoce realmente el poder de su pensamiento. Es particularmente ignorante del impacto de los pensamientos negativos. Los pensamientos negativos producen corrientes de anti-vida y envenenan la sangre.
El cáncer y otras enfermedades llamadas incurables hoy en día se alimentan regularmente con el pensamiento negativo. Mantener pensamientos y emociones negativas es la causa de las enfermedades que actualmente existen en la Humanidad.
El Hombre es suficientemente necio como para destruirse a sí mismo con sus propios pensamientos de envidia, odio, temor, prejuicio y otros similares. Parece que está adquiriendo destreza en producir enfermedades provenientes de la vida.
Desde los mundos superiores, cuando observamos a la Humanidad, descubrimos que hoy, generalmente, la Humanidad está devorada por la energía de la envidia. Rara vez encontramos a un ser humano que no esté afectado por la envidia. La competencia es la matriz de donde surge la envidia. La competencia rara vez es sana. Siempre se desliza hacia los reinos de la enfermedad.
En la vida moderna, la competencia ha venido para quedarse, y se interpreta como la clave del éxito. Sobrellevar el éxito tiene un terrible costo, que gradualmente incapacita al Hombre en términos de salud, lo que, a su vez, lo dejará fuera de la actividad.
La energía de la envidia es una energía de mucha avidez. No solo afecta a su creador, sino que también contamina todo su entorno. De esta manera los de mente más débil quedan afectados por los malos efectos de la envidia. La paradoja es que la energía de la envidia prevalece más en los grupos de buena voluntad. Deseo alertar a los trabajadores de buena voluntad acerca de esta actividad destructiva.
Enseñanzas del Maestro El-Morya