En un ataque incesante a la ciencia de la vacuna y la salud pública, dos científicos de renombre mundial que descubrieron contaminantes en las vacunas comunes han tenido recientemente un allanamiento de su casa, y gran parte de la documentación de sus hallazgos fueron confiscados.
La Dra. Antonietta Gatti es más conocida por su trabajo en la década de 1990 que estudió la relación entre micro y macropartículas en relación con enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad inmune. Mediante la investigación de sustancias como el uranio empobrecido, la incineración de residuos y los contaminantes inorgánicos en los productos alimenticios, ha participado en muchos proyectos internacionales y también dirige el Proyecto de Nanoecotoxicología del Instituto Italiano de Tecnología (INESE).
Sin embargo, después de publicar un estudio sobre contaminantes de nanopartículas en las vacunas, Gatti y su esposo, el Dr. Stefano Montanari, estuvieron bajo la supervisión de varias autoridades gubernamentales y la policía italiana los allanó.
Los hallazgos del Dr. Gatti son extremadamente significativos cuando se trata de investigación de seguridad de vacunas. En su estudio titulado Nuevas investigaciones de control de calidad sobre vacunas: micro y nanocontaminación , expone el hecho de que muchos coadyuvantes inorgánicos están contenidos en las vacunas, incluido el cobre, el tungsteno y el acero.
La presencia de estas partículas es probablemente el resultado de componentes contaminados o procesos utilizados en la creación de las vacunas, dice el Dr. Gatti. Sin embargo, cuando se inyectan directamente en el tejido, las partículas se vuelven aún más peligrosas porque pasan por alto los filtros respiratorios y digestivos normales, atrapando las partículas en el tejido y, a veces, produciendo un efecto inflamatorio permanente.
La maquinaria industrial como los incineradores de residuos y los gases de escape de los automóviles también pueden contaminar el medioambiente con nanopartículas y tener un efecto sobre la salud humana, terminando flotando en el aire y aterrizando en los cultivos y el ganado creando contaminación dañina dentro del suministro de alimentos.
Sin embargo, este ataque a la ciencia de la seguridad de las vacunas no deja de tener precedentes, ya que la industria de las vacunas no es conocida precisamente por su transparencia y ética. Para ilustrar, en 2015 se informó que el Dr. Bradstreet, un científico que investigaba un posible vínculo entre las vacunas y el autismo, se encontró flotando muerto en un río con una herida de bala en el pecho.
Además, en 2009 CBS informó sobre varios correos electrónicos alarmantes del fabricante de vacunas Merck que hacía referencia al deseo de "neutralizar", "destruir" o "desacreditar" a los médicos que se oponían a sus intereses a fines de la década de los 90.
Según Senta Depuydt , la periodista que entrevistó a los dos científicos, la Dra. Gatti estaba a punto de testificar en el parlamento italiano sobre los peligros de estas partículas extrañas que se encuentran contaminantes en las vacunas antes de que su casa fuera allanada.
La supresión de la ciencia médica es un problema global que afectará directa o indirectamente a cada uno de nosotros en algún momento de nuestras vidas. Es importante reconocer cuándo ocurren incidentes como estos y esperamos que en el futuro sepamos toda la verdad sobre el efecto que las vacunas realmente tienen en el cuerpo.
El siguiente video brinda más información sobre su investigación:
por Phillip Schneider- 25 Abril 2018
