El autismo, más allá de las explicaciones o consideraciones médicas y biológicas. Tal vez, esta explicación, profunda, que da Daniel Meurois, ayude a algunos padres a comprender...
"Confieso que nunca he tenido la oportunidad de entrar en contacto con auras de niños afectados por el autismo. La razón de base es simple: el resplandor causado no se deja captar en los niños.
La memoria Kármica está presente en ellos en su totalidad, pero su expresión en forma de emanación luminosa no está desarrollada, permanece en estado embrionario. En la mayor parte de nosotros no comienza a manifestarse de manera visible hasta los dieciocho o veinte años.
De todos modos, yo nunca me plantearía investigar el pasado de una persona no adulta y además incapaz de llevar a cabo una reflexión sana acerca de dicho pasado. Las únicas informaciones de orden kármico de que dispongo en cuanto al autismo son, por lo tanto, ajenas al aura causal.
Por otra parte, éstas han sido extraídas a través de métodos de trabajo totalmente diferentes a los que se trata en este libro. Son, además, informaciones excesivamente generales y no olvidemos que cada caso presenta sus propias particularidades.
De manera global podemos afirmar que el autismo supone siempre un rechazo a la reencarnación. El alma de los autistas no se integra en un cuerpo porque es incapaz de hacerlo. Lógicamente, las razones de dicho rechazo pueden ser muy diversas; sin embargo, las características de los seres que lo manifiestan son éstas: una gran capacidad analítica, un sentido del juicio extremadamente agudo (lo que no siempre es vidente) y una sensibilidad exacerbada.
Se trata de almas que se han marginado voluntariamente con el fin de no afrontar un mundo en el que no querían vivir. Se trata también, la mayor parte de las veces, de almas ya viejas en el camino de la evolución y que de este modo ponen de manifiesto una especie de cansancio o de rebelión en contra de un orden que no les conviene.
Estos seres optan, pues, por el retiro en lugar del enfrentamiento. Esto no supone en absoluto debilidad ni resignación, sino un acto deliberado que exige incluso un temperamento que ya se ha ido afirmando durante el período intrauterino. Pero, sin duda, nos enfrentamos aquí a un fenómeno que permanece envuelto en un halo de misterio y que requiere una larga investigación al margen de los caminos de la psicología oficial".
("LAS ENFERMEDADES KÁRMICAS",- de Daniel Meurois)
