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02 marzo 2018

Esa persona que tienes a tu lado y con la que convives, ¡ES TU ESPEJO!

¿Por qué tenemos a nuestro lado a una determinada persona y no a otra? ¿Por qué hay "algunas cosas" de nuestra pareja que nos irritan? ¿Por qué, nosotros, siendo muy "espiritualistas", nuestra pareja, nuestro marido o nuestra esposa es todo lo contrario?... Las respuestas a estas preguntas, y a otras muchas, las da una gran maestra de sabiduría como Marta Povo ("muy vinculada al Espíritu de María magdalena"):


"Dime con quién vas y te diré quién eres, dice el refrán. Pregúntate por qué estás cerca de la persona con quien estás, por qué tienes siempre a esa persona a tu lado, esa a quien le entregas tu tiempo, con quien compartes tu vida, con quien te relacionas. Esa persona es tu espejo, es lo que está pendiente en ti, es el reflejo de lo que tú no has trabajado aún. Eso, no es un castigo sino una bendición. 

Todos somos maestros de todos. Si esa persona es muy materialista, o le gusta mucho el dinero, el poder y la apariencia, por ejemplo, posiblemente refleja en ti una superficialidad y una falta de responsabilidad respecto a la economía, o a la autonomía por tu parte, o bien refleja que en el fondo tú también estás muy apegado aún a la concepción material de la vida. Por eso, tienes ese "espejo" delante, para que te reconozcas a ti mismo, o a ti misma, para ayudarte a trascenderlo.

Si tienes como compañero a un hombre con una obsesión sexual, es que en ti aún hay un conflicto sin resolver respecto a esa experiencia del sexo y el gozo. O si alguien te muestra una transparencia absoluta y eso te rebota y te subleva, es porque tú, tal vez, debas revisar aún tu capacidad de mentir, de falsear o hacer dobles juegos, es decir, tu falta de claridad y de sinceridad, si no, no estaría a tu lado.

Si convives con alguien muy desconfiado e incrédulo, por ejemplo, es que tú debes revisar bien tu fe y tu confianza, confianza en la vida, en ti, en Dios, revisar tu propio desconfiar de todo... El "espejo" siempre está ahí, para mirarnos en él. Es un mecanismo absolutamente fascinante de la Vida.

La dualidad no podemos verla como una enemiga. Todo lo que nos conduce a la separación, las diferencias, las oposiciones, los reflejos, realmente es un maravilloso yunque para forjarnos en el arte del Amor, en el juego de la Luz, es un test diario y continuo.


La dualidad o la polaridad es una aliada, no es una enemiga. Es el plano denso que, como almas, quisimos experimentar al nacer. Una y otra vez al renacer en la dualidad de la Tierra, queremos forjarnos más y más, pulirnos y labrarnos hasta comprender y experimentar el amor, la paz interna y el estado de unión.

Tendríamos que llegar a ver a la materia y al ego con otra mirada, pues son verdaderos aliados para la transmutación."

("La soledad del Sol" - Marta Povo)

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