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13 marzo 2018

LOS HERMANOS DEL SER HUMANO QUE PERTENECEN A OTROS MUNDOS DEL COSMOS.


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Dibujo de Vito Vitulli.

El propósito de este capítulo es hablaros sobre la naturaleza de vuestros Hermanos en el espacio exterior, de su papel en el Plan para esta Tierra y de su presencia, incluso ahora, dentro del aura de este planeta. Lo que voy a deciros, en modo alguno os convencerá, en un sentido u otro, de que hay seres vivos en el espacio exterior, pues el conocimiento y entendimiento de estos seres representa un punto de conciencia. 

Por tanto, sólo os pediré que meditéis sobre lo que voy a deciros y lo mantengáis en vuestros corazones; quizá en algún momento futuro esa convicción venga a vosotros en un instante, como otros acontecimientos que de repente abren la llave de la puerta de vuestra conciencia interior, permitiendo ver la luz que hay más allá. Mientras os hablo ahora sólo puedo entender la vida tal como existe dentro de este Cuerpo Solar. 

Esa es la limitación de mi conciencia, pues no puedo entender los planos de conciencia que hay más allá de nuestro Creador. El es Quien creó este Cuerpo Solar en el que habitáis, de Quien nacieron los planetas, u órganos, de este Cuerpo (Sistema) Solar y Quien creó la vida en todos esos planetas.

La Tierra que habitáis ahora fue el penúltimo de los DOCE planetas de nuestro Cuerpo Solar en ser creado. Hace eones de tiempo, no del tiempo del Hombre sino del auténtico, el tiempo espiritual, separó la Tierra del primer planeta, y todos menos uno de los planetas de este Cuerpo Solar, alguno de los cuales conocéis y algunos de los cuales tenéis aún que descubrir, han estado evolucionando durante millones de años antes de que el Hombre fuera creado. 

Por tanto, el punto de conciencia, el entendimiento de la vida, de los seres que habitan en ellos será necesariamente más grande que el vuestro.

No hablaré de las formas de vida en estos otros planetas salvo para decir que son totalmente distintas a las formas de vida terrestres. Vuestros científicos os hicieron creer que la vida no es posible en otros mundos porque la temperatura es demasiado caliente o demasiado fría, o porque el aire está muy enrarecido, etc. Pero eso se debe a que vuestros científicos miran a través de los ojos físicos. 

Pero dentro de cada célula de la materia, ya sea en Venus, en Júpiter o en la Tierra, está el Plan, 'la semilla', para su crecimiento potencial en el Plan de las cosas. Una 'semilla' de materia en Júpiter será totalmente distinta de una semilla de materia en la Tierra, y esa semilla habrá construido su forma de acuerdo con la naturaleza de su existencia sobre la superficie de ese planeta.

El Hombre no es en realidad un ser originario de la Tierra. Sólo habita temporalmente sobre la superficie del planeta, de cara a su evolución posterior. Su alma desciende a la Tierra en el momento de la concepción. La semilla, después de haber fertilizado, conociendo la naturaleza de la vida en esta Tierra, empieza a crear para si misma un cuerpo dentro del vientre de la madre, un cuerpo que sea conveniente a las condiciones de la vida en la Tierra. Por tanto, vuestros cuerpos físicos sólo están ideados para la vida en esta Tierra, y por eso, al Hombre le resulta su cuerpo tan innatural cuando va en una nave espacial a otros planetas. 

Físicamente sólo está pensado para la vida sobre esta Tierra. Si el Hombre ha de viajar y vivir en los otros planetas deberá hacerlo de un modo distinto a aquel para el que ha sido concebido.

Existe vida en otros planetas, pero, de un modo incomprensible para el Hombre. Así como el Hombre de la Tierra no puede concebir a los Elementales, a las Hadas los Devas, los Ángeles, así como no es capaz de concebir la vida que hay más allá de lo físico y de la verdadera naturaleza de su existencia, no puede concebir la vida en los otros planetas. Pero, la vida existe, y, en un estado de evolución que está mucho más adelantado que el del Hombre. 


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Muchos de los seres que habitan en esos planetas han evolucionado a través de la 'escuela de vida' que se llama Tierra y habitan ahora en esos planos superiores. Muchos de los grandes Maestros (Buda, Jesús, Krishna, Zoroastro...) que encarnaron en esta Tierra eran de hecho habitantes de esos planetas. Por el hecho de habitar un breve espacio de tiempo sobre la superficie terrestre no pertenecían a este planeta. Del mismo modo, tampoco vosotros pertenecéis a la Tierra. 

En realidad, descendéis a este plano de la existencia durante un breve período de tiempo, para aprender las 'lecciones de la vida' aquí. A causa del punto de evolución que han alcanzado, los seres que habitan en otros planetas son capaces de observar la vida en esta 'escuela' que es la Tierra. Como entienden la verdadera naturaleza de la existencia espiritual dentro de este Cuerpo Solar, y como están más allá de los límites y restricciones de la vida en lo físico, son conscientes del modo en que está avanzando el Hombre y de las lecciones que ha de aprender. 

Por tanto, nunca interfieren en el progreso del Hombre, pues si el Hombre pudiera concebir la idea de que hay seres superiores que podrían descender a voluntad para ayudarle en sus dificultades, para cambiar su camino, se terminaría una de las lecciones básicas de esta Tierra, que es la de que el Hombre ha de cambiarse a sí mismo.

Pero, eso no significa que en un futuro el reconocimiento y comprensión de esos seres siga estando fuera de la capacidad del Hombre, pues conforme el Hombre vaya 'abriendo los ojos' y viendo más allá de la materia física de esta Tierra irá teniendo una comprensión mayor de la vida en otros planetas.

Muchas personas han presenciado el fenómeno de los objetos volantes no identificados. Algunos tuvieron el privilegio de observar vida dentro de ellos, pero en su mayor parte, no lo han dicho. Sólo unos pocos han hablado de sus encuentros con sus Hermanos del espacio exterior. 

El motivo de esto es que el Hombre de esta Tierra aún no está dispuesto para aceptar la naturaleza y propósito de estos seres porque se halla limitado, en gran parte por los conceptos y dogmas de la ciencia y la religión organizadas.

Del mismo modo que veis a un niño y no deseáis destruir su creencia en los Reyes Magos, aunque sabéis que es una creencia falsa, así el marciano o venusino mira al Hombre y sus conceptos de la vida y comprende que el Hombre ha de aprender y descubrir por sí mismo. Por tanto, esperan pacientemente el momento en que el Hombre descubrirá la falsedad de gran parte de la ciencia y la religión organizada, las rechazará y comenzará a abrir su mente y a buscar en otras partes el concepto verdadero de la vida dentro de este Cuerpo Solar.

Esos seres de otros planetas no vienen a la Tierra por una curiosidad ociosa, y ni siquiera por el deseo de aliviar las cargas del Hombre mientras camina por la superficie de esta Tierra. Sólo vienen con el propósito de preservar el planeta, que el Hombre está destruyendo con su intelecto, su tecnología, pero sin la emoción equilibradora del Amor. Por los satélites espaciales que envía y cortan el tejido etérico que rodea a la Tierra, por los cohetes que manda a la Luna y que están dañando un delicado equilibrio que está más allá de su comprensión, por el modo en que soluciona su entorno y abusa de los otros reinos de la Materia, el Hombre se está destruyendo a sí mismo y acabando con este planeta. 

El Hombre ya habría  desaparecido a causa de las explosiones nucleares que ha efectuado en toda la superficie del planeta, de no haber sido por la ayuda de sus Hermanos 
del espacio exterior. 

Han venido y ayudado al Hombre no para interferir con su libre elección, sino para preservar la Tierra. Han mantenido la Tierra en equilibrio para que el Hombre, en su estupidez, no interfiera en el gran movimiento final hacia adelante en la evolución de todo este sistema planetario.


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Los Hermanos del espacio exterior que vienen a vosotros lo hacen en son de amistad. Vienen con comprensión. Desearon darse a conocer de modo general en toda la Tierra, pero no ha sido posible a causa de la hostilidad del Hombre. Han roto las frecuencias deletéreas que podrían ser peligrosas para vuestra evolución. Han mandado rayos de energía de sus propios planetas, para desintegrar y enmendar ciertas condiciones atmosféricas y estratos que se habían roto alrededor de la Tierra.

Os han observado y guiado, en muchas ocasiones en el pasado, a aquellos que habían viajado al espacio exterior.

Muchos de los objetos espaciales que han sido vistos por el Hombre procedían de Marte y de Venus. Marte suministra a vuestra Tierra gran parte de su energía eléctromagnética. Durante los pasados años, los seres de ese planeta han dispersado parte de la 'radiación atómica' alocada y peligrosamente puesta en circulación por el Hombre. De no haberlo hecho así, la Tierra se hubiera separado de su posición en el espacio. 

Cuando el Hombre explotó sus primeros dispositivos nucleares liberó más energía de la necesaria para el funcionamiento armonioso de este Sistema Planetario. Los marcianos pusieron en marcha inmediatamente un dispositivo que contrarrestase esa energía perniciosa. Algunas de las naves espaciales que ha visto el Hombre fueron utilizadas con ese propósito. 

Como el Hombre persistió en su locura y siguió explosionando armas nucleares, comenzaron a afectar a otros planetas del Sistema Solar, y a perturbar todo el Plan.

Entonces vinieron los venusinos en ayuda del Hombre de la Tierra y enviaron objetos que contrarrestasen tan gran desarmonía. A estos objetos el hombre los llamó OVNIS. Vuestros Hermanos del espacio exterior ofrecieron su ayuda de un modo verdaderamente Crístico. Lo hicieron, como un verdadero sacrificio por vosotros, no deseosos de recompensas o agradecimientos, sino únicamente para servir a una causa mayor, la preservación de la totalidad. 

Podéis compararlo con una enfermedad en vuestro cuerpo físico. Si una parte de vuestro cuerpo está enferma, las otras se unirán para ayudar a erradicar la enfermedad. Esta es la analogía que os haría con respecto a vuestros Hermanos, los seres que viven en otros mundos de este Cuerpo Solar. 

Os ayudan por el bien de la totalidad, filosofía que en su mayor parte el Hombre aún no es capaz de concebir. Está totalmente resignado al concepto de la importancia de lo individual; y cegado por ello. La naturaleza de la existencia del Hombre es tal que aún ha de descubrir que el propósito de la Vida en la Tierra es el de evolucionar más allá de lo individual y reconocer a la totalidad mayor y, ciertamente, sacrificar lo individual en beneficio de la totalidad.


Resultado de imagen de los seres del espacio de Vito Vitulli
Dibujo de Vito Vitulli.

Los seres de los otros planetas vienen en diversas formas de transporte para corregir los desequilibrios de la Tierra. Con su mayor sabiduría, intelecto y tecnología reparan lo que el Hombre ha devastado en la Tierra.

Como los ángeles, que son los mensajeros del Espíritu Infinito, han estado presentes en todos los grandes acontecimientos y amaneceres espirituales que se han producido en la superficie de esta Tierra. 

Si repasáis la Historia del Hombre que conocéis, todos los grandes sucesos que han cambiado el rumbo de la Historia han sido presenciados por esos seres. Como os acercáis ahora a otro período de Gran Cambio, esos seres están presentes de nuevo ayudando a sus hermanos de la Tierra a prepararse para lo que ha de venir.

Esto no significa que descenderán en sus naves espaciales y automáticamente ayudaran al Hombre a evitar lo que ha creado. Significa que ayudarán solo a aquellos que envían pensamientos que los atraen. Solo los que piensan y actúan correctamente se salvarán del cataclismo que va a venir. Por vuestros pensamientos individuales os conocerán y entrarán en contacto con vosotros.

Es natural que la Humanidad, en su mayor parte, se preocupe sólo de la vida física, pero gradualmente está ampliando sus perspectivas. Empieza a comprender que la vida en esta Tierra no está limitada por sus cinco sentidos. Está empezando a comprender que no puede mirar a la Tierra como un individuo, como una sola unidad, y pensar sólo en la Tierra y en la vida que hay en ella. 

Está empezando a comprender que la Tierra forma parte de una totalidad mayor, y que esa totalidad mayor, el Cuerpo Solar, forma parte de una totalidad aún mayor, pues nada de lo que existe en la creación puede tomarse aisladamente. Todo es interdependiente: lo inferior con lo superior y lo superior con lo inferior. Ambos dan y toman unos de otros. La responsabilidad del Hombre es ser consciente de su verdadera naturaleza y ejercer el patrimonio que Le ha entregado Su Creador.

Todos podéis conseguir lo que se os ha demostrado. Todos podéis caminar por los senderos de los grandes Maestros que os han sido enviados desde los planos superiores de la vida para ejemplificar lo que es posible.

El Nazareno, Jesús, ha demostrado al Hombre lo que es posible. El ciclo de desarrollo en la Tierra durante los últimos dos mil años no ha sido sencillo, pero tal es la naturaleza de las influencias planetarias que lo han afectado.


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Estáis entrando ahora en un período nuevo, un período de 'cambios rápidos'. Dentro de los próximos treinta años van a producirse acontecimientos que elevarán al Hombre de la Era de Piscis a la de Acuario; el Hombre será consciente de su verdadero ser y reconocerá no sólo la vida que hay más allá de sus cinco sentidos, sino también la vida en los planos superiores de la existencia. 

Será consciente de la verdadera naturaleza de su Creador (el Sol-Cristo), a Quien venera ahora estúpidamente de una forma personalizada. Descubrirá que los seres que están constantemente con él, guiándolo y ayudándolo, conformando y moldeando su vida sobre la Tierra, han cumplido su papel en la totalidad mayor del mismo modo que él, a su vez ha estado cumpliendo su papel para los millones de seres que lo habitan, pues también él, a su vez, es un dios. 

Así como el Hombre vive dentro de su Dios, hay seres microscópicos que viven dentro del Hombre, para lo que éste, les parece 'su dios'. El Hombre es responsable ante ellos, al igual que lo es ante su Creador, que está 'arriba'. El Sol.

Como conclusión os pediría que mirarais con vuestra conciencia hacia adentro tanto como lo hacéis hacia afuera, para que reconozcáis no sólo a vuestros Hermanos de los otros planetas sino también a los millones de seres que hay dentro de vosotros, que habitan dentro de vuestro cuerpo, que llevan vidas similares a las vuestras sólo que con menores niveles de conciencia, para los que vosotros sois ciertamente un 'dios'.

"La Revelación de Ramala"
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