A comienzos de los años 90 (sería el 1991-92), una tarde de Marzo dos personas reciben mentalmente la 'invitación' de un Gran Ser de Luz para que se desplacen físicamente hasta Siria..., porque 'algo importante' tenían que recoger allí. "Id a Damasco..." -es la orden mental que reciben-.
Esta 'petición', que fue recibida mentalmente por 'los dos olivos', "fue pronunciada por una voz familiar, firme y apacible, una voz que era también una mirada, una mirada muy conocida también...," -como así afirman los protagonistas de este relato-. Los protagonistas de ese relato fueron, en aquel entonces, Daniel Meurois y Anne Givaudan.
Podrían haberse desplazado hasta Siria con sus cuerpos sutiles, en vez de físicamente, pues ellos tienen esa facultad, la del llamado 'viaje astral consciente'. Ésta, es una -entre otras muchas- de las cualidades que poseen los verdaderos y auténticos "dos olivos"...
Fue un 18 de Julio, en Damasco y bajo un calor abrasador del pleno verano y de las tensiones políticas ya en aquel entonces que, una Presencia de Luz y, durante once días seguidos instruyó, sobre diferentes temas, a los dos protagonistas de esta crónica... Y, allí, en Damasco, ese largo y bello discurso -del cual, recogemos aquí alguna clave- se les transmitió a ambos, en el plano astral.
"Durante los próximos cuarenta años, la inmensa mayoría de la población terrestre se verá abocada a experimentar el sentido del trastorno físico y psíquico hasta un punto en que ya no podrá apartar los ojos ni el corazón de lo Esencial.
Será una bendición que permitirá al Hombre y a la Mujer redescubrir las fabulosas posibilidades que la Naturaleza pone a su disposición, a su alrededor y en su interior. Entonces, llegará el día en que ya no sabréis distinguir qué significa lo material y lo inmaterial, la ciencia y el Espíritu, ya que cada descubrimiento perderá el nombre de 'invento'.
Por lo tanto, no maldigáis nada de lo que os ocurre, ya que, desde el mismo instante en que aceptáis volver a ver vuestro propio ser, se os da todo el poder sobre vosotros mismos".
Nota de Maryo/: ¡Atentos! Fijémonos en lo que dijo, exactamente, el Maestro Jesús, en Damasco (Siria) a "los dos olivos" (pero, en realidad, 'los dos olivos' son cuatro personas, ya lo hemos dicho anteriormente) a comienzos de los años 90, sería aproximadamente, en el 1991, ó más, bien en el 1992..., ¡un año arriba un año abajo no importa tanto!: "En los próximos cuarenta años..." No dijo: "En los próximos 20 años..., o en los próximos 30 años..." Dijo, exactamente..., ¡¡40 años!! Y, si al año 1992 le sumamos 40 años más, ¡¡nos da una fecha un tanto familiar ya: 2.032!! ¡Estamos ahora en el año 2018....!
Curiosamente, esos "próximos cuarenta años"..., "ese tiempo", coincide con lo que le dijeron los Seres Solares (Elohims) a su 'emisario' o bien, 'enlace' entre el Cielo y la Tierra: Daniel Meurois: "el fin de los grandes acontecimientos de transformación del planeta Tierra tendrá lugar entorno al año 2.033". Los que tenemos el privilegio de conocer un poquito la manera de expresarse -sin matizar jamás nada- de nuestros Hermanos Mayores de las estrellas, o bien, los Elohim..., ¡sabemos a que se están refiriendo realmente!
Volviendo a lo mismo que decíamos antes, si al año 1991-92 le sumamos 40 años de "travesía a través del desierto" pero..., en estos tiempos de Final de los Tiempos, no se trata de la travesía durante 40 años de un pueblo (el pueblo hebreo) a través del desierto hasta llegar a 'la tierra prometida', sino de LA TRANSICIÓN DE TODA LA POBLACIÓN DE LA TIERRA HASTA ACCEDER A LA CUARTA DIMENSIÓN, ES DECIR, SUBIR UN PELDAÑO EN LA GRAN ESCALERA UNIVERSAL DE ACUERDO A LOS CICLOS PERIÓDICOS DE CRECIMIENTO QUE IMPRIMEN LAS GRANDES LEYES DEL COSMOS.
¡Quien tenga ojos para "ver", vea; y, quien tenga oídos para "oír", oiga! Fue dicho y escrito.
Será una bendición que permitirá al Hombre y a la Mujer redescubrir las fabulosas posibilidades que la Naturaleza pone a su disposición, a su alrededor y en su interior. Entonces, llegará el día en que ya no sabréis distinguir qué significa lo material y lo inmaterial, la ciencia y el Espíritu, ya que cada descubrimiento perderá el nombre de 'invento'.
Por lo tanto, no maldigáis nada de lo que os ocurre, ya que, desde el mismo instante en que aceptáis volver a ver vuestro propio ser, se os da todo el poder sobre vosotros mismos".
Texto del libro: "Por el Espíritu del Sol" - A. y D. Meurois Givaudan
Nota de Maryo/: ¡Atentos! Fijémonos en lo que dijo, exactamente, el Maestro Jesús, en Damasco (Siria) a "los dos olivos" (pero, en realidad, 'los dos olivos' son cuatro personas, ya lo hemos dicho anteriormente) a comienzos de los años 90, sería aproximadamente, en el 1991, ó más, bien en el 1992..., ¡un año arriba un año abajo no importa tanto!: "En los próximos cuarenta años..." No dijo: "En los próximos 20 años..., o en los próximos 30 años..." Dijo, exactamente..., ¡¡40 años!! Y, si al año 1992 le sumamos 40 años más, ¡¡nos da una fecha un tanto familiar ya: 2.032!! ¡Estamos ahora en el año 2018....!
Curiosamente, esos "próximos cuarenta años"..., "ese tiempo", coincide con lo que le dijeron los Seres Solares (Elohims) a su 'emisario' o bien, 'enlace' entre el Cielo y la Tierra: Daniel Meurois: "el fin de los grandes acontecimientos de transformación del planeta Tierra tendrá lugar entorno al año 2.033". Los que tenemos el privilegio de conocer un poquito la manera de expresarse -sin matizar jamás nada- de nuestros Hermanos Mayores de las estrellas, o bien, los Elohim..., ¡sabemos a que se están refiriendo realmente!
Volviendo a lo mismo que decíamos antes, si al año 1991-92 le sumamos 40 años de "travesía a través del desierto" pero..., en estos tiempos de Final de los Tiempos, no se trata de la travesía durante 40 años de un pueblo (el pueblo hebreo) a través del desierto hasta llegar a 'la tierra prometida', sino de LA TRANSICIÓN DE TODA LA POBLACIÓN DE LA TIERRA HASTA ACCEDER A LA CUARTA DIMENSIÓN, ES DECIR, SUBIR UN PELDAÑO EN LA GRAN ESCALERA UNIVERSAL DE ACUERDO A LOS CICLOS PERIÓDICOS DE CRECIMIENTO QUE IMPRIMEN LAS GRANDES LEYES DEL COSMOS.
¡Quien tenga ojos para "ver", vea; y, quien tenga oídos para "oír", oiga! Fue dicho y escrito.
¡Podemos decirlo más alto, pero ya más claro no se puede decir!
Que cada cual, saque sus propias conclusiones.