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08 octubre 2018

"ACTUALMENTE, ¡VUESTRO PLANETA OS NECESITA!" - MENSAJE A LA POBLACIÓN DE LA TIERRA DE UN EMIGRANTE INTERESTELAR.




Volvemos a publicar este extraordinario Mensaje de un Ser de Luz. Él mismo se considera un 'emigrante' interestelar y, pertenece a un planeta de fuera de nuestro Sistema Solar. Los ELOHIM de los Tiempos pasados (aquellos que protegen y tutelan la evolución de la Tierra y su población desde el Alba de los Tiempos) le pidieron que hablara a la Humanidad de su terrible experiencia vivida en su mundo hace mucho, mucho tiempo. ¡Es sorprendente que a estas alturas del siglo XXI todavía haya seres humanos que sigan pensando que somos, los habitantes de la Tierra, los únicos seres 'inteligentes' que pueblan este inconmensurable Universo! ¡Es absurdo! 

Debemos comprender que la Tierra, comparada con el inconmensurable Universo es semejante a comparar un granito de arena del desierto del Sahara con el Sahara mismo. Es, un ejemplo, totalmente válido.
¡¡Nuestro planeta, la Tierra, es como si fuera un granito de arena del desierto del Sahara!! ¡No es tan difícil entenderlo! Nadie se ha preguntado..., ¿por qué las fuerzas de la Oscuridad (las élites del poder mundial al servicio de la Oscuridad, o bien, la Sombra) se han empecinado desde hace años en hacer creer a la población mundial que estamos solos en el Universo? ¿Qué pasaría si la Humanidad descubriera que no estamos solos en el Cosmos, que hay infinidad de mundos habitados por civilizaciones muy avanzadas en miles o millones de años terrestres? ¿Qué cambiaría ese conocimiento? Pues..., ¡TODO! Empezando por la Historia, y las religiones..., sobre todo, la Católica Apostólica de Roma... 


Mensaje de un emigrante interestelar:

Hermanos y hermanas os saludo.

Mis Hermanos y Hermanas Solares me han pedido que os haga participe de mi experiencia. 

Soy de un planeta de fuera del Sistema Solar. Soy lo que algunos llamarían un emigrante… que va de planeta en planeta sin encontrar la Paz. Hace mucho tiempo vivíamos en un mundo de una gran belleza pero nuestras almas no lo apreciaban porque lo que deseábamos ante todo era muy diferente.

Nuestras mentes, más científicas y de las que hacía parte, buscaban apagar la sed de los habitantes del planeta. Trataban de hacer del humano un dios, no un Dios amante cuyo poder hubiera manado del corazón de su ser pero un dios poderoso por la ciencia y la tecnología. Habíamos conseguido desafiar la muerte, la enfermedad, el tiempo que transcurre, habíamos creado ingeniosos robots que ayudaban en las tareas cotidianas y en las más complicadas. Todo parecía perfecto y sin embargo la felicidad no hacia parte de nuestras vidas y es por eso que la duda acabó por invadirme.

Nadie cuestionaba lo que me parecía cada vez más una falacia de felicidad hasta que el tiempo se modificó. Cuando estábamos a punto de controlar el clima ocurrieron cambios climáticos fuera de nuestro control. Alejado de todas estas cuestiones el planeta había desparecido de nuestras preocupaciones y se moría… desiertos cada vez más numerosos remplazaban las superficies vegetales y poco a poco desaparecía  bajo nuestra mirada impotente lo que había sido la belleza y la respiración de nuestro planeta.

Habíamos olvidado lo esencial mientras que una lepra, como un aliento caliente, avanzaba inexorablemente recubriéndolo todo a su paso. Las plantas morían bajo nuestra mirada y los animales desaparecían sin que pudiésemos evitarlo.

En las miradas de mi pueblo descubrí, ¡el miedo! Miedo a la enfermedad, miedo a la muerte.

Es entonces cuando en un instante, como si un velo se rasgara delante de mis ojos, comprendí todo. Entendí que este poder que buscábamos en el exterior, estaba de hecho aquí, simplemente en nosotros. Bastaba con abrir los candados cerrados desde hacía mucho tiempo. Habíamos buscado en todas partes salvo en el único lugar que hubiese podido darnos la sabiduría con una elevación de conciencia. Estábamos llamados a  explorar el centro de nuestro ser.

Pero, ya era demasiado tarde y mientras nuestro planeta explotaba y parecía convertirse en el espejo de la sequía de nuestros corazones, nos íbamos por centenares, por millares hacia la muerte.   Algunos planetas aceptaron acoger a algunos de los que se volvieron nómadas en la galaxia. 

Si os hablo de esta forma es porque hoy una parte de entre vosotros esta seducida por lo que en apariencia puede volver al hombre invencible pero sin elevación del alma. Nada será invencible… seréis solo como poderosos robots sin más.

Actualmente, ¡vuestro planeta os necesita! La capa luminosa y protectora que rodeaba vuestra Tierra es en ciertos lugares cada vez más porosa. 

Mis hermanos y hermanas de las estrellas que han colocado hace tiempo esa protección, hoy en día no pueden mantenerla solos. El dinero y el poder parecen reinar en vuestro planeta pero solo es una ilusión ya que hay seres en vuestro planeta que trabajan para volver a tejer esta red luminosa alrededor de  vuestro planeta. También necesitan vuestra ayuda. Cada uno de vosotros puede contribuir a restaurar esta red cuyos hilos están distendidos allí donde reina el miedo y la tristeza. 

No veáis en ello una obligación más, podéis simplemente tener cada día un pensamiento de gratitud para vuestra Tierra y meditar para visualizarla luminosa. Pero, lo más importante será la coherencia entre vuestros pensamientos, vuestras palabras y vuestros actos. 

Vuestros hermanos y hermanas del Sol confían plenamente en vosotros. 

Mi testimonio no es para asustaros pero para reforzaros en vuestra acción.  Podéis ayudar simplemente con vuestra luz.

Todo está en vosotros, tenedlo por seguro, esta certeza podrá ayudar a vuestra Tierra  en su paso que es también el vuestro. 

Os amamos y, con Ellos, os saludamos.


Mensaje recibido por Anne Givaudan  
8 de Marzo de 2018


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